Duro análisis de Binner sobre el rol del socialismo en las Paso

Duro análisis de Binner sobre el rol del socialismo en las Paso

"Lifschitz debería sonreír un poco más", analizó el ex gobernador santafesino. Además señaló que el socialismo debe "volver a enamorar a los rosarinos".

 

"Los rosarinos no están enojados porque hayamos abierto la ciudad al río, porque hayamos transformado el monumento al pozo en el Cemar. La gente no está enojada porque hayamos construido un hospital Clemente Alvarez nuevo, no está enojada con el Tríptico de la Infancia. La gente está enojada porque no se la escucha, y tiene razón". Claro y contundente, Hermes Binner trazó un descarnado análisis de las causas de la debacle del socialismo en las primarias.

Pese a ser el arquitecto de todas las victorias en Rosario, el dos veces intendente no tuvo una participación activa en las Paso, algo que el partido de gobierno deberá revertir hacia el 14 de junio. Cuando se lo consulta sobre qué deberá hacer socialismo para ganar, arroja una definición gráfica y pertinente: "Volver a enamorar a los rosarinos".

—¿Qué lectura hace de lo que pasó en las primarias?

—La población de Rosario nos dio una señal, que hay que asimilarla. Y rescatar lo positivo para seguir adelante.

—¿Cuando habla de la señal que dieron los rosarinos se refiere a los comicios de gobernador e intendente?

—Fue para los dos, pero quienes más nos conocen son los rosarinos, por tantos años de vida pública. Y se manifestó en los números.

—¿Dónde estuvo el error del socialismo?

—Hubieron varios errores. Queremos posponer el análisis retrospectivo, hagamos la historia en otro momento. Ahora concentrémonos en cómo ganar las elecciones en junio.

—Hay un claro enojo con el socialismo de las clases medias que históricamente votaron al socialismo.

-Sí, es así, pero hay otros factores. Quisiera evitar los "peros".

-¿Y cómo se revierten los resultados?

—Hablando con la gente. Siempre hemos tenido contacto cara a cara con los rosarinos y siempre nos creyó. Y nosotros tenemos que dialogar permanentemente con la gente, con las instituciones, para convencerlos que la propuesta del Frente Progresista es la mejor. Hemos llevado adelante muchas cosas en materia de salud, la construcción de los hospitales, de escuelas, avenidas, caminos. Hay obras que están marcha, como el acuario, la ciudad joven, con la recuperación de los galpones, algo que será una sorpresa. La inauguración de las escuelas con salida laboral y todo lo que significa la telemedicina en la provincia de Santa Fe. Todo esto está en marcha, y se viene un gobierno querrá imponer su impronta. Pero para nosotros es importante que estas cosas se concluyan.

—La inseguridad fue la primera consecuencia del voto opositor. ¿Se puede mejorar esa situación en tan poco tiempo? ¿Se pueden tomar medidas urgentes?

— Las hemos tomado. La primera medida de mi gobierno fue crear el Ministerio de Seguridad, avanzamos con el Ministerio de Justicia. Y el tema judicial se ha logrado. Tener una policía que se forme con dos años de instrucción y jerarquización permanente se está desarrollando. Hoy con el gobierno de Bonfatti tenemos una mejor policía que la que yo tenía cuando me hice cargo del gobierno en 2007.

-Parece haber un cúmulo de buenas intenciones pero que en la práctica no se confirma. Aumentan los robos, las entraderas, los escruches. Nunca se observó gran despliegue policial ni patrullajes en el macrocentro de Rosario.

—Creo que no es así. La cantidad de vehículos patrullando es inédita en la ciudad. Pero convengamos que el problema de la seguridad no se soluciona con más patrulleros, cámaras y botones antipánico. Se soluciona con el Proyecto Abre, que desde el punto de vista de las ciencias sociales es un gran avance para abordar la inseguridad. Esto está en marcha, pero no es pasar por una concesionaria y comprar el auto. Hay que transformar una cultura de muchas décadas, para que la policía se sienta parte de un servicio. Yo hablo con los policías, los escucho.

—¿Es verdad que usted en enero resolvió ser candidato a gobernador y que Miguel Lifschitz sea candidato a intendente de Rosario?

—No pasó eso. Creo que es necesario renovar, para mí la etapa de gobernador pasó. Es necesario que vengan otras ideas.

—Usted ganó todas las elecciones en Rosario y, sin embargo, no tuvo una presencia marcada en esta campaña.

—Porque en ese momento estaba con mi candidatura en el Frente Amplio Unen, recorriendo el país, presentando el programa de gobierno. Hasta que un partido tomó el camino del atajo. Cuando el FAU quedó como una cáscara vacía renuncié a mi candidatura presidencial.

—¿Y ahora tendrá una presencia más marcada en la campaña?

—Siempre que pude participar lo hice. Yo no me borro cuando no soy candidato.

—Imagino que años atrás usted habrá pensado en la posibilidad de que el socialismo rosarino pierda frente al peronismo o el radicalismo, pero no se imaginó caer frente a una candidata novel como Anita.

—¿Por qué no? La gente puede elegir lo que quiera. Por eso me parece importante que los candidatos interactúen, tengan debates públicos, dialoguen. Acá lo importante es vincularnos con los problemas de la gente y proponer salidas. Por ejemplo, el Plan Mi Tierra Mi Casa es un avance extraordinario. La entrega de escrituras, de lotes de terreno en Nuevo Alberdi provocó felicidad en la gente, y creció la idea de la vivienda evolutiva. Esas cosas son las importantes para avanzar.

—¿Y Lifschitz qué debería hacer que no hizo?

—Sonreír un poco más. Lo conozco mucho a Miguel y puedo poner las manos en el fuego por él. El fue funcionario de mis gestiones y siempre tuvo comportamientos extraordinarios.

—¿Se pueden revertir los resultados para el Frente Progresista?

—Creo que se van a revertir. La gente está muy entusiasmada en las reuniones del partido. Mire, creo que exceso de confianza impidió acelerar las tareas.

—¿Hubo exceso de confianza en la campaña?

—Sí. Pero no es un problema ético, es inherente al ser humano. Cuando aparecen ciertas comodidades hay quienes creen que es para siempre. Y nada es para siempre. Cuando accedemos a un cargo tenemos que pensar en el día que se termina y que ese cargo es como un alquiler. Y el plazo es de cuatro años. Y si no alcanza el tiempo, lo lamento. Por eso una reforma constitucional no debe tener como tema fundamental la reelección del gobernador.

—El Frente Progresista se quedó sin juego nacional con su renuncia a la candidatura presidencial. Muchos dicen que, a partir de esto, los medios nacionales juegan con el PRO o con el kirchnerismo en Santa Fe. Lo dijeron Bonfatti y Galassi.

—Nosotros estamos formando ese frente nacional con Margarita Stolbizer, a quien conozco desde hace muchos años. No sé si los medios nacionales juegan a favor del PRO, lo que queremos es una comunicación creíble. Pero está la gente, que sabe opinar.

—Como no se lo vio el domingo en el búnker del socialismo se dijo que estaba enojado.

—No. En líneas generales tenemos un buen diálogo adentro del partido.

—Usted perdió las primarias del 2007 por diez mil votos y luego las ganó por la misma cifra. ¿Ve ahora un escenario similar posible?

—Es posible. Pero antes es importante que la gente vea la verdad de los resultados de las primarias con el escrutinio definitivo. Nosotros no podemos dejar flotando esa duda. No hubo ningún hecho raro.

—¿Y de qué depende la posibilidad de revertir los resultados?

—Depende de nosotros, de que volvamos a enamorar a los rosarinos. Los rosarinos no están enojados porque hayamos abierto la ciudad al río, porque hayamos transformado el monumento al pozo en el Cemar. La gente no está enojada porque hayamos construido un hospital Clemente Alvarez nuevo, no está enojada con el Tríptico de la Infancia. La gente está enojada porque no se la escucha, y tiene razón. A veces se cree que en la vorágine las cosas se entienden y no es así. Estamos en condiciones de revertir esto, tenemos fuerza, convicciones, valores. Esto no es una ciencia fáctica, el comportamiento de la gente es por muchos factores. Nunca hemos renegado de la idea de que el socialismo tiene que estar en permanente contacto con la gente, pensemos en la felicidad de la gente.

—¿Cómo es eso?

— No es que la gente sólo quiere comida, casa y medicina. No, la gente quiere vivir con felicidad. Eso es muy claro.

 

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