Lammens intercaló un almuerzo con Fernández en su recorrida

Lammens intercaló un almuerzo con Fernández en su recorrida

El candidato a jefe de gobierno cerró su campaña con visitas a diferentes barrios

 

Matías Lammens cerró su campaña a jefe de gobierno porteño con una recorrida donde matizó encuentros con docentes, abuelos y médicos con el teatro y el rap en Plaza Lavalle. Pero la caravana cívica tuvo una escala fuera de programa: un sorpresivo almuerzo a solas con Alberto Fernández en Puerto Madero, donde analizaron los escenarios poselectorales, que el candidato presidencial prevé agitados y donde el presidente de San Lorenzo se ofreció a trabajar para tender puentes en una transición ordenada.

Lammens, que apuesta a que el domingo forzará a Horacio Rodríguez Larreta a definir la elección en un ballottage el 24 de noviembre, arrancó el día en Caballito, en el Hospital Durand, y de allí a Balvanera, a la escuela Mariano Acosta. Se sacó decenas de selfies, abrazó médicos, besó docentes y repartió boletas.

Cuando iba para la confitería Las Violetas, de Almagro, su próxima parada de campaña, sonó su celular. Era Santiago Cafiero, mano derecha de Fernández, quien le decía que el jefe lo esperaba para almorzar en Puerto Madero. Corrió a Negroni, un restaurante pegado al Hilton y al departamento donde vive el candidato presidencial del kirchnerismo. Allí suele hacer sus encuentros. A solas, y durante una hora, mientras daban cuenta de un plato de carne con puré, hablaron de la organización del búnker el domingo, la confirmada presencia allí de Cristina Kirchner, del cierre nacional de Mar del Plata, pero principalmente de la transición nacional.

Fernández apuró el trago amargo con un jugo de pomelo y trazó un escenario preocupante. Lammens, solo con agua, se aseguró en la charla de que el candidato reafirmara que no estaba en sus planes que disminuyan los fondos para la ciudad. Gane o pierda.

Los analistas del kirchnerismo creen que el Frente de Todos va a ganar la elección nacional con un resultado un poco más holgado que en las PASO, pero prevén un escenario económico y político de alta volatilidad. Temen una corrida cambiaria y una severa crisis económica.

En esa charla, Lammens se ofreció a trabajar para ayudar a una transición ordenada aprovechando sus puentes tendidos con Cambiemos en la ciudad y, desde el peronismo porteño, el propio Juan Manuel Olmos, vía Daniel Angelici, con el corazón de Cambiemos nacional.

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Después del debate de la semana pasada y el cruce en alto tono entre bambalinas de Mauricio Macri y Fernández, la relación entre ambos -que ya era conflictiva- está rota, pero en el Frente de Todos confían en que primará la racionalidad y la civilidad en una transición de 40 días.

Lammens, para la ciudad, prevé después del domingo "un cambio total en la configuración política". Cree que si Horacio Rodríguez Larreta no supera el 50% de los votos puede incomodarlo en el ballottage: intuye que se desatarían dificultades electorales para el oficialismo y una fuga de sus votantes, según pronostican sus colaboradores.

Ante tanta incertidumbre Lammens llamó ayer a ser prudentes y no construir escenarios que agudicen la crisis. Tras el almuerzo, tuvieron tiempo de hacer un video donde Alberto, relajado y con la camisa fuera del pantalón, proclama: "El domingo cambia la Argentina y cuando cambia la Argentina también hay que cambiar la ciudad".

Lammens corrió luego a Las Violetas y terminó en la pizzería Güerrin, sobre la calle Corrientes, Se sentó delante de una porción de muzzarella con fainá para la foto y no paró de saludar en el local: a los mozos, los encargados y los clientes. Incluso a una pareja de brasileños que lo filmaba sin saber quién era.

El cierre fue en la Plaza Lavalle, donde Lammens y todos los candidatos porteños se fotografiaron con un enorme cartel que augura "nuevos aires" para la ciudad. Lo acompañaba Gisela Marziotta, candidata a vicejefa de gobierno, que llegó luciendo unas vistosas zapatillas blancas con la firma y la imagen de Evita, junto a la V de la victoria peronista.

Sonaba un rap por los parlantes en plena plaza, cantado por dos chicos que trataban de encontrar rimas para "Matías Lammens" y "Macri se va", con poca suerte.

 

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