Diez países dieron a Obama un tibio aval que abre las puertas a la intervención

Diez países dieron a Obama un tibio aval que abre las puertas a la intervención
Casi la mitad de los miembros del grupo firmó un documento para no dejar mal parado al mandatario de Estados Unidos. Habla de "reforzar la prohibición del uso de armas químicas" y critica la parálisis del Consejo de Seguridad.

Barack Obama no logró sumar grandes apoyos en San Petersburgo en su cruzada para intervenir militarmente en el conflicto sirio y emprendió el regreso a su país casi con las mismas cartas con las que se fue. Sin embargo, al cierre del encuentro, diez países que participaron de la cumbre firmaron un documento en que reclaman una "contundente respuesta internacional" y respaldan "los esfuerzos emprendidos por Estados Unidos y otros países para reforzar la prohibición del uso de armas químicas" en el país árabe. China, Rusia y el resto de los países que integran los BRICS (Brasil, India y Sudáfrica) mantuvieron su rechazo. Alemania, Indonesia, México y Argentina también expresaron su oposición y pidieron trabajar por una salida política. "Los firmantes han apoyado con firmeza una resolución contundente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, dada la responsabilidad del Consejo de Seguridad para encabezar la respuesta internacional, pero reconocen que el Consejo está paralizado desde hace dos años y medio", señalaron en el comunicado conjunto los gobiernos de Australia, Canadá, Francia, Italia, Japón, Corea del Sur, Arabia Saudita, España, Turquía, Reino Unido y Estados Unidos. Frente a ello, agregaron, "el mundo no puede esperar a interminables y fallidos procesos que sólo pueden conducir a un incremento del sufrimiento en Siria y a la inestabilidad regional".

Con esa elusiva frase, que evita específicamente hablar de una respuesta armada aunque deja las puertas abiertas para que ocurra, los diez países socios de Washington dieron un guiño a Obama, quien desde el lunes deberá buscar el respaldo del Congreso. Pero esta victoria esconde el fracaso de las negociaciones que se llevaron a cabo contrarreloj en los últimos días. Ninguna de las grandes potencias que se oponían al ataque cambiaron de opinión. Ni siquiera una última reunión cara a cara con el presidente ruso, Vladimir Putin, sirvió para acercar posiciones. "Nos entendemos mutuamente, nos escuchamos mutuamente, pero no estamos de acuerdo", comentó el titular del Kremlin tras la bilateral de 20 minutos.

Durante los dos días de cumbre y sobre todo en la larga cena del jueves, Estados Unidos y sus principales socios buscaron convencer a la mayoría de los representantes. Las estrategias variaron desde la sutileza diplomática al agravio directo. El premier británico David Cameron acusó a Putin de estar a "años luz" de entender lo que ocurre en Siria, un portavoz del ruso le respondió describiendo al Reino Unido como "una islita que nadie escucha", mientras que el chino Ji Jinping advirtió a Obama contra cualquier acción militar y la argentina Cristina Fernández de Kirchner acusó a Estados Unidos de "cinismo".

Hasta el momento, un ataque estadounidense sólo sería secundado por el ejército francés, entre los europeos, y por Canadá, Australia, y Turquía fuera del Viejo Continente. «

difícil votación en el capitolio

Si hoy se votara la intervención militar en Siria, la Cámara de Representantes de Estados Unidos la rechazaría. Al menos eso es lo que surge de los recuentos realizados por los periodistas especializados en el Congreso del diario The Washington Post. Según estos, 223 de los 433 legisladores se oponen o, al día de hoy, "se inclinan por el no".

El New York Times no traza división entre los que todavía no han decidido su voto. De tal forma señala que a tres días del inicio del tratamiento en la Cámara Baja, sólo 194 diputados ya tienen una posición fijada. De ellos, 152 rechazarán la iniciativa del Ejecutivo y 42 la aprobarán. El diario neoyorquino destaca un hecho todavía más curioso. Entre los legisladores del gobernante Partido Demócrata, son más los que se oponen al ataque que los que apoyan. Los primeros suman 36 bancas, mientras que los segundos 32. Claro que la gran diferencia estará entre los 132 demócratas que todavía no han confirmado su votación.

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