Eduardo Cunha ya tiene su propio desafuero

Eduardo Cunha ya tiene su propio desafuero

“Sólo le temo a Dios”, dijo el ex jefe de Diputados y les recordó a sus antiguos subordinados que si rompían el pacto que los unía “tal vez sean ustedes los próximos” en ser destituidos. La intimidación fue estéril y lo desaforaron.

 

Cayó el patrono de la deposición de Dilma. “Sólo le temo a Dios”, dijo Eduardo Cunha, de creencias y prácticas evangélicas, al despedirse del Congreso en los primeros minutos del martes después de haber perdido los fueros, sus derechos políticos y los privilegios jurídicos de que gozan los parlamentarios.

El Plenario de la Cámara baja aprobó la destitución de Cunha, del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) por 450 votos contra diez, mientras nueve diputados se abstuvieron. Al hablar por última vez en el Legislativo, el otrora aliado del presidente Michel Temer reivindicó su papel como timonel de la causa destituyente. “¿Alguien tiene duda de que si no hubiera sido por mi actuación no hubiera habido impeachment contra la ex presidenta? Esa es la razón de la bronca del PT y su acólitos contra mí cuando gritan golpe, golpe, golpe.”

Debido a su capacidad de movilización e intimidación, Cunha fue el artífice de la votación del 17 de abril, en la que 367 diputados apoyaron la “admisibilidad” del enjuiciamiento contra Rousseff contra 137 defensores del gobierno constitucional. Esa sesión fue, en rigor, la que sentenció el destino de la entonces presidenta del Partido de los Trabajadores (PT).

Durante los 35 minutos de su alegato final reivindicó su antipetismo (sumado al antiprogresismo) en un repaso de su trayectoria como titular de la Cámara baja desde febrero de 2015 en la que destacó el impulso dado a la reducción de la edad de imputación penal. Una ley reivindicada por el lobby de los policías y fabricantes armas, detalle que Cunha no mencionó. “Tuvimos el placer de ver cómo se fue el gobierno del PT y ahora el PT me quiere como trofeo” de guerra, insistió.

En su carácter de “Boss” en retirada, Cunha les recordó a sus antiguos subordinados que si rompían su pacto mafioso “tal vez ustedes sean los próximos” a ser destituidos. Fue una intimidación estéril: sus antiguos subordinados le dieron la espalda y respaldaron en bloque su desafuero.

El ahora ex congresista se hizo mala fama en los medios internacionales cuando orquestó aquella sesión del domingo 17 de abril. Precedida de una insistente publicidad televisiva, esa votación tuvo una alta audiencia, favorecida por la Confederación Brasileña de Fútbol (que suspendió los partidos) y fue cubierta por decenas de corresponsales y enviados extranjeros.

Los cronistas del exterior se espantaron ante la kermesse organizada, y hasta hoy revindicada, por Cunha, durante la cual algunos legisladores anunciaban su apoyo al impeachment con una dedicatoria a sus esposas, hijos, Jesucristo (como lo hicieron algunos pastores evangélicos) y la dictadura militar, en el caso del militar retirado Jair Bolsonaro, aliado de Cunha en la cruzada antidilmista.

El hecho es que Cunha ganó alguna notoriedad en el extranjero y esto explica por qué Transparencia Internacional lo escogió como uno de los personajes de una campaña mundial contra el tráfico de divisas, debido al dinero que ocultó en Suiza. En esa publicidad el ex congresista recibe el mote de “Señor Trust”.

Prácticamente a la misma hora en que era desplegado un pasacalles con la consigna “Fuera Cunha” en el recinto de Diputados, a unos 500 metros de allí, en el Palacio de Justicia, Caetano Veloso cantaba el himno nacional frente a un circunspecto (presumiblemente incómodo) Michel Temer.

No fue el mandatario surgido tras la destitución de Dilma quien lo invitó a la ceremonia en sede judicial sino la jueza Carmen Lucia Antunes Rocha, quien asumía como nueva titular del Supremo Tribunal Federal.

De inusual traje azul y corbata al tono, el cantante, sentado, ofreció una versión delicada del himno acompañado sólo por su guitarra.

El convite del talentoso artista bahiano se prestó a varias lecturas: la más repetida es que Caetano (quien fuera muy crítico de los gobiernos del PT) representó a los indignados que se han movilizado contra el golpe en marchas bastante concurridas o expresaron sus críticas espontáneamente en teatros y estadios.

Hace una semana, el artista brindó un recital en Francia donde reiteró sus cuestionamientos a la administración surgida de la deposición controvertida de una mandataria electa.

Luego del acto en el Supremo Tribunal Federal, Caetano saludó a la jueza Antunes Rocha y a Luiz Inácio Lula da Silva, quien eludió darle la mano al “golpista” Temer.

El líder petista se reunió ayer con las bancadas de senadores y diputados de su partido para definir la estrategia de la campaña nacional que tendrá como lema “ni un derecho menos” con la que apuestan mantener vivas las protestas de los partidos y movimientos sociales, mientras la Central Unica de los Trabajadores comenzó las consultas para convocar a una huelga general, una medida de fuerza que no se realiza desde hace más de una década.

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