La escasez de gasoil en la Argentina y la brecha de precios entre el mercado internacional y el doméstico tensionó la relación entre las empresas petroleras. Sucede que ninguna compañía quiere disminuir sus volúmenes de exportaciones, donde consiguen un precio de US$100 el barril, para vender en el mercado interno, donde el surtidor refleja un valor de US$60.

En este contexto, YPF encabezó una reunión con todas las empresas para coordinar una salida consensuada y evitar así la intervención de la Secretaría de Energía, que tiene la potestad de prohibir exportaciones para asegurar el abastecimiento interno.

Si bien la pandemia golpeó de lleno al sector, la salida de la crisis fue mejor a la esperada para las productoras, que aprovecharon la lenta recuperación del consumo de combustibles en la Argentina para exportar los excedentes de petróleo. Este conocimiento del mercado externo se profundizó y actualmente la mayoría de las empresas exportan entre 10 y 20% de su producción.

Las dos excepciones a la regla son YPF y Pan American Energy (PAE), aunque por distintos motivos. La empresa controlada por el Estado, si bien es la mayor productora del país (responsable de 40% del total), no exporta y todo su petróleo se destina al mercado doméstico. PAE, por lo contrario, es la compañía con más historial exportador, donde vuelca el 30% de su producción desde hace más de 10 años.

Ante la falta de gasoil, las empresas refinadoras indicaron que tienen capacidad ociosa y que están dispuestas a correr más petróleo para aumentar la oferta. Si bien nunca se cubrirá el total necesario de gasoil, con producción local se puede sustituir una parte. Esta medida incluye a Raizen (licenciataria de la marca Shell) y a Trafigura (Puma Energy).

En el caso de Axion, la refinadora integrada con PAE, se autoabastece con producción propia. En los últimos días, aumentó la refinación de combustible de 78.623 a 91.202 barriles diarios, al sumar 2000 m3 extra diarios de petróleo. YPF, por su parte, la líder con el 54% del mercado de nafta y gasoil, también incrementó su oferta de gasoil, según indicó en un comunicado, pero refina más que su producción de petróleo y necesita comprarle crudo a terceros.

Ante esta situación, las refinadoras se reunieron con las productoras para pedir más petróleo, aunque ninguna quiere ceder su cuota de exportación. Además, se sumó una nueva demanda: para el gasoil, las refinadoras necesitan más petróleo pesado, como el crudo escalante, que se produce en el golfo de San Jorge. En esta cuenca, las principales productoras son YPF, PAE, Pluspetrol, Sinopec y Capex.

En los últimos años, ante la mayor productividad de Vaca Muerta, las empresas empezaron a destinar más inversiones a la cuenca neuquina, pero el petróleo que se extrae es liviano. Aunque las refinadoras están realizaron modificaciones a sus plantas para procesar más crudo medanito (el de Vaca Muerta), todavía necesitan del escalante, que está en declino desde hace años.

En el mediano plazo, las empresas creen que la escasez de petróleo pesado obligará a subir su precio para incentivar mayores inversiones en el golfo de San Jorge. La lógica detrás es la propia teoría de oferta y demanda. En el corto plazo, sin embargo, no se está analizando aplicar un precio diferencial, pero las empresas productoras de crudo escalante señalan que tampoco quieren ceder sus ventas al mercado externo ante la necesidad de corto plazo.

“Este año se genera el problema por el incremento del precio internacional. La importación de gasoil se hace a pérdida porque el valor local está pisado, afortunadamente para los usuarios. Pero el barril de crudo se fue a US$100, aumentó el precio del combustible en todos lados menos acá. Por eso todas las petroleras están exportando, porque es mucho más rentable enviar el crudo al exterior, cuando en el mercado local se pagan US$60. Igualmente, hay buena voluntad entre todos”, explicaron en una de las empresas del sector.

En la Argentina, se importa el 30% del consumo interno de gasoil en la época de alta demanda, como es abril, por el comienzo de la cosecha. Por la diferencia de precios entre el mercado internacional y el local, las empresas importan a pérdida para cumplir con sus contratos.

En cambio, con las estaciones que no tienen obligaciones, como suelen ser las que no tienen marcas (llamadas popularmente blancas, que representan el 20% del total), les vende a un precio 30% mayor en promedio. Esta brecha genera que haya una mayor demanda por consumir en las estaciones con marca, lo que las obliga a establecer cupos de 15 litros por vehículo.

Según datos del sector, mientras que el litro de gasoil se vende en la Ciudad a $104, en el mercado mayorista se comercializa a $124 (en el mejor de los casos). Si se toma de referencia el barril de petróleo a US$100, el litro de gasoil debería costar $137.

Por Sofía Diamante