Boom de ventas de composteras en pandemia: cómo reciclar en casa y que huela a césped

Boom de ventas de composteras en pandemia: cómo reciclar en casa y que huela a césped

Es una práctica que explotó en cuarentena y se triplicaron las ventas. Cada año en todo el mundo se pierden o desperdician 1300 millones de toneladas de alimentos, según los datos de la ONU.

Probablemente hace poco más de un año escuchar hablar de compost o de “compostar” no resultaba familiar para muchas personas que viven en ámbitos urbanos. Sin embargo, la práctica creció y hasta se triplicó en los hogares desde que comenzó la pandemia.

Uno de los principales motivos está relacionado con los meses de cuarentena y el tiempo de permanencia en casa. Por eso la mayor cantidad de ventas, de acuerdo con los fabricantes, se registró entre junio y agosto del año pasado.

De acuerdo con el Índice de desperdicio de alimentos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), difundido este mes por la Organización de las Naciones Unidas, cada año en todo el mundo se pierden o desperdician 1300 millones de toneladas de alimentos.

Esto, además de agravar el hambre a nivel planetario, repercute directamente en los tres puntos críticos que actualmente amenazan al futuro colectivo: el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación. Casi 570 millones de ese total de desperdicios se produce en los hogares, por lo que la acción individual, aunque pueda parecer chica, tiene un impacto positivo fundamental.

Este es el punto en el que el compostaje aparece como una opción infalible para reducir la cantidad de residuos generada. Se trata de un proceso natural a través del que, en un plazo promedio de dos a tres meses, restos orgánicos se transforman en tierra fértil. El resultado es abono de bajo costo y de alta calidad que se puede producir en los hogares. Todo el mecanismo puede ocurrir en un espacio reducido.

Es el reciclaje más antiguo y, si se quiere, rudimentario, ya que se realiza con pocos materiales y de forma sencilla. Si bien la práctica ya se conocía y comenzaba a ganar notoriedad, desde que inició la pandemia y, puntualmente, en los meses de aislamiento, el interés y las ventas de composteras, recipientes para realizar el proceso, creció.

“El hecho de estar más en casa y de ver también los residuos que generamos, le dio mucho mas foco al tema. Fue sobre todo mayo, junio y julio que, en nuestro caso, duplicamos y hasta triplicamos ventas”, indicó a TN.com.ar Lucía Martínez, una de las creadoras de Compas Composteras, fabricantes y vendedores de los recipientes.

“Mucha gente tenía cero idea directamente sobre el tema pero se animó a empezar en ese momento. Porque suele pensarse y aún pasa, que el compost lleva mucho trabajo. Si bien lo lleva, no en el punto que se imaginan. Y estar en la casa dio más la seguridad de que era algo que podían controlar”, detalló. “Básicamente, en lugar de tirar los residuos vegetales a la basura, lo haces en la compostera”, sintetizó.

En el caso de Lucía, diseñadora industrial que vive en la Ciudad de Buenos Aires, el compostaje se instaló como parte de sus hábitos diarios desde hace unos 6 años, al tiempo en que se transformaba también en un medio de trabajo. “Es mi día a día. Somos tres socios y tuvimos la idea de fabricarlas en la facultad, buscando una alternativa a los problemas ambientales. En ese momento no era muy conocido el tema”, recordó. “Así que primero fue aprender y después ajustarse a las necesidades que había”, agregó.

Martin Almiña, que forma parte de la Asociación Civil Más Oxígeno (dedicada a acciones tendientes a mejorar la conciencia ambiental) y coordina la comunidad “Red de Compostaje”, coincide en la percepción con respecto a los cambios que se produjeron del 2020 en adelante. De acuerdo con los datos de la organización, que cuenta con tienda online en la que ofrecen recipientes de distintas marcas, modelos y capacidades, el año pasado aumentó “casi un 500% la facturación” en venta de composteras.

De acuerdo con el informe de la ONU, la pérdida y el desperdicio de alimentos generan aproximadamente entre 8% y 10% de las emisiones mundiales de los gases de efecto invernadero, mientras que el uso de la tierra y los recursos hídricos ejercen una presión cada vez mayor sobre la biodiversidad. Por eso, quienes optan por compostar y difundir la práctica remarcan varios puntos clave.

“Creo que hubo un incremento de conciencia en este sentido”, opinó Almiña en diálogo con este medio. “El compostaje tiene como beneficios la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero, ahorro en el gasto municipal, ayuda a la regeneración de suelos, también sirve como fertilizante para huertas”, apuntó.

En este contexto, ambos destacaron que el “boom” fue el año pasado y que el cambio de hábitos ya se instaló. “Una vez que lo incorporas y te das cuenta de que es algo que podes mantener, ya es parte de tu vida. Abrió mucho mas la conciencia sobre cómo manejar los residuos”, percibió Martínez. “Este año es más normal en cuanto a ventas, pero no es que dejan de compostar”, remarcó.

“Hacer compost en casa nos permite cambiar nuestros hábitos de consumo. Nos impulsa a comer mejor, a cocinarnos, a fabricar nuestro propio abono y porque no, también a hacer crecer nuestros alimentos”, se explayó Almiña.

“Estamos en una época en donde el ser humano se da cuenta de que los microorganismos y las bacterias son mucho más importantes de lo que creíamos. El compost es parte de ese mundo invisible, que está resurgiendo, en este caso, para que no exista más la basura en el planeta”, agregó.

Cómo funciona y dónde se puede compostar

Puede hacerse tanto en una casa como en un departamento. Si se cuenta con jardín, se puede armar el compost directamente en el suelo, solo hace falta hacer un pozo de unos 20 litros de profundidad y cubrir siempre los orgánicos con tierra.

Por el contrario, en un departamento o casa con patio sin tierra, con un recipiente que sirva de compostera, iniciando el proceso con una base de dos dedos de tierra.

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¿Qué se puede incorporar en el compost? Residuos orgánicos de origen vegetal: frutas, hortalizas y tubérculos, legumbres, verduras y cereales, pasto recién cortado, flores, cáscara de huevos, cáscaras de fruta, carozos de frutas y verduras, yerba, café, saquito de té e infusiones; y también deben sumarse elementos secos como hojas, restos de ramas, o cartón sin tinturas.

Los especialistas recomiendan incorporar todo en trozos pequeños y distribuidos de forma pareja para facilitar su degradación. Estos restos no deben estar condimentados ni procesados. “Todavía está ese gran mito de que genera olor feo; pero eso solo pasa si no está sano el compost o porque hay algún problema. Si está bien llevado, huele a césped, a tierra húmeda”, indicó Martínez.

De todas maneras, insistieron en que se trata de una práctica que, al igual que cualquiera, si sale mal, puede repararse y mejorarse. Una clave, según el coordinador de Red de Compostaje, es prestarle atención y remover el contenido cada tanto para airear. “Buenos secos, los descartes en trozos pequeños, regular la aireación y la humedad y listo, bacterias felices, abono rico en nutrientes, y no más basura”, cerró.

Según indicaron, pueden incorporarse o no lombrices al proceso. Se trata del tipo “rojas, californianas” que aceleran el proceso.

Compostaje “comunitario”: recolectaron más de 4 mil kilos de orgánicos en dos meses

El Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad de Buenos Aires habilitó el depósito de residuos orgánicos en nueve Ferias Itinerantes de Abastecimiento Barrial (FIABS), desde febrero.

El crecimiento del interés por el destino de los residuos se reflejó también en este plano, de acuerdo con los indicadores del Gobierno porteño. Según los números, en los últimos dos meses se recolectaron más de 4000 kilos de orgánicos. “Con 2000 kilos de residuos orgánicos se pueden generar 900 kilos de compost, lo que permite abonar 1280 metros cuadrados de superficie, o el equivalente a la Plaza de La República”, indicaron desde Espacio Público.

Lo reunido luego se lleva al Centro de Reciclaje de la Capital para compostarse. “Cerca de la mitad de nuestros residuos son orgánicos y compostables. Por eso es tan importante que los vecinos y vecinas se comprometan a separar en origen y a llevar los orgánicos a las FIABs y Puntos Verdes”, dijo Clara Muzzio, ministra de Espacio Público e Higiene Urbana porteño.

Son nueve las ferias en las que se pueden dejar los residuos y 18 “Puntos Verdes” a los que piden se entreguen en bolsas cerradas. Desde febrero, recibieron más de 20.600 kilos. Los puntos de recepción pueden consultarse en el sitio web.

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