Con la crisis de fondo, Italia elige a su próximo gobierno

Con la crisis de fondo, Italia elige a su próximo gobierno
Con la recesión y una interminable crisis económica como telón de fondo, unos 50 millones de italianos están llamados a las urnas este domingo y el lunes en las elecciones para el nuevo Parlamento, un voto que probablemente desembocará en una fase de fuerte inestabilidad e incertidumbre política.
Mientras en muchas ciudades la gente se prepara a emitir su sufragio, en medio de una oleada de frío, incluso con nevadas, no se descarta que el resultado podría ser similar al de abril de 2006, cuando el "Cavaliere" Silvio Berlusconi logró imponer un "casi empate" a líder de la centro-izquierda, Romano Prodi.

La gran novedad respecto de esa situación es Beppe Grillo, cuyo Movimiento Cinco Estrellas saldrá segundo. El cómico genovés concluyó su "Tsunami Tour" con una gran manifestación (unas 80 mil personas) en Roma, que demostró que millones de italianos están hartos de la austeridad y de políticos tradicionales que -afirman- no resuelven los problemas concretos de la gente común.

Grillo, que podría alcanzar incluso el 25% de los votos, estará en condiciones de llevar al Parlamento un número muy alto de diputados que terminarán condicionando la vida de la asamblea.

Todos los sondeos dan de todos modos como favoritos a los dos actores clave precisamente del centro-izquierda (con un 32-34% de los votos): el probable futuro premier y líder del Partido Democrático, Pier Luigi Bersani, y Niki Vendola, que está al frente del SEL (Izquierda, Ecología, Libertad).

Sin embargo, el eje Bersani-Vendola tendrá que hacer las cuentas con un complicado, y criticado, sistema electoral que para el Senado asigna un premio de mayoría sobre la base de los resultados en las regiones del país.

Como afirma uno de los grandes nombres de la izquierda, el ex premier Massimo D'Alema, Bersani y el PD corre en otras palabras el riesgo de obtener una victoria mutilada. En otras palabras, el PD (heredero del viejo Partido Comunista Italiano) será el eje de la futura coalición de gobierno sólo si se alzará con una victoria clara.

Para poder lograr este resultado el centro-izquierda deberá ganar en todas las regiones o, como máximo, perder sólo en las más pequeñas (a las que corresponde un número limitado de votos en el Senado).

Es por esta razón que todas las miradas apuntan hacia tres regiones clave (por peso demográfico y económico), o sea Lombardia, Sicilia y Campania. Al siempre hábil Berlusconi le alcanzaría con imponerse en un par para que el centro-derecha (el Pueblo de la Libertad y la Liga Norte) obtengan la mayoría en el Senado.

Esto es probablemente lo que terminará ocurriendo en Lombardia, una suerte de "Ohio de Italia" (el estado que en las últimas elecciones estadounidenses dio la victoria a Barack Obama).

Esta situación explica a su vez las razones por las cuales Bersani ha estado en los últimos tiempos flirteando con el premier saliente Mario Monti, más allá de los ataques cruzados que ambos se han lanzado durante la campaña electoral.

Los votos centristas que el moderado "Professore" Monti tiene en el bolsillo podrían ser fundamentales para crear una coalición en condiciones de gobernar el país, sobre todo en dos frentes: la crisis -con el drama del desempleo en el centro- y una serie de reformas políticas fundamentales.

Ambas son posibles sólo si se cuenta en el Parlamento con una mayoría más o menos cómoda.

El panorama es por lo tanto muy confuso. Por esta razón, muchos analistas destacan que de este voto saldrá en última instancia una legislatura breve, que permitirá llegar a acuerdos muy limitados sobre cuatro o cinco reformas clave. Luego es probable que los italianos deban volver a las urnas.

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