El Gobierno declarará la emergencia sanitaria para hacer frente a un área desmantelada

El Gobierno declarará la emergencia sanitaria para hacer frente a un área desmantelada

Según anunció el flamante presidente, Salud volverá a ser Ministerio. Y avanzarán en el acceso a vacunas, insumos en hospitales, y medicamentos gratuitos para los jubilados de menos ingresos. Buscarán actuar "con prontitud" para enfrentar a brotes de enfermedades que estaban olvidadas, como el sarampión.

 

“Vamos a atender la salud de los argentinos a través del Ministerio que alguna vez degradaron”. Así comenzó Alberto Fernández su parte del discurso dedicada a la salud, tanto con la faceta propositiva como con el matiz crítico hacia la gestión macrista, que dejará un área desmantelada, y que en los últimos días ni siquiera contó con un titular, desde la idea de Adolfo Rubinstein, tras el protocolo del aborto vetado por Mauricio Macri. Y realizó uno de los principales anuncios de su primer acto como presidente: declarará la emergencia sanitaria para actuar “con prontitud” en la restitución de medicamentos, vacunas, trabajos territoriales y hacerle frente a brotes de dengue y sarampión.

Hoy existen temas críticos con los que deberá lidiar inmediatamente la gestión Fernández. Por ejemplo, el regreso de enfermedades que se creían superadas: “Hoy padecemos el peor brote de sarampión de los últimos 20 años. De aquí en más, arbitraremos las medidas pertinentes para que nuestros hijos sean vacunados en tiempo y forma, para que en los hospitales no falten insumos y para que los remedios lleguen a nuestros abuelos de menos ingresos de modo gratuito”, enfatizó el flamante presidente.

Así lo graficó Nicolás Kreplak, ex vice ministro de Salud en la gestión de Daniel Gollán, y actual titular de la Fundación Soberanía Sanitaria: “Son 85 los casos de sarampión y el gobierno sin autoridad sanitaria se retira en un papelón histórico. Desde hoy las autoridades se harán cargo de frenar está epidemia. Corremos desde atrás”.

“La desatención que en estos años ha padecido la salud en Argentina está a la vista. Enfermedades que creíamos desterradas han vuelto a aparecer entre nosotros. De aquí en más, arbitraremos las medidas pertinentes para que nuestros hijos sean vacunados en tiempo y forma, para que en los hospitales no falten insumos y para que los remedios lleguen a nuestros abuelos de menos ingresos de modo gratuito”, continuó en su discurso Alberto F., refiriéndose el plan de medicamentos gratuitos a jubilados, anunciado en campaña, que aparentemente sería para los de más bajos recursos.

Si bien Alberto F. no se refirió al aborto en su discurso, sí lo hizo en el debate presidencial y entrevistas posteriores (“es un problema de salud pública que debemos resolver y hay que asumirlo así”), y nombró a Ginés González García, defensor de la política activa del Estado a favor del aborto seguro, legal y gratuito, además del acceso público a anticonceptivos y la educación sexual integral.

A la vuelta de la universalidad en vacunas, la ampliación de cobertura en médicos (junto a una política estatal de elaboración y promoción de genéricos), y la restitución de la Salud como Ministerios, Alberto le agregó la principal medida para el área anunciada en el Congreso de la Nación: la declaración de la emergencia sanitaria, “para actuar con prontitud”.

Como señaló Tiempo en su radiografía sobre la gestión macrista de Salud, la crisis es autoinfligida: el presupuesto de salud, que en 2015 era el 2,3% del total nacional, se redujo en 2019 al 1,7 por ciento. El diagnóstico es duro, y hay prioridades. La primera, garantizar el acceso de los sectores más vulnerables, incluidos los jubilados, a los medicamentos, cuyos precios se incrementaron largamente por encima de la inflación del ciclo Cambiemos (393% de mayo de 2015 a septiembre de 2019). 

Ginés fue quien creó el emblemático plan Remediar, que garantizaba el acceso a medicamentos ambulatorios para la población de bajos recursos sin cobertura de salud, y el Sumar, cuyo objetivo era brindar asistencia sanitaria a embarazadas, niños, adolescentes y adultos mayores. La idea es restablecer plenamente esos programas y la cobertura materno-infantil, que se complementaba con el plan Qunita, estigmatizado y disuelto por Cambiemos. Remediar fue reemplazado por la Cobertura Universal de Salud (CUS), que en concreto significó un recorte de la canasta de remedios que se envía a centros de salud y salitas de todo el país. Impulsor en la década pasada de la prescripción de genéricos, se descuenta que el ministro entrante fomentará la producción pública de medicamentos (incluido el cannabis medicinal). 

Otra clave es que la salud vuelva al territorio, crucial para la prevención. En el desmantelamiento general del sistema, los programas de Atención Sanitaria en Territorio, que son la herramienta del Estado para ir en busca del ciudadano y velar por su salud, sufrieron los recortes más pronunciados.

“La participación de Salud en el presupuesto público bajó un 45% en los últimos 4 años. La desatención que en estos años ha padecido la salud argentina está a la vista. Enfermedades que creíamos desterradas han vuelto a aparecer entre nosotros”, diagnosticó. Y concluyó: “Las argentinas y los argentinos van a volver a tener derecho a un sistema de salud oportuna y de calidad”.

 

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