Desconfianzas, encuestas y “un error”: el trasfondo del entredicho entre Máximo Kirchner y Axel Kicillof

Desconfianzas, encuestas y “un error”: el trasfondo del entredicho entre Máximo Kirchner y Axel Kicillof

Desconfianzas, encuestas y “un error”: el trasfondo del entredicho entre Máximo Kirchner y Axel Kicillof

 

Cecilia Devanna

“No hay que bajar al territorio, señor gobernador, hay que subir a la militancia a los lugares”. La frase de Máximo Kirchner irrumpió, brusca, en la tarde del sábado. Bajo un calor abrasador, en el plenario de la militancia kirchnerista en Avellaneda, el líder de La Cámpora se dirigió de lleno al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, en medio de las proclamas para avanzar con una posible candidatura de Cristina Kirchner. Ambos fueron los encargados del acto de cierre del encuentro, con lo cual el dardo quedó aún más expuesto, lo que multiplicó el malestar interno entre las tribus cristinistas.

“Estábamos ahí por Cristina, todo lo demás era accesorio”, se quejó un dirigente kirchnerista a LA NACION. “Parece que los problemas no solo los tienen con nosotros”, resumió con una sonrisa un hombre de las filas del presidente Alberto Fernández, en referencia no sólo al cruce de este sábado sino a las diferencias internas que viene exponiendo la organización liderada por Máximo Kirchner en el último tiempo.

Unos minutos antes, Kicillof había pronunciado una frase que, según señalaron distintas fuentes, habría motivado la reacción de Kirchner. “Hay que bajar al territorio y dar la discusión sin vergüenza y sin esconderse. No tenemos nada que esconder: hay que mirar a los ojos a nuestro pueblo”, dijo el gobernador.

Tras la polémica, este lunes los entornos de ambos dirigentes eligieron el silencio. Según pudo reconstruir LA NACION de distintas fuentes del kirchnerismo duro, el señalamiento fue leído de distintas maneras, pero con el antecedente de septiembre de 2021 como ineludible telón de fondo. Fue cuando el kirchnerismo le intervino el Gabinete a Kicillof tras las elecciones legislativas, y desplazó a su entonces jefe de Gabinete, Carlos Bianco, para reemplazarlo con el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, cercano a Máximo Kirchner. Desde entonces Insaurralde, no dejó de coquetear con la idea de ser el sucesor de Kicillof.

El desplazado Bianco, actual jefe de asesores de Kicillof, fue quien hoy respondió la frase de Kirchner. “En el gobierno bonaerense somos todos militantes. Debe ser el Gabinete más militante de la historia”, afirmó durante una entrevista con Futuröck Radio.

Distintas voces del ala dura del Gobierno consultadas por este diario coincidieron en señalar que la alusión de Máximo Kirchner tuvo relación directa con la supuesta resistencia de Kicillof a incorporar una nueva tanda de militantes cristinistas al Gabinete. “Axel no es Cámpora y no es un tipo orgánico, es un autárquico. No es un tipo permeable y no está abierto a sugerencias”, evaluó un kirchnerista. “Es un tipo difícil para que escuche a alguien, salvo a Cristina y a alguno más”, agregó otro dirigente. “Cuando se dieron los cambios en el gabinete provincial [en septiembre de 2021] fue porque se decidieron desde afuera, no por él. En eso casi que tiene algo de Alberto [Fernández]”, completó, con ironía, este último.

En septiembre de 2021, tras el resultado de las PASO, Kicillof sumó a su Gabinete a los intendentes Insaurralde y Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), al massista Jorge D’Onofrio, la camporista Daniela Vilar, la ultrakirchnerista Florencia Saintout, entre otros, mientras que el camporista Nicolás Kreplak subió un escalón en el ministerio de Salud que antes ocupaba Daniel Gollán. Esos movimientos implicaron el corrimiento de varios funcionarios del círculo íntimo del gobernador, como el mencionado Bianco, Agustina Vila y Agustín Simoni, por citar solo algunos nombres. El año pasado se sumó la despedida de Mara Ruiz Malec de Trabajo, reemplazada por el kirchnerista Walter Correa.

Tras el cruce del sábado, distintos sectores de La Cámpora resaltaban que, en líneas generales, la relación entre el diputado y el gobernador “es buena, pero siempre subyace entre los dos cierta tensión”. Otros agregaron: “Se llevan bien, acaban de compartir un acto. No siempre coinciden con sus visiones, pero están haciendo cosas juntos”.

Los votos y las encuestas aparecen como otros factores de tensión. Además de haber conseguido una victoria clara en 2021, Kicillof es hoy quien mejor retiene los votos que Cristina Kirchner conseguiría en una elección nacional. En el oficialismo aseguran que eso “no genera celos”, pero sí vuelve más palpable la tensión con Máximo Kirchner

Las fuentes menos sutiles advierten que la resistencia de Máximo a Kicillof es tal que el líder de La Cámpora nunca barajó como una posibilidad real que el gobernador se convirtiera en el candidato a presidente del espacio. La paradoja es que esa es una coincidencia entre ambos: Kicillof nunca ocultó que prefiere un nuevo período como gobernador.

En el otro extremo, otras fuentes señalaron que la discrepancia del sábado se redujo solo al uso de la palabra “bajar” por parte de Kicillof. “Como que la gente de los barrios está abajo”, indicó una fuente, que relativizó cualquier diferencia entre ambos. “Axel venía de decir que hay que ‘bajar’ al territorio y Máximo le marcó que hay que ‘subir’, no bajar. Tiene que ver con eso”, buscó desdramatizar una fuente de la agrupación.

Si en algo coincidieron todas las fuentes consultadas fue que el episodio fue “un error”, que terminó empañando un acto destinado a promover el operativo clamor para que Cristina Kirchner revea su decisión de no ser candidata este año.

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