Primero dijeron que no fue representativa. Después, que movilizó sólo a “adictos de la dictadura”. Ahora, que fue organizada por profesionales. Los voceros habituales del Gobierno buscaron restarle importancia al cacerolazo del jueves y deslegitimaron no sólo sus reclamos, sino también su vehículo y poder de convocatoria.

Para el senador Aníbal Fernández, la movilización fue “armada por profesionales” porque, argumentó en declaraciones televisivas, “hubo cientos y miles de identidades falsas” creadas en las redes sociales para convocar a la marcha. Antes, el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, había insistido en que la movilización “no fue espontánea”.

En los últimos años, sin embargo, las redes sociales y mensajes de texto han servido como vehículos para convocar a marchas masivas en diferentes partes del mundo. Ya en 2008, las movilizaciones en España contra el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero por su política antiterrorista eran convocadas por mensajes de texto.

Lo mismo sucedió este año con los indignados de España y Grecia, cuyas movilizaciones se generaron a través de Facebook y Twitter. En la protesta iraní de 2009, el Gobierno no logró frenar la convocatoria y el asesinato de la joven Neda Agha-Soltan se conoció a través de las redes sociales.