Claras señales de confianza del gobierno a la oposición

Claras señales de confianza del gobierno a la oposición

Cedió la presidencia de la comisión de Hacienda del Concejo a una concejal de Raverta. Tampoco tendrá mayoría. Aun así, espera que el presupuesto y el aumento de tasas no sufran dilaciones.

“Si te llevás puesto a algún bloque, tarde o temprano lo pagás”. La frase la musitaron en el Concejo Deliberante después de que el presidente, Ariel Martínez Bordaisco, firmara el decreto de composición de las comisiones internas del cuerpo. Era una explicación del cuidado con el que tuvo que proceder el radical al momento de negociar con la oposición los casilleros de esos espacios.

Después de decenas reuniones, llamados telefónicos y mensajes de whatsapp, cada bloque se llevó algo de lo que anhelaba y cedió otro tanto. El primer dato que despunta es que esas deliberaciones no duraron más de lo que tenían que durar: concluyeron antes de que venciera el plazo para la presentación del presupuesto 2020 y de que el gobierno enviara el proyecto al Concejo. De otra forma el tratamiento de esa norma esencial para el funcionamiento del municipio se hubiera demorado aún más de lo que la postergó el propio cambio de gobierno.

Bosdaisco, que se involucró de lleno en las negociaciones, le ofrendó así a la gestión de Guillermo Montenegro su primera muestra de fiabilidad. El presidente del Concejo cree que incluso podría haber cerrado la composición de las comisiones una semana antes, pero obró con prudencia para que ningún bloque se sintiera desairado y pudiese albergar algún sentimiento de revancha.

Del diagrama general de las comisiones surge, ante todo, una clara señal de confianza a la oposición por parte del Gobierno –que se inmiscuyó sutilmente en el armado– y el oficialismo. Ocho de las doce comisiones tienen mayoría opositora y cinco de ellas tienen además un presidente que no responde al gobierno.

El interbloque de Juntos por el Cambio se reservó la mayoría en las de Transporte y Tránsito –por donde pasan los aumentos de boleto y se discutirá el pliego del servicio–, Recursos Hídricos –punto de partida del presupuesto de Obras Sanitarias–, Turismo –donde se debaten las licitaciones de las unidades turísticas– y Legislación, una de las consideradas “de cierre”: hacia allí derivan los expedientes antes de llegar al recinto.

En la otra, la de Hacienda, los papeles presentan un escenario más adverso para Montenegro. La presidirá Virginia Sívori (Frente de Todos), una de las preferidas de Fernanda Raverta, y habrá una mayoría opositora de 5 contra 4. Fuentes legislativas coinciden en que la configuración inicial preveía una mayoría oficialista, pero que un cambio consensuado de último momento modificó la ecuación.

Allí es donde se verifica con mayor nitidez la confianza que deposita Montenegro en la oposición. Tiene sus razones. Una de esas opositoras es Mercedes Morro, secretaria general del gremio gastronómico, que ya tiene una integrante en el gabinete: Selena Marinelli, directora general de Empleo. Otro es Horacio Taccone, el hombre de Acción Marplatense que el intendente procuró llevarse al Emder. Los puentes para que en la realidad las cuentas no resulten como en los papeles están tendidos. Sobre todo en el expediente más urgente: el presupuesto 2020.

Conviene considerar otro punto. En la conformación de estos ámbitos de debate el único concejal arroyista que permanece en el Concejo, Mauricio Loria, fue considerado un oficialista más. “Lo contamos como propio”, no dudaron en decir en el interbloque de Juntos por el Cambio. Es un dato que no llama la atención en el ambiente legislativo, pero que registra como antecedente la exclusión de la Agrupación Atlántica entre los partidos que conformaron la alianza oficialista en las últimas elecciones. El nuevo vínculo explicaría la renuencia de Montenegro a machacar sobre la herencia. 

En un encuentro distendido, el intendente, el coordinador de gabinete y los secretarios de Hacienda y Gobierno les adelantaron a los jefes de bloque los principales rasgos del cálculo de gastos y recursos y las ordenanzas fiscal e impositiva. Desde lo gestual, otra vez, mil kilómetros de distancia con el gobierno de Arroyo. Tantos que un concejal sugirió a los funcionarios no insistir con las comparaciones con ese pasado. “Es demasiado malo como punto de referencia”, deslizó.

Lo cierto es que en esa reunión los ediles se enteraron el monto del presupuesto y el porcentaje de aumento de tasas horas antes de que se hiciera público. También conocieron el incremento que experimentará la sobretasa de Salud para hacer frente a las bonificaciones docentes. El tributo, creado por Pulti a partir de la fundación del CEMA, tendrá un agregado en el nombre para que no quede disociado con el destino de los fondos: sumará el término “Educación”.

El intendente aprovechó la ocasión para solicitar celeridad en el tratamiento. La presidenta de la comisión de Hacienda, que ya habló de una estrategia comunicacional engañosa del gobierno, jura que no tiene ninguna intención de demorarlo. Eso sí: habrá, como de costumbre, un desfile de secretarios para que den detalles de lo que piensan hacer en sus áreas. El cronograma de visitas todavía es un boceto.

Un dato alivia a Montenegro: el presupuesto local comenzará a considerarse después de la aprobación de la ley impositiva bonaerense en la Legislatura. Hubiera sido un trastorno que la norma siguiera trabada y perduraran los dardos envenenados que se lanzaron el oficialismo y la oposición provincial en los 15 días que duró su tratamiento. De un modo u otro esas trifulcas, que continúan pero a menor escala, siempre repercuten en la ciudad.

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