La Cámpora volvió a demostrar que sirve para muchas cosas menos para sumar. El encuentro de este sábado del PJ bonaerense que se venía trabajando hacia semanas y estaba pensado como un primer parate fuerte al gobierno de Mauricio Macri voló por el aire cuando Maximo Kirchner exigió que la declaración final incluyera un convocatoria a marchar a los tribunales de Comodoro Py el próximo 7 de Marzo, cuando debe declarar Cristina.

Los primeros en manifestar su incomodidad fueros los sectores de la CGT que ya tienen convocada una marcha para ese día para reclamar contra los despidos. De inmediato se sumaron al repudio a la idea el Movimiento Evita y el sector que lideran Diego Bossio y el dirigente de Smata, Oscar Romero.

El tiro de gracia final al encuentro de Santa Teresita se lo dieron en la mañana de este viernes los intendentes del Grupo Esmeralda. El intento de La Cámpora de imponer la línea política hizo reverdecer en todos los que venían negociado la cumbre de Santa Teresita, los peores recuerdos.

La situación empezó a descomponerse el miércoles por la noche cuando los camporistas insultaron a los diputados del PJ que votaron la ley de ART que envió Macri y tenía el consenso de los gremios.

Con mucho trabajo se había conseguido unir a estos sectores bajo la consigna "Unidos por la Argentina", pero la intransigencia del núcleo duro de la ex presidente dinamitó el ejercicio y abrió graves interrogantes sobre el desafío electoral de este año. "Nadie discute a Cristina, pero si esto vuelve a ser la lapicera en manos de La Cámpora, vuela por el aire. Venimos de dos experiencias electorales horrorosas, donde los que ahora quiere retomar la conducción hicieron todo mal", afirmó frustrado a LPO uno de los dirigentes que trabajó en acercar las partes.

Como contó este sitio, ya todos los intendentes estaban dispuestos a encolumnarse detrás de la figura de Cristina Kirchner, porque saben que la ex presidenta es la que mejor mide en sus distritos, pero convertir sus problemas judiciales por casos de corrupción en una bandera electoral, es el camino más directo para explotar un proceso de unidad que de por si es difícil.

"Esto es todo beneficio para Macri, que se ahorró una foto en la que le íbamos a marcar todas las consecuencias nefastas de su modelo económico y también es ganancia para Massa que ahora puede decir: ´Vieron, yo les avise´", agregó otro de los dirigentes que participó de las negociaciones.