Gestión de residuos en Rosario: una cuestión a la que el municipio no atiende

Gestión de residuos en Rosario: una cuestión a la que el municipio no atiende

Desde que asumió la administración de Pablo Javkin uno de los temas candentes que lograron evitar tratar es el nuevo sistema de recolección de residuos de la ciudad. De hecho, en julio del año pasado el oficialismo logró que el Concejo le diera el OK al pedido del Ejecutivo local para prorrogar “por 24 meses” el actual servicio de recolección.

Por Ignacio Pellizzón

Desde que asumió la administración de Pablo Javkin en Rosario uno de los temas candentes que lograron evitar tratar es el nuevo sistema de recolección de residuos de la ciudad. De hecho, en julio del año pasado el oficialismo logró que el Concejo le diera el OK al pedido del Ejecutivo local para prorrogar “por 24 meses” el actual servicio de recolección.

Quiere decir que el contrato celebrado con la empresa Limpar Rosario SA y con LIME Rosario Sa, correspondiente a la zona Norte y Sur de la ciudad, respectivamente, se mantienen en idénticas condiciones hasta el 2024, cuando ya esté al mando la misma administración –en caso de reelección- o un nuevo gobierno.

Desde las distintas ONG ambientalistas, como por ejemplo Taller Ecologista, tienen muchas críticas con respecto al funcionamiento del sistema y de cómo el gobierno actual se maneja con respecto a la basura de la ciudad. Entienden que es un tema que no es “prioridad” y que por eso se mantiene todo como está en una suerte de stand by.

Si bien siempre costó que el municipio –sin importar color político- entregara en tiempo y forma informes sobre cantidad de basura que se entierra tanto en Ricardone como en Bella Vista, los ambientalistas insisten en que en esta ocasión no se da la excepción y aún siguen sin conocer los números del 2022, que fueron pedidos a principios de diciembre.

Inclusive, se mantiene vigente una demanda judicial realizada el año pasado ante la no respuesta frente a un pedido de información solicitado por la ONG. Reconocen que siempre es una tarea ardua obtener los datos, pero tampoco pretenden ir a la Justicia constantemente para que respondan.

Lo cierto es que mientras no se trate el sistema de recolección de residuos ni cómo afrontar el tratamiento de la basura de cara al futuro, como podría ser por ejemplo discutir un nuevo objetivo del frustrado “Basura Cero”, se mantendrá todo tal y como se encuentra actualmente, lo que impide efectuar cambios importantes.

Desde Taller Ecologista vienen planteando “ir a hacia otros modos de recolección, que no se basen en el uso de contenedores en vía pública, sino sistemas del tipo puerta a puerta (que permiten un mayor control, fomentan más responsabilidad, entre otros), y separar en tres fracciones: orgánicos, reciclables y no recuperables”.

“Y desarrollar estrategias conjuntas con el sector de recuperadores informales. Es un proceso, no es algo que se pueda hacer de un día para el otro, pero sí avanzar con pasos concretos en ese sentido”, señalaron a Mirador Provincial.

Tirar la pelota para adelante

Resulta que como la Municipalidad debía entregar los nuevos pliegos para analizarlos en noviembre del 2020 y no llegaron en tiempo y forma, tanto referentes de la oposición como ambientalistas señalaron suspicacias. La que más resonó fue la que hacía referencia a una intencionalidad de extender por un año más la prórroga de los contratos llevando a que la licitación sea tratada en un período electoral. Finalmente, se dio luz verde por 24 meses.

La intención del Palacio Vasallo era poder hacer un nuevo llamado a licitación para armar contratos con exigencias actualizadas. Entre ellas, incorporar una nueva ordenanza de Basura Cero, algo que primero debe aprobar el propio Concejo, para poder incorporarla en los convenios con las nuevas concesionarias que se hagan cargo de la recolección de residuos.

Ante la decepción que provocó la ordenanza vigente de Basura Cero, que lejos de disminuir se duplicaron los volúmenes de residuos que se entierran en el relleno sanitario en la localidad de Ricardone, así como los que llegan a la planta de compostaje en Bella Vista, la intención es aprobar un nuevo proyecto con objetivos "cumplibles" y que se incorporen nuevas obligaciones a los contratos de las firmas de recolección.

El intendente, Pablo Javkin, por su parte, había anunciado públicamente en 2020 la intención de que en los próximos tres años se pueda alcanzar una recuperación del 30% de los residuos generados y cubrir un 45% de la ciudad con infraestructura adecuada para que los vecinos puedan separar. Y estimó que, de alcanzarse este objetivo, para el 2040, esas cifras deberían incrementarse a un 70 y un 80%, respectivamente.

Hasta hoy, el esquema de las compañías (Lime y Limpar) incluye el barrido de 12 mil cuadras, 10 mil contenedores entre metálicos y de plástico, el traslado de la basura a las plantas de tratamiento y la disposición final al relleno sanitario de Ricardone.

Limpar hace ocho años que presta el servicio en Rosario. Es una sociedad constituida entre la compañía brasilera Vega Engenharia Ambiental S.A. y la compañía Caputo S.A.I.C., mientras que Lime pertenece al grupo Pescarmona. Ambas fueron seleccionadas durante el primer mandato de la ex Intendenta, Mónica Fein, reemplazando a las firmas Milicic y Cliba del empresario Benito Roggio.

Algunos números de la basura

La basura no sólo es un problema social y ambiental, sino también es económico. Tanto su tratamiento como enterrarla en rellenos sanitarios en la localidad de Ricardone y Bella Vista tiene un costo millonario para la ciudad.

Para entender mejor por qué la ordenanza Basura Cero nunca funcionó, resulta imperioso ir a cifras que exponen el empeoramiento progresivo de la situación. Solo a modo de ejemplo, según cifras oficiales, en 2008 se enterraron 230.274 toneladas y en el 2017 alcanzó un récord histórico: 307.695.

A estos números hay que agregarle las cifras millonarias que le cuestan al municipio: en 2018 -según presupuesto- fue de 239.853.750 pesos, es decir, 16,6% más que lo ejecutado en 2017 (200.217.137 pesos). En consecuencia, mientras más aumenta la basura que se entierra, más aumenta el dinero que se gasta en enterrarla.

En base a lo publicado en la página oficial del municipio, en 2021 se gastó 846.403.000 pesos en Disposición Final de Residuos Sólidos Urbanos y 4.288.280.000 pesos en recolección de residuos. Y, en base a lo indicado en el presupuesto 2022, se gastaron este año en Disposición Final 1.153.496.000 pesos, sin contar el subsidio del Ente Público Sumar.

Un dato que no es menor, y que alertan las ONG ambientalistas, es que el municipio no entrega informes oficiales al Palacio Vasallo desde el año 2018. Se trata de un incumplimiento que exige la vigente ordenanza, con lo cual no se puede saber a ciencia cierta cuánta basura está produciendo en este momento Rosario y cuánta está enterrando, entre otros detalles importantes.

El problema de la basura para estas organizaciones sin fines de lucro es que los residuos orgánicos (representan el 50%) se comenzaron a recolectar recién en 2017 -hace seis años- a raíz de la modalidad de Barrios Verdes. Se trata de una parte importante que está bastante fuera del esquema de recolección separada.

Se estima que en Rosario hay unos 10.000 contenedores para residuos mezclados, unos 500 para residuos separados (color naranja) y 800 que están dentro de diversas instituciones como escuelas, clubes, hospitales, entre otros.

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