Más desempleo y más empleo precario, el saldo del gobierno de Milei

Más desempleo y más empleo precario, el saldo del gobierno de Milei

El desempleo alcanzó su punto más alto bajo la administración libertaria, mientras que hay casi 250.000 cuentapropistas más que hace un año.

Por

JAVIER SLUCKI

 

Luego de un año en baja, el desempleo no solo rebotó sino que alcanzó su punto más alto bajo el gobierno de Javier Milei durante el primer trimestre de 2025. Pero, además de la destrucción neta de puestos de trabajo, el empleo no destruido es de cada vez peor calidad, lo que se ve en casi 250.000 nuevos cuentapropistas aparecidos en un año.

Así lo mostró el Indec en su informe sobre el Mercado de Trabajo que dio a conocer este jueves, sobre los números de enero a marzo de este año. En términos concretos, había entonces un 7,9% de desocupados en el país, equivalentes a 1,1 millones de habitantes.

 

Además, entre las regiones, la que mostró mayor tasa de desocupación fue el Gran Buenos Aires con 9,1%, un perfecto síntoma de la destrucción industrial que genera el modelo aperturista del Gobierno.

De todos modos, lo verdaderamente preocupante es la tendencia, ya que este 7,9% de desempleo supone la cifra más alta de la era Milei. El crecimiento de la desocupación se ve si se la compara con el 6,4% del trimestre previo (el último de 2024), lo que implica unas 200.000 personas nuevas sin trabajo.

Esto, en verdad, no resulta tan llamativo ya que es en buena medida atribuible a la estacionalidad, es decir, a los habituales parates de las vacaciones de verano. Lo que sí deberia ser más preocupante para el Gobierno es que este mismo 7,9% de enero-marzo de 2025 es mayor al 7,7% de desempleo que había en el primer trimestre de 2024.

En aquel momento, el desempleo había dado un salto desde el 5,7% de diciembre de 2023, con 300.000 desocupados nuevos en solo un trimestre producto de que a esa estacionalidad habitual se le sumó el brutal ajuste de shock implementado por Milei y Luis Caputo. Luego, la desocupación fue bajando paulatinamente durante 2024 cuando la dinámica de la recesión comenzó a ser superada.

Pero la perspectiva muestra que, finalmente, esta tendencia no fue suficiente y que, un año después, la creación de empleo se ha agotado, de la mano de la apertura comercial y de un atraso salarial que lleva a la depresión de la actividad y el consumo. Un lado B de la baja inflacionaria que se parece bastante a la ocurrida 30 años atrás.

Así, como es obvio, el balance es de una destrucción neta de empleo formal durante la era Milei. Más precisamente, había en marzo 210.000 puestos laborales registrados menos que en noviembre de 2023, según relevó el CEPA a partir de datos de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo.

De ellos, la mayor parte, unos 130.000, son puestos perdidos en la administración pública producto de la motosierra oficial. Le siguieron la construcción, con 81.000 puestos menos en el marco de la parálisis de la obra pública, "servicio de transporte y almacenamiento" con 53.000 puestos menos e industria manufacturera con 25.000 puestos menos.

Casi 250.000 cuentapropistas más

Pero tanto o más preocupante que el aumento del desempleo es el hecho de que, al mismo tiempo, el empleo no destruido es de menor calidad.

"Lo relevante no es la suba del desempleo, que en comparación con un año atrás es marginal. Lo importante es el cambio de la composición de la ocupación. Crecieron mucho la ocupación por cuenta propia y los asalariados no registrados. O sea, tenés niveles de desocupación relativamente similares a los de un año atrás, pero la composición de la ocupación es mucho más precaria", consideró Luis Campos, coordinador del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma, en diálogo con El Destape.

Concretamente, el Indec mostró que del total de trabajadores ocupados, hay un 27,3% que es "no asalariado" (es decir que no recibe un salario fijo), de los cuales el 86% es cuentapropista. Hace un año, los "no asalariados" eran menos, un 25,3% de la población ocupada (de los cuales también un 86% era cuentapropista). Traducido en números concretos, esto quiere decir que en solo un año hay 244.800 trabajadores por cuenta propia más.

En paralelo, los datos del organismo estadístico muestran una caída neta en los trabajadores informales (que reciben un salario fijo en negro), los cuales son 13.800 menos que hace un año. Pero esta baja es solo proporcional a la reducción del trabajo asalariado en sí, en favor, justamente del cuentapropismo.

Por ahora, la prometida creación de más empleo de calidad a través de las reformas laborales implementadas tanto por ley como por DNU sigue siendo una deuda pendiente de la administración libertaria.

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