Mauricio Macri había ganado el ballotage y era el futuro presidente de los argentinos. Los anuncios del inminente levantamiento del cepo y eliminación de retenciones, verdaderas piedras basales de la campaña del candidato de Cambiemos, generaron una esquizofrenia en el consumidor, que pasó hacia fines de noviembre a "reventar el plástico" con compras navideñas y no navideñas a la espera de un aumento de precios post-medidas.

El escenario fue diferente al previsto por el mercado. Los precios minoristas se incrementaron sobre una proyección de un dólar de $15 y en algunos otros casos, como en la carne, pollo, pan, lácteos, artículos de higiene personal y el hogar, tuvieron subas superiores al promedio de la canasta básica de productos.

Finalmente, se levantó el cepo y el dólar con flotación administrada se encuentra en los $13,20, pero con precios en el mercado interno de un dólar de $15 que han presionado fuertemente sobre el bolsillo del consumidor. Durante esta semana, hubo dos encuentros importantes entre referentes del gabinete económico de Macri y miembros de la CAME por dos preocupaciones puntuales: la liberación de importaciones y el mantenimiento de la tasa de inversión productiva para las Pymes.

En el encuentro con Miguel Braun, el flamante secretario de Comercio, este les dijo "Tenemos instrucciones precisas del presidente Macri de cuidar los puestos de trabajo y defender a la industria de la competencia desleal externa". A su vez, aseguró que incorporaran licencias no automáticas y se aplicarán medidas para arancelarias a fin de impedir las destrucción de fuentes de trabajo. En la reunión con Federico Sturzenegger, presidente del Banco Central, se le solicitó la continuidad de la línea de crédito para inversión productiva (LCIP) y flexibilizar el acceso al mismo para las Pymes, incrementar la transparencia financiera a los efectos que los empresarios cuenten con información sobre tasas, comisiones y otros costos alentando la competencia entre bancos e incrementar la financiación y prefinanciación de exportaciones con tasas accesibles.

En esta misma semana, la vicepresidenta Gabriela Michetti amenazó con "abrir importaciones" para bajar los precios del mercado interno. Sin embargo, las resoluciones por parte del gabinete económico tienden a generar acuerdos entre el sector público y privado. En principio se anunció el SIMI (Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones), que reemplazará a las DJAI por la cual las licencias automáticas de importaciones serán unas 12000 y las no automáticas unas 1400.

Estas medidas trajeron un alivio a sectores como textil, calzado, juguetes que veían la amenaza de la apertura de importaciones como una competencia desleal hacia su producción interna y la consecuente pérdidas de fuentes de trabajo (469.000 empleos) que impactaría sobre la actividad del mercado interno del cual viven estas empresas.