La cuarentena y la foto sanitaria

La cuarentena y la foto sanitaria

La ciudad muestra números positivos respecto de la media nacional, pero el personal de salud infectado genera preocupación. Cómo se trabaja en la prevención.

Desde la irrupción de la pandemia del coronavirus, la situación en Mar del Plata está radicalmente alejada de las presunciones que barajaba el propio Municipio al inicio de la cuarentena, como así también de los reportes de especialistas en salud.

A comienzos de abril, cuando aún se atravesaba la fase más restringida de aislamiento, la Escuela Superior de Medicina de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP) proyectó un total de 1.600 casos confirmados para fines de este mes. Unos treinta días después corrigió drásticamente su propio informe, bajando el total de casos a 50. Ni siquiera ese número parece factible: la velocidad de contagio debería duplicarse para que en solo una semana se alcanzara esa cifra.

En este marco, el escenario epidemiológico en la ciudad genera una paradoja: al ser tan pocos los casos es imposible la medición del llamado “factor R”, el que indica a cuántas personas infecta cada individuo. Conjuntamente con el tiempo de duplicación de casos son las dos variables fundamentales al momento de administrar el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO).

“Estamos tratando de medirla, pero es imposible porque tenemos pocos casos”, aseguró el intendente Guillermo Montenegro a La Tecla Mar del Plata. En cambio ponderó el tiempo de duplicación de casos, que durante el último mes se ubicó en un promedio de 30 días. Si bien en la última semana cayó a la mitad, la baja base de casos permite un control de ese cuadro. “La tasa de duplicidad es uno de los elementos objetivos que tiene nuestra ciudad, y que a nosotros nos permite insistir en la habilitación de distintas actividades”, remarcó el alcalde.

No es la única estadística que se muestra desde General Pueyrredón para desmarcarse de la situación que se registra en otros conglomerados, fundamentalmente en el AMBA. Considerando el número de habitantes, la cantidad de casos confirmados en la Comuna es 5,6 veces menor que a escala nacional; mientras que los fallecimientos están 3,7 veces por debajo. La última muerte en La Feliz data del 28 de marzo. La mayor distancia ocurre en cuanto a los infectados en tratamiento: Argentina tiene uno cada 5.2615 habitantes, mientras que en Mar del Plata, la proporción es de uno cada 50.496, una distancia de 9,6 veces.

Otra diferencia marca un elemento diferencial. “No tenemos elementos objetivos que nos permitan aseverar que tenemos transmisión comunitaria”, aseguró Montenegro días atrás. Con estos números, el esquema dispuesto por la Secretaría de Salud, en coordinación con Provincia y Nación, es que aquel paciente que tenga sospecha de coronavirus reciba la atención médica  pertinente, y en base a los síntomas expuestos se decide si corresponde realizar un hisopado para constatar o rechazar la presencia del virus. La persona que se atiende en una institución sanitaria local, sea pública o privada, y tenga síntomas leves, realiza el aislamiento en un hotel con las medidas de higiene y bioseguridad adecuadas. El objetivo es que la gente aguarde allí hasta el resultado del laboratorio. O que cumpla el aislamiento obligatorio. Por el contrario, si el paciente presenta un cuadro más severo es internado.

Actualmente, Mar del Plata cuenta con tres laboratorios para hacer testeos de coronavirus: dos  públicos (el Instituto Nacional de Epidemiología y el Hospital Interzonal) y uno privado. Los resultados de las pruebas se vuelcan al Sistema Integral Sanitario Argentino.

En este esquema se basa el gobierno local para impulsar acciones en vías de flexibilizar paulatinamente la cuarentena, partiendo de la georreferenciación de los casos. “Nos sirve para poder seguir tomando decisiones no solo con lo sanitario, sino también otra serie de determinaciones que permitan a nuestra ciudad constatar cuál es la situación sanitaria”, aseguró el jefe comunal de General Pueyrredón.

Según precisaron desde la cartera de Salud, sumando al Hospital Modular, que implicó una erogación de 3,7 millones de dólares con financiamiento de Provincia y Nación para construirlo y equiparlo, la ciudad tiene 1.600 camas y 170 respiradores para asistir a los contagiados de mayor gravedad.

Si bien en el gobierno consideran que no hay elementos para constatar la presencia de circulación comunitaria, el panorama se tornó más incierto en las últimas semanas. En el mismo día que Alberto Fernández anunciaba la fase 4 de la cuarentena, el 8 de mayo, la ciudad se quedó por diez minutos sin casos activos. Pero enseguida se constataba un nuevo positivo, el de una trabajadora de la salud.

Sin rastros aún sobre el nexo epidemiológico, al lunes 25 eran doce los profesionales de la salud con coronavirus, el sector que más preocupación genera en estos momentos, a los cuales se suman ocho casos en estudio.

A pesar del brote, Montenegro confía en seguir impulsando la reactivación económica, habida cuenta de los mejores números de la pandemia respecto de la media nacional y, principalmente, del AMBA.

 

Cruce con Kicillof

Montenegro: “Necesitamos una explicación para entender el motivo”

La negativa inicial de la Provincia a habilitar el funcionamiento de los comercios minoristas se transformó en un conflicto latente en la ciudad, luego de una prueba piloto que parecía ser una base para el regreso de la actividad.

“Necesitamos una explicación para entender el motivo”, reclamó el intendente Montenegro, en un dardo teledirigido a La Plata. Para el hombre del PRO, la “buena foto sanitaria” de la ciudad debería estar por encima del criterio de unificar en un mismo grupo a los centros urbanos con más de 500 mil habitantes.

Pesé al mensaje, la bajó la espuma al conflicto en puerta. “Siempre tenemos un diálogo tanto con Provincia como con Nación. Esto no es una discusión política, sino sanitaria”, afirmó.

Mientras tanto, los comerciantes profundizaban su reclamo: movilizaron dos veces a la Municipalidad e hicieron una apertura simbólica de las persianas en señal de protesta.

Todo ello generó sus resultados. Este fin de semana, el jefe de Gabinete bonaerense, Santiago Cafiero, le confirmó a Montenegro que elevarán los protocolos a Nación para su aprobación definitiva. “Me comuniqué con el presidente y me dijo que se va a encargar personalmente”, aseguró el intendente el lunes, durante el acto por el 25 de Mayo.

 

El rol de los hoteles sindicales

En busca de descomprimir el sistema sanitario, el Ejecutivo acordó la cesión de diversos hoteles de la Comuna para disponer de un mayor número de camas. El objetivo es que allí acudan aquellas personas con sintomatología leve o quienes fueron repatriados y deben cumplir con las dos semanas de aislamiento.

Ubicados principalmente en la zona céntrica de Mar del Plata, en la actualidad son cinco los reductos que se están utilizando. Por su parte, a General Pueyrredón volvieron hasta el momento unos 539 repatriados, de los cuales 325 fueron alojados en los hoteles por prevención.

Según precisaron desde la intendencia, los hoteles fueron cedidos gratuitamente y cuentan con las medidas medioambientales necesarias para contener a los pacientes, respondiendo a lo establecido en el protocolo del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires con relación a establecimientos para internación extrahospitalaria. De cara a un posible pico de contagios, el Municipio tiene en carpeta sumar alojamientos.

 

El control en los retenes de ingreso

Montenegro, a través de la Secretaría de Seguridad, reforzó los controles en los accesos: dispuso 7 retenes en los que, según datos oficiales, se rechaza la llegada de más de 100 vehículos por día por falta de documentación.

Además, por medio de un decreto, el jefe comunal prohibió la entrada a la ciudad en la franja de 0 a 6 horas, para desalentar al turismo.

 

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