Después de cuatro meses seguidos con bajas mensuales, la construcción retomó el crecimiento en junio, con un avance fuerte del 6,8% en relación a mayo que, de consolidarse, confirmará que el sector entró en una nueva fase de expansión después del frenazo por la segunda ola de coronavirus. De cara a este segundo semestre, los principales factores que entusiasman a los empresarios son el impulso de los planes oficiales de obra pública y de financiamiento para la compra de materiales con el Ahora 24, y los bajos costos en dólares medidos al tipo de cambio blue, que está en torno a los $180.

De acuerdo al Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) difundido este jueves por el Indec, la variación interanual fue del 28,6%, una suba importante pero menor a la de los tres meses previos, que se compararon en relación al peor momento de la cuarentena. Con todo, el índice marcó una mejora acumulada del 61,6% desde enero frente al mismo período del año pasado y ya se ubica 21,7% por encima de los niveles previos a la pandemia.

Los mayores incrementos en el consumo de suministros para la edificación se observaron en el hormigón elaborado con un 193,3%, asfalto con un 117,2% y mosaicos graníticos y calcáreos con un 105%.

Por su parte, el cemento Portland mostró un salto del 20,5% que, según la Asociación de Fabricantes de ese insumo, en julio volvió a mostrar otro 21% de crecimiento interanual y 8,5% mensual, alcanzando durante el mes pasado un despacho de más de un millón de toneladas.

"El dato de cemento de julio es importante, ya que se suma al fuerte 6,8% del ISAC de junio, por lo cual podemos hablar de un brote verde, más allá de que todavía falta para confirmar si se salió de la depresión", evaluó el economista de la UBA Ariel Coremberg y experto en Cuentas Nacionales.

La serie del Indec había mostrado que desde febrero la actividad del sector había comenzado a decaer tras alcanzar cierto techo, pero el avance de la vacunación y el levantamiento de las restricciones volvieron a empujar al rubro sobre el final del primer semestre.

En ese sentido, un informe de ACM señaló que "los principales drivers favorables en el futuro para la construcción serían los bajos costos en dólares, aunque crecientes en los últimos meses, tasas de interés reales bajas y un renovado impulso a la obra pública". "Los controles cambiarios podrían impulsar la demanda inmobiliaria", añadió la consultora en el reporte.

Por su parte, desde el ministerio de Economía resaltaron que en las encuestas realizadas por el Indec a los empresarios del rubro, de los que se dedican mayormente a obras públicas más de la mitad prevé una mayor actividad para los próximos tres meses, cuando en mayo ese porcentaje había sido de sólo un tercio.

Respecto a la inversión privada, Coremberg advirtió por el "exceso de oferta" tanto en los edificios de oficina ante el boom del homeworking como los de viviendas: "no veo un vuelo sustancial", consideró.

En cuanto al empleo registrado, alcanzó las 360.313 personas, un volumen superior al de marzo de 2020, aunque todavía por debajo de la "normalidad" de febrero de ese año, previa irrupción de la Covid-19.

 

Por Ignacio Ostera