“Cualquier decisión es mala para el PSOE”

“Cualquier decisión es mala para el PSOE”

Javier Fernández, presidente de la intervención de los socialistas, remarcó su rechazo a una tercera votación, pero evitó hablar de la abstención que necesitaría el conservador Mariano Rajoy para seguir como presidente un nuevo período.

Por Flor Ragucci

Desde Barcelona

La gestora en cuyas manos está el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) tras el bochornoso Comité Federal de este sábado, que se saldó con la dimisión de su secretario general, Pedro Sánchez, se reunió este lunes para iniciar la difícil tarea de recoger sus pedazos rotos y trabajar a contrarreloj para evitar unas terceras elecciones presidenciales. Con todas las miradas puestas en la decisión que adoptará el partido con respecto al apoyo o no de una investidura del líder del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, el presidente de la gestora del PSOE, Javier Fernández, remarcó en primer lugar su rechazo a una repetición electoral, pero evitó hablar de la abstención que necesitaría Rajoy para perpetuarse en su cargo. “Cualquier decisión es mala para el PSOE”, reconoció el gobernador asturiano que dirige el nuevo órgano socialista. “Hagamos lo que hagamos supone un desgaste. Pero la peor de las soluciones es ir a elecciones”, afirmó en rueda de prensa.

Sobre la mesa está la resolución del Comité Federal del partido que, a finales de diciembre de 2015, fijó el no a la investidura del actual presidente en funciones, Mariano Rajoy. “El no es no” de Pedro Sánchez hacia el líder del PP que agudizó la fractura de los socialistas y que, a mediados de la semana pasada , provocó la dimisión de 17 miembros de su Ejecutiva tendrá que ser revalidado en un nuevo Comité Federal que abordará la situación. “Vamos a dar tiempo a que las aguas del partido bajen más tranquilas”, explicó Fernández a los periodistas, consciente aun así de que el calendario no les da mucho margen. El 31 de octubre vence el plazo para investir presidente y, de no ser así, España pondría en marcha –por tercera vez en menos de un año– el ya desgastado reloj de la campaña electoral y las urnas.

“Una abstención no es lo mismo que un apoyo”, se apresuró a matizar el director de la gestora del PSOE –afín al sector crítico con Pedro Sánchez– a la vez que aseguraba estar abierto a reunirse con Mariano Rajoy si él se lo propone. “Como presidente de Asturias he dejado claro que no quiero elecciones. Es mi posición y la voy a mantener en el seno del Comité Federal”, subrayó, y dejó claro que antes lo hará en una reunión con todos los secretarios generales en un consejo territorial previo al próximo encuentro del mayor órgano de decisión del PSOE.

Con la salida de Pedro Sánchez y el actual desmembramiento de las filas socialistas, el jefe del Partido Popular no puede hacer menos que aguardar con calma y satisfecho. La grave crisis interna de sus adversarios, más la aplastante victoria que su partido obtuvo en los comicios de Galicia la semana pasada le permiten a Mariano Rajoy volver a ponerse cómodo en su sillón de la Moncloa. No obstante, el actual presidente en funciones dio la orden a los suyos de mantenerse prudentes y “no dar nada por supuesto”, en relación a que el PSOE vaya a permitir, con la abstención de sus diputados, el gobierno del PP. La estrategia de su partido en los próximos días será la del perfil bajo, a la espera de que un nuevo Comité Federal socialista tome una decisión al respecto; a la vez que mantiene, eso sí, la puerta abierta a los pactos con el PSOE y Ciudadanos, tal como lo viene haciendo desde que ganara por segunda vez las elecciones, el pasado 26 de junio.

El esperpento al que el país asistió este sábado en el Comité Federal de los socialistas, donde la lucha de poder y la crispación transformaron el debate político en una estéril discusión de doce horas, y la “revuelta” de 17 miembros de su Ejecutiva contra Pedro Sánchez no sólo acarrearon la caída del secretario general del PSOE –y cierto suspiro de alivio en el PP– sino que también complicaron todavía más las posibilidades de un gobierno conjunto entre socialistas y Podemos.

La formación que encabeza Pablo Iglesias condiciona su apoyo al PSOE a que éste mantenga su negativa rotunda a abstenerse para facilitar la investidura de Rajoy. Ante las dudas con respecto a esto que sobrevuelan al Partido Socialista tras el terremoto sufrido, el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, pide prudencia. “Iremos definiendo posiciones según se vayan precipitando los acontecimientos”, dijo este lunes ante los medios, aprovechando también para marcar diferencias y destacar las “garantías” que puede aportar su formación: “Nosotros nunca hemos debatido la posible facilitación de un gobierno del PP; nunca la vamos a debatir”.

Echenique sostiene que esa “facilitación” estaría más cerca tras la crisis del sábado en Ferraz (la sede de los socialistas en Madrid) porque todo parece reducirse a eso o a unas terceras elecciones generales. Sin embargo, Echenique rechaza elegir cuál de los dos escenarios sería mejor –o menos malo– para su partido: “Cuando hay que elegir entre Guatemala y Guatepeor es difícil la dicotomía”.

La conducción temporal de la organización en manos de la facción más próxima a quienes se oponen a pactar con Podemos –los diez miembros que conforman la gestora del PSOE son afines a Susana Díaz, la principal adversaria de Sánchez– no vaticina muchas más salidas que la de dejar que gobierne el PP y que los socialistas ocupen 85 escaños dentro de la oposición. El secretario de Organización de Podemos lo advertía este lunes, al declarar que el currículum del presidente de la gestora a cargo del PSOE, Javier Fernández, “no es nada halagüeño”, ya que en su día el actual presidente de Asturias “intentó poner un alcalde del PP en Oviedo”.

En cualquier caso –y tal como lo manifiestan tanto los líderes de Podemos como los del PP– aún la decisión está en el aire y hasta que no se convoque el siguiente Comité Federal del PSOE muchas voces quedan por escucharse en el seno del partido. Los “no” firmes a Rajoy también alzaron la voz para no perder la fuerza tras la dimisión de Sánchez y los primeros secretarios de Cataluña, Madrid, Castilla y León, las Islas Baleares o Valencia se pronunciaron con contundencia en contra de la abstención: “El PP no ha hecho nada en este tiempo para merecer la confianza del PSOE y que cambiemos de idea”, afirmaron.

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