China asume en el foro de Davos el liderazgo de la globalización y del libre comercio

China asume en el foro de Davos el liderazgo de la globalización y del libre comercio

Sin nombrar a Trump, XiJinping criticó el proteccionismo y habló de deficiencias en la regulación financiera para explicar la crisis. Nadie saldrá ganando de una guerra de aranceles.

DAVOS. AFP, EFE, DPA Y CLARÍN 

​ “El proteccionismo es como encerrarse en una habitación oscura: da la impresión de que uno se escapa de la lluvia y del viento, pero también se está quedando sin la luz del sol y sin el aire”. Con lo que parecía un proverbio inventado para la ocasión, el presidente de China, Xi Jinping, inauguró ayer el Foro Económico Mundial en Davos dando un encendido discurso de apoyo a la globalización.

“Debemos mantener nuestro compromiso con el desarrollo del libre mercado y de las inversiones, promoviendo la liberalización y la facilitación del comercio con la apertura y con el rechazo al proteccionismo”, dijo en el refugio de montaña suizo el líder de un partido que aún conserva la palabra comunista en su nombre.

Aunque Xi no nombró al que pasado mañana se convertirá en presidente de los EE.UU., algunas partes de su discurso parecían respuestas claras a las amenazas de aranceles contra China pronunciadas por Donald Trump en campaña. “Los países deberían atender sus intereses teniendo en cuenta el contexto más amplio y abstenerse de hacerlo a costa de otros”, dijo Xi en la primera visita de un presidente chino a Davos. Y en un tono más amenazador: “Nadie saldrá ganando de una guerra de aranceles”.

También presente en Davos, el asesor de Trump Anthony Scaramucci se sintió en la obligación de defender la postura del magnate inmobiliario sobre el comercio internacional. “Hemos permitido que los bienes y servicios entren libremente a los Estados Unidos, pero también hemos permitido que nuestros bienes y servicios sean obstaculizados en otros países”, dijo. Según Scaramucci, lo único que pide Trump es simetría en los acuerdos comerciales: “De una manera paradójica, el presidente Trump podría ser una de las grandes esperanzas del movimiento globalizador”.

Tan paradójico como ver al secretario general del Partido Comunista chino dar lecciones de globalización a los principales empresarios y líderes del mundo capitalista, mientras el Reino Unido abandona la Unión Europea y EE.UU. elige a un presidente reacio al libremercado.

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“No tiene sentido responsabilizar a la globalización económica de los problemas que tiene el mundo porque sencillamente no es así”, dijo Xi. Para justificarlo, se refirió a dos crisis recientes: la financiera y la de refugiados en Oriente Medio y África del Norte. Según Xi, la primera es responsabilidad de la búsqueda insaciable de beneficios por parte del capital y de las graves deficiencias en la regulación, incapaz de evitar las burbujas financieras y la alta volatilidad de los mercados. En la crisis de refugiados, dijo Xi, los culpables eran la guerra y las turbulencias regionales, pero no la globalización.

En apoyo del discurso pro mercados del presidente, el Consejo de Estado de China anunció ayer una mayor apertura a las inversiones exteriores en los sectores de minería, infraestructura, servicios y tecnología. Pero lo cierto es que, a pesar de la defensa del libre mercado de Xi, China sigue combinando liberalización con fuertes inyecciones de dinero público en sectores clave y límites a la libre competencia. Por el momento, la fórmula ha resultado exitosa. Como recordó ayer Xi, “se espera que la economía de China crezca 6,7% en 2016, una tasa que aún sigue estando entre las más altas del mundo”. Para los que se preocupan por la desaceleración de su crecimiento, Xi explicó que el PBI chino era ahora “mucho más grande que en el pasado y genera más produccción que cuando crecía a tasas de dos dígitos”.

Aunque una guerra de aranceles sería muy perjudicial para todas las partes, la retórica anti comercio de Trump le da a China la oportunidad de ocupar el espacio que deja Estados Unidos. Si Trump cumple con lo prometido y abandona el tratado comercial de los países del Pacífico (TPP), Beijing se convertirá en el actor clave de la zona con su Asociación Económica Regional Ampliada (RCEP, por sus siglas en inglés), un tratado de libre comercio alternativo que excluye a EE.UU. (igual que el TPP excluía a China).

Ser reconocida como economía de mercado es el próximo objetivo de China. Cuando en 2001 ingresó a la Organización Mundial de Comercio (OMC), se fijó el plazo de 15 años para un reconocimiento que le evitaría las medidas antidumping que EE.UU. y la UEaplican periódicamente contra los productos chinos.El plazo venció en diciembre pero sus socios comerciales en la OMC piden posponerlo porque estiman que China sigue subsidiando y manteniendo artificialmente bajos algunos precios de exportación.

Beijing protesta en la OMC pero sigue adelante. Entre otros recursos, con discursos como el de Xi en Davos. “Los dátiles crecen entre cardos y espinas”, decía ayer el presidente de China.“Nada es perfecto en el mundo”.

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