Arroyo retomó el debate sobre un Ingreso Básico Universal tras el fin del IFE

Arroyo retomó el debate sobre un Ingreso Básico Universal tras el fin del IFE

Remarcó la importancia del Potenciar Trabajo como una política de asistencia económica en la que hay una contraprestación laboral por parte de los beneficiarios

El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, retomó el debate sobre el salario universal al remarcar que Argentina debe orientarse hacia un "ingreso social ciudadano" tras el fin del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE). En este sentido, enfatizó que esa ayuda económica debe ir acompañada de una contraprestación laboral por parte de los beneficiarios, como sucede con el Potenciar Trabajo.

"La Argentina tiene que ir a un ingreso social ciudadano, un ingreso que sirva como base de reconstrucción. No es que me parece a mí, lo dice la Cepal, lo están haciendo en España y en Alemania. Está muy instalado", sostuvo Arroyo.

En este sentido, insistió en que Argentina tiene que "ir caminando hacia ese lado", y hacia ese horizonte apunta el programa Potenciar Trabajo: "Todo apoyo económico tiene que tener una contraprestación por el trabajo", señaló en una entrevista con el diario Clarín, publicada este domingo.

¿Cuál fue el impacto del IFE? Para el ministro, "el IFE marcó el verdadero nivel de informalidad que hay en la Argentina". "Hay entre 15 y 16 millones de personas que se beneficiaron con él; 9 millones de familias. Marca el verdadero nivel de informalidad del país", sostuvo.

"Hay una parte importante de la gente que la tienen más complicada: los jóvenes y los nuevos pobres, los que se quedaron sin trabajo. Por eso generamos el Plan Potenciar Inclusión Joven para jóvenes de 18 a 29 años, becas de $8500 por 12 meses para proyectos productivos, culturales y educativos y para que terminen la escuela secundaria", destacó.

Con respecto a la gente que se queja de la existencia de planes sociales, contestó que si bien entiende a "aquel que está pagando impuestos, la tiene complicada y quiere saber qué pasa con los demás, hay que entender que en la Argentina todos trabajan".

"En los comedores, el grueso de las personas que tienen programas sociales trabaja. Todo apoyo del Estado tiene que haber una tarea de parte del que lo recibe. Va a achicar esa distancia. Estamos haciendo un cambio profundo, ahora tienen que trabajar", indicó.

Arroyo lamentó que el resultado de los datos del Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), que dio a conocer que 44% de los argentinos son pobres y 60% de los niños del país viven en la pobreza. "La situación social es crítica en la Argentina. Tenemos 11 millones de personas con asistencia alimentaria. En las últimas semanas el número empezó a bajar, pero es una verdadera situación crítica", planteó.

Con respecto al aumento en la cantidad de beneficiarios de asistencia alimentaria durante la pandemia, remarcó que Argentina pasó de "8 millones a 11 millones de asistentes a comedores", y "va a pasar mucho tiempo para que vuelvan a ser 8 millones", aunque "desde hace 4 semanas ha bajado sostenidamente" de la mano de "más changas en los sectores de la construcción y en el textil" y mayor apertura económica, "sobre todo en el conurbano bonaerense".

A pesar de la situación crítica, consideró que "en la Argentina no hay condiciones para un conflicto social" durante diciembre, "no hay ánimo, hay mucha gente que está angustiada". En este sentido, subrayó que "el mes más duro para las familias es el mes de marzo porque ahí se conjugan los gastos del verano, la baja de changas y se agregan todos los costos de la vuelta a clases. Siempre estamos mirando diciembre, pero marzo es más difícil".

En este contexto, afirmó que "sacando el problema del trabajo y el coronavirus, el endeudamiento y el costo de alimentos son los temas más críticos". "Más del 40 por ciento de la gente no accede a créditos bancarios. En los barrios la gente recurre al financista de la esquina al 200 por ciento anual. Tiene que pedir un recrédito para poder pagar. Encaramos un mecanismo de crédito no bancario al tres por ciento. Queremos extenderlo mucho para que puedan comprar máquinas, insumos y apoyar a las 6 millones de personas que trabajan por su propia cuenta", sostuvo.

"La última medición de inflación del Indec de la canasta de alimentos fue de 4,8. En nuestro propio Indec barrial era más alta. Tiene que ver con la cuestión externa, con el dólar, con que somos un país que produce alimentos y exporta a la vez. Hay acercar al productor y al consumidor. Apuntamos a tener 400 mercados centrales y a que los pequeños productores puedan producir", adelantó Arroyo.

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