Venezuela se libró ayer de una incómoda votación en la sede de la Organización de los Estados Americanos (OEA ), convocada para debatir la aplicación de la Carta Democrática, el instrumento que permite marginar a un país de la institución.

Los representantes de los 34 países miembros escucharon un informe del secretario general de la OEA, Luis Almagro, uno de los críticos más implacables del gobierno deNicolás Maduro , que convocó la reunión del Consejo Permanente para abordar lo que calificó de "crisis humanitaria iné-dita" en Venezuela.

"El Consejo Permanente debe mantenerse del lado correcto de la historia y defender a un pueblo que necesita voz. Debería apoyar la voluntad del pueblo venezolano en su solicitud de un referéndum revocatorio", dijo sobre la consulta que busca destituir a Maduro y que las autoridades electorales venezolanas, dominadas por el chavismo, han demorado.

La canciller venezolana, Delcy Rodríguez, respondió que "se está dando un golpe de Estado en la OEA para favorecer el derrocamiento del gobierno legítimo de Maduro", al trasladar al ámbito regional el argumento usado contra los críticos internos. Venezuela intentó impedir la presentación de Almagro, lo que se resolvió votando con una mayoría de 20 a 12 para que tomara la palabra. Pero más tarde no votaron sobre el tema de fondo: si el orden democrático venezolano ha sido quebrantado.

Consultada sobre la situación venezolana, la canciller argentina, Susana Malcorra , dijo a LA NACION: "Nada se puede hacer sin el otro; ambos [chavismo y oposición] son gobierno ahora, tienen que encontrar la forma de trabajar juntos".