Distorsión de precios: un mismo paquete de azúcar puede costar 500 u 800 pesos

Distorsión de precios: un mismo paquete de azúcar puede costar 500 u 800 pesos

La falta de valores de referencia amplía la brecha de precios entre comercios. Es uno de los problemas causados por una inflación que sigue corriendo mientras se espera el índice de junio. Los especialistas en consumo hablan de un “aumento en los costos de búsqueda” para el consumidor, que redunda en precios que en muchos casos no reflejan la realidad. Los controles, paradójicamente, también alimentan esta tendencia.

Agustina Bordigoni

Mientras se espera el número de inflación de junio los precios de julio siguen corriendo. Por el mismo paquete de azúcar de un kilo se puede pagar, a costos de hoy, entre $ 528 y $ 800, y por un dulce de leche, entre $ 559 y $ 850. Uno de los problemas que se sumaron a la constante presión inflacionaria es precisamente la falta de valores de referencia.

La gran distorsión de precios y las diferencias entre comercios, ya sean supermercados, autoservicios o negocios de cercanía, dificultan la toma de decisiones y obligan a gastar de más, afirmaron economistas consultados por PERFIL.

“Sin dudas la inflación es una gran causante de este problema”, comentó el economista Salvador Vitelli. El cambio constante en los precios “aumenta el costo de búsqueda” y entonces “se terminan convalidando precios que quizás no reflejan la realidad del bien o de cuánto vale ese bien”, lo que fomenta la distorsión.

Las medidas para intentar contener la inflación también contribuyen con esta tendencia. “Hay un comportamiento dual del mercado”, explicó a PERFIL Damián Di Pace, economista y director de la consultora Focus Market. “Por una parte están los precios de referencia, que son los Precios Justos que se mantienen en los grandes comercios, pero eso es una canasta acotada”. Por el otro, los comercios de cercanía, en donde gran parte de la población con menos recursos realiza la mayoría de sus compras. Los acuerdos de precios allí son aún más limitados, por lo que se pierde la capacidad de comparación. “Entre un lugar y otro puede haber diferencias de hasta 35% en el valor”, explicó Di Pace.

Para Santiago Manoukian, economista de la consultora Ecolatina, el impacto de la falta de referencia se siente tanto sobre la elección de los consumidores como desde la parte productiva. “Sin conocer los precios no se pueden tomar decisiones de consumo e inversión óptimas”, agregó.  

El economista sostuvo que la estabilidad de precios empodera a los consumidores, que actualmente compran sin saber si el precio de lo que están pagando está bien o mal. Y, desde el lado de la oferta, la inflación “induce a una mayor ineficiencia del sistema de precios como asignador de recursos”. Para un productor es difícil saber, en este contexto, cuál es el precio al que tiene que vender su producción para maximizar sus ganancias, o al menos no perder.

En ese sentido, la distorsión y la falta de precios de referencia son una muestra más de cómo impacta la inestabilidad en el funcionamiento de la economía, explicó.

Para Vitelli, en contextos inflacionarios como el argentino, los precios “se van ajustando por inercia”. Es decir que, “si la inflación de abril fue del 8,4%, aunque el producto que se esté vendiendo no necesariamente subió al mismo ritmo, se lo remarca igual”.

La inflación de junio, cuya cifra oficial se conocerá el próximo 13 de julio, parece seguir el camino de la desaceleración, ya que las consultoras privadas la ubican en los 7 puntos o levemente por debajo de esa cifra.

Sin embargo, y en un contexto de incrementos que no dan tregua, los precios siguen en una espiral que termina por impactar en los valores de los próximos meses. “Allí empieza a jugar no solamente la inflación pasada sino también la inflación futura, que hace que muchas veces se terminen remarcando precios”, expresó Vitelli.

El economista detalló que todo forma parte de un “círculo vicioso” al que se suman otros valores, como el de las tarifas reguladas de energía, el precio de los combustibles y el dólar, que se encuentran “rezagados”. Eso hace que el sistema no nos permita saber “qué es caro o barato”.

En este sentido, Manoukian dio un ejemplo concreto: “Uno puede recordar cuánto salía un alfajor cuando era chico, pero no puede acordarse el precio del que compró ayer”.

Dependiendo del lugar, la misma golosina, de la misma marca y características, puede costar entre 200 y 320 pesos.

Entonces, “¿Cómo tomamos decisiones de consumo óptimas? No lo hacemos, compramos a ciegas”, sintetizó Manoukian.

 

Subas de hasta 39% en frutas y verduras

Con una suba en el precio de la papa cercana al 40% con respecto a los precios del acuerdo anterior que regía hasta el 30 de junio, la Secretaría de Comercio actualizó los valores de la canasta de frutas y verduras de estación, que estará disponible hasta el 31 de julio en grandes cadenas de supermercados para el AMBA.

El precio por kilo de los artículos de esa canasta será: papa negra, $ 249; tomate redondo, $ 450; zapallo anco, $ 155; cebolla, $ 180; manzana, $ 420; banana Ecuador, $ 560 y banana subtropical, $ 440.

Con estos nuevos precios, la papa sufrió un incremento del 39,10%. En tanto, el tomate redondo incrementó su valor en un 12,78%, el zapallo anco creció 4%, la cebolla 5,8%, la manzana 5,2%, la banana Ecuador 4,6%, y la subtropical 4,7%.

Esta canasta mantendrá sus precios fijos durante todo el mes, “con el objetivo de llevar alivio a los bolsillos de los argentinos y argentinas y brindar orden, previsibilidad y abastecimiento”, sostuvo Comercio.

La iniciativa es un acuerdo voluntario con los proveedores del Mercado Central de Buenos Aires y grandes cadenas de supermercados para fijar los precios.

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