Guerra entre los ministros Salvai y Cenzón por las sillas de los organismos de control

Guerra entre los ministros Salvai y Cenzón por las sillas de los organismos de control

En el OCEBA circulan promesas de cargos pero faltan vacantes. Salvai los quiere para hacer política, pero Cenzón coloniza el organismo con gente de Espacio Público de la Ciudad. ¿Idoneidad cero?  El exdiputado margarito Omar Duclós espera un lugar dentro del OCEBA. Pero hay un detalle: no hay vacantes.

De cara a las negociaciones que restan hasta fin de año y, por qué no, a las elecciones legislativas del año entrante, las pocas vacantes que quedan en algunos organismos y empresas del Estado bonaerense se volvieron prendas de negociación para el oficialismo. Sin embargo, las internas frustran varias de ellas.

Un caso paradigmático es el del Organismo de Control de Energía Eléctrica (OCEBA) cuya misión es justamente controlar la prestación de energía por parte de las empresas estatales EDELAP, EDEA, EDES, EDEN y las 200 cooperativas que funcionan en la Provincia.

El OCEBA tiene un directorio conformado por cinco miembros. Allí se viene produciendo en los últimos meses una danza de nombres y promesas varias. Sin embargo el escenario está, cuanto menos, trabado.

Es que mientras el ministro de Gobierno Federico Salvai ofrece esas sillas como prenda de negociación para destrabar leyes, como el Presupuesto, su par de Infraestructura, Edgardo Cenzón, al tope del organigrama, busca empoderarse y nombra funcionarios de perfil técnico que le responden directamente.

Hoy, el OCEBA es presidido por Jorge Arce, un funcionario de carrera nombrado por Daniel Scioli en su segundo mandato. Su segunda es Patricia Fagundez, de perfil técnico y designada por Cenzón. Marcela Manfredini también es una “sobreviviente” de la gestión Scioli y fue nombrada por Franco Laporta.

A lo largo del año se produjo una notable rotación en el organismo. María de la Paz Dessy dejó la vicepresidencia para desembarcar en el Registro de la Propiedad en diciembre y abrió una vacante que ocupó Fagundez.

También se fue el lilito Alfredo Cordonnier. Luego desembarcaron el massista Roberto Mouillerón y se esperaba por la llegada de Omar Duclós, exdiputado de las filas de Margarita Stolbizer. Rápido, nuevamente Cenzón cubrió esas vacantes con “propios”, aunque demoró varios meses. Allí nombró recientemente a Alejandro Garro y Emanuel Haberkorn, dos hombres que vienen de Espacio Público de la Ciudad, relegando los deseos de Salvai de negociar cargos políticos.

Ahora, Duclós espera un lugar en el directorio, sin embargo no hay vacantes. Los directores, una vez nombrados, tienen cinco años de mandato y sólo pueden ser removidos “con causa” por cuanto gozan de estabilidad.

El mandato de Arce es el próximo en vencerse, en diciembre de este año, pero las gestiones por Duclós están aceleradas. En un año complejo para la gestión del organismo, habida cuenta de los tarifazos, audiencias públicas y controles que habrá que hacer para adelante, hay, de fondo, una genuina preocupación por la idoneidad de los nuevos y de los aspirantes.

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