Cornejo enfrenta una crisis política por la masiva muerte de animales del Zoo

Cornejo enfrenta una crisis política por la masiva muerte de animales del Zoo

Más de 60 ejemplares, incluidos pumas y una pantera, jaquean al titular de Ambiente.Mendoza

 

Como pasó con las injustificables declaraciones juradas de sus colaboradores más cercanos que llegaron a declarar autos de un peso, el gobernador Alfredo Cornejo enfrenta una inesperada crisis política por sucesos que se salen de lo común.

Ahora el conflicto estalló por la desesperante situación de los animales del Zoo de Mendoza, un paseo que está en la falda del famoso Cerro de la Gloria, que generó una ola de repudios tan importante, que puso en jaque la continuidad del secretario de Ambiente y uno de los hombres más cercanos al gobernador. Se trata de Humberto Mignorance, ex secretario de Gobierno de Godoy Cruz hasta que Cornejo pegó el salto a la Gobernación.

 

La designación de Mignorance en la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial, se explica justamente por la segunda parte del cargo. Es una deuda de décadas para Mendoza, ordenarse. Es decir, determinar qué áreas se utilizarán para emprendimientos urbanísticos, qué lugares serán o seguirán siendo zona cultivable y cuáles se destinarán a grandes emprendimientos.

Desde que asumió el nuevo gobierno de Cornejo, y en una racha sin precedentes, han muerto más de 60 animales, entre ciervos, cabras, pumas y hasta una pantera negra.

 

En la gestión de Celso Jaque (2007-2011) y tras 30 años de discusiones, Mendoza logró aprobar una ley de ordenamiento territorial. Pero recién ahora, con la conformación de los órganos correspondientes, está tibiamente comenzando a aplicarse. Como es evidente, los negocios que se pueden llegar a hacerse a partir de controlar el ordenamiento territorial del Gran Mendoza, son enormes. Y en esa discusión justamente era importante Mignorance, un hombre de absoluta confianza de Cornejo.

 

Pero con el cargo también venía la responsabilidad sobre el Parque General San Martín y el Zoo provincial. Justamente este último es el que tiene a mal traer al funcionario.

 

Como ha pasado en otras áreas, Cornejo optó por designar en puestos clave a revoltosos dirigentes de ONG que en las gestiones justicialistas eran implacables con los funcionarios de turno. Así, en el Zoo ubicó a Mariana Caram de la ONG Oikos, cuyo jefe Eduardo Sosa, también integra el Gobierno, más precisamente como jefe de Gabinete de la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial.

Así, Cornejo se encargó de, primero, neutralizar a los siempre molestos ambientalistas al darles la responsabilidad de administrar el Zoo; segundo, fueron quienes desde hace al menos cuatro años vienen bregando por la reconversión del paseo en un “Ecoparque”.

El Ecoparque 

La idea del Ecoparque se debate por estos días en la Legislatura provincial, y consiste en transformar al Zoo en una zona de reserva, sólo con animales autóctonos, zonas educativas, recreativas y comercios en su interior. Así, el actual Zoo desaparecería.

La resistencia al proyecto es fuerte. No sólo los empleados del Zoo y ATE en general no quieren al Ecoparque, sino que asociaciones de veterinarios han mostrado preocupación por lo que se quiere hacer. Incluso desde el peronismo, se sospecha que hay un negocio detrás del proyecto: la concesión. 

El cocktel explosivo de cambios, sospechas y negocios, ha sido regado por animales muertos. Desde que asumió el nuevo Gobierno, y en una racha sin precedentes, han muerto más de 60 animales, entre ciervos, cabras, pumas y hasta una pantera negra, única de su especie en Mendoza. Incluso en los últimos días, han sido 30 los animales fallecidos.

Los funcionarios de Cornejo atribuyen la muerte de animales a la negligencia de la gestión anterior y al mal tiempo.

Según Caram y Mignorance, las muertes son consecuencia de la negligencia de la gestión anterior y del mal tiempo –en Mendoza hace dos semanas que llueve, algo llamativo–. Asimismo, indicaron que en el 2015 murieron nada menos que 390 animales, “la diferencia es que nosotros ahora lo informamos”. Incluso el Gobierno decidió darle intervención a la Justicia “para que investigue por qué mueren los anumales”.

Las declaraciones de los funcionarios fueron fuertemente rebatidas por empelados del Zoo y veterinarios, y por supuesto por ex funcionarios y los legisladores peronistas. Éstos fueron un poco más allá y directamente exigieron la renuncia de Caram y Mignorance, por “ineptos”.

No obstante, la gran pregunta que ya se hacen propios y extraños al Gobierno provincial es qué está pasando en el Zoo. La tesis de que el mal tiempo mató a todos los animales es insostenible; que sea adrede resulta extraño teniendo en cuenta la magnitud que ha tomado el escándalo.

Ahora el conflicto estalló por la desesperante situación de los animales del Zoo de Mendoza, un paseo que está en la falda del famoso Cerro de la Gloria, que generó una ola de repudios tan importante, que puso en jaque la continuidad del secretario de Ambiente y uno de los hombres más cercanos al gobernador. Se trata de Humberto Mignorance, ex secretario de Gobierno de Godoy Cruz hasta que Cornejo pegó el salto a la Gobernación.

 

La designación de Mignorance en la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial, se explica justamente por la segunda parte del cargo. Es una deuda de décadas para Mendoza, ordenarse. Es decir, determinar qué áreas se utilizarán para emprendimientos urbanísticos, qué lugares serán o seguirán siendo zona cultivable y cuáles se destinarán a grandes emprendimientos.

Desde que asumió el nuevo gobierno de Cornejo, y en una racha sin precedentes, han muerto más de 60 animales, entre ciervos, cabras, pumas y hasta una pantera negra.

 

En la gestión de Celso Jaque (2007-2011) y tras 30 años de discusiones, Mendoza logró aprobar una ley de ordenamiento territorial. Pero recién ahora, con la conformación de los órganos correspondientes, está tibiamente comenzando a aplicarse. Como es evidente, los negocios que se pueden llegar a hacerse a partir de controlar el ordenamiento territorial del Gran Mendoza, son enormes. Y en esa discusión justamente era importante Mignorance, un hombre de absoluta confianza de Cornejo.

 

Pero con el cargo también venía la responsabilidad sobre el Parque General San Martín y el Zoo provincial. Justamente este último es el que tiene a mal traer al funcionario.

 

Como ha pasado en otras áreas, Cornejo optó por designar en puestos clave a revoltosos dirigentes de ONG que en las gestiones justicialistas eran implacables con los funcionarios de turno. Así, en el Zoo ubicó a Mariana Caram de la ONG Oikos, cuyo jefe Eduardo Sosa, también integra el Gobierno, más precisamente como jefe de Gabinete de la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial.

Así, Cornejo se encargó de, primero, neutralizar a los siempre molestos ambientalistas al darles la responsabilidad de administrar el Zoo; segundo, fueron quienes desde hace al menos cuatro años vienen bregando por la reconversión del paseo en un “Ecoparque”.

El Ecoparque

La idea del Ecoparque se debate por estos días en la Legislatura provincial, y consiste en transformar al Zoo en una zona de reserva, sólo con animales autóctonos, zonas educativas, recreativas y comercios en su interior. Así, el actual Zoo desaparecería.

La resistencia al proyecto es fuerte. No sólo los empleados del Zoo y ATE en general no quieren al Ecoparque, sino que asociaciones de veterinarios han mostrado preocupación por lo que se quiere hacer. Incluso desde el peronismo, se sospecha que hay un negocio detrás del proyecto: la concesión.

 El cocktel explosivo de cambios, sospechas y negocios, ha sido regado por animales muertos. Desde que asumió el nuevo Gobierno, y en una racha sin precedentes, han muerto más de 60 animales, entre ciervos, cabras, pumas y hasta una pantera negra, única de su especie en Mendoza. Incluso en los últimos días, han sido 30 los animales fallecidos.

Los funcionarios de Cornejo atribuyen la muerte de animales a la negligencia de la gestión anterior y al mal tiempo.

 Según Caram y Mignorance, las muertes son consecuencia de la negligencia de la gestión anterior y del mal tiempo –en Mendoza hace dos semanas que llueve, algo llamativo–. Asimismo, indicaron que en el 2015 murieron nada menos que 390 animales, “la diferencia es que nosotros ahora lo informamos”. Incluso el Gobierno decidió darle intervención a la Justicia “para que investigue por qué mueren los anumales”.

 Las declaraciones de los funcionarios fueron fuertemente rebatidas por empelados del Zoo y veterinarios, y por supuesto por ex funcionarios y los legisladores peronistas. Éstos fueron un poco más allá y directamente exigieron la renuncia de Caram y Mignorance, por “ineptos”.

 No obstante, la gran pregunta que ya se hacen propios y extraños al Gobierno provincial es qué está pasando en el Zoo. La tesis de que el mal tiempo mató a todos los animales es insostenible; que sea adrede resulta extraño teniendo en cuenta la magnitud que ha tomado el escándalo.

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