La expresidenta compartió un extenso descargo en sus redes en referencia al proceso judicial de la causa Cuadernos. Allí, apuntó contra el fiscal Carlos Stornelli, a quien responsabilizó por las maniobras de coacción y persecución judicial.
La expresidenta Cristina Kirchner denunció este jueves que los funcionarios y empresarios arrepentidos en la causa cuadernos fueron, además de “extorsionados”, “torturados” para confesar. En un extenso mensaje en sus redes sociales, apuntó contra el fiscal Carlos Stornelli.
El jueves 6 de noviembre dio inicio el juicio oral por la Causa Cuadernos, donde la expresidenta es investigada por delitos de asociación ilícita y cohecho por el Tribunal Oral Federal 7. En la jornada inaugural, se leyeron las imputaciones a los 87 imputados del caso.
La exmandataria afirmó desde su cuenta de X: "Ya lo habíamos dicho: en esta opereta judicial de los Cuadernos truchos, a los llamados ´arrepentidos´ habría que llamarlos ´extorsionados´. Y la verdad… nos quedamos cortos. Porque ahora vemos que algunos de estos ´extorsionados´, directamente fueron torturados".
"A uno de ellos lo aislaron en una celda sin ventanas, bajo un reflector encendido las veinticuatro horas del día. Nunca sabía si era de día o de noche. Lo filmaban constantemente, como si el tormento necesitara testigos, pero le negaban el contacto humano: nadie podía verlo, nadie podía hablarle", relató la exmandataria.
"Esa combinación de luz perpetua, vigilancia y soledad no es un exceso administrativo: es lo que llaman tortura blanca, diseñada para quebrar la mente sin dejar marcas visibles. Sólo faltó que le hicieran el ´submarino´ (para los que tuvieron la suerte de no vivir en Dictadura… es cuando te meten la cabeza bajo el agua hasta que sentís que te ahogas)", agregó.
El mensaje estuvo acompañadom por un video extraído de la televisión, en donde Roberto Herrera relata la experiencia de uno de los "arrepentidos", afirmando que "estuvo en un lugar de detención que es Cavia, donde estuvo casi aproximadamente 28 o 30 días, en un lugar donde estaba aislado de todo el mundo con un reflector las 24 horas… y filmándolo, no sabía si era de día, si era de noche, o sea, era un castigo… él entra dentro del sistema de testigo protegido y nosotros no lo podíamos ver”.
Ante esto, la expresidenta exclamó: "Esto ya no es lawfare, es persecución política con métodos propios de las dictaduras. Niveles de coacción contra ciudadanos nunca vistos en democracia".


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