El diálogo naufraga antes de empezar: Maduro y la oposición van al choque

El diálogo naufraga antes de empezar: Maduro y la oposición van al choque

La Asamblea inicio el juicio de responsabilidad política contra el presidente, que contraatacó al convocar al Consejo de Defensa, de mayoría oficialista.

Nicolás Maduro pisó tierra venezolana tras su "gira relámpago internacional" y tardó unos minutos para, también de forma relampagueante, iniciar su contraataque contra el mismo Parlamento que ayer inició un juicio político en su contra. El "hijo de Chávez", frente a sus seguidores, anunció la convocatoria para hoy del Consejo de Defensa de la Nación (Codena) que evaluará "el golpe parlamentario de la Asamblea Nacional y el plan de diálogo para la paz".

El "bálsamo" del diálogo apoyado por el Papa sólo duró unas horas en Venezuela. Primero fueron las dudas opositoras, que añadieron incertidumbre al diálogo nacional. Segundo, la evaluación de responsabilidad política del presidente, una de las principales acciones de la agenda de lucha de la Asamblea tras la "ruptura del hilo constitucional y el golpe de Estado" de la semana pasada. Un examen que el "hijo de Chávez" tiene suspendido de antemano, pero que no tendrá ningún efecto más allá de la censura a sus acciones.

Y, por último, la nueva andanada chavista en boca de un presidente que justificó la toma violenta del Parlamento, ese "rincón inútil", y que dijo que se trató de "un grupo de caraqueños que irrumpió para hacer sentir su voz", algo así como la justicia del pueblo. Minutos antes había asegurado que traía "las bendiciones de un mundo que nos mira con admiración".

La realidad política navega entre tormentas y rompiendo récords siderales en Venezuela, que observa con sorpresa la tenacidad de un Parlamento decidido a enfrentarse a todos los poderes revolucionarios. Simón Calzadilla, segundo vicepresidente de la Asamblea, expuso que el juicio de responsabilidad política se da como "consecuencia de una profunda crisis económica, social y política, como expresó el Papa (tras la reunión con Maduro en el Vaticano), y por la sistemática violación de derechos humanos y de la Constitución".

La mayoría opositora votó [tras la interrupción provocada por diputados chavistas disconformes] a favor de la apertura de investigación a Maduro, que contempla un exhorto para que el "hijo de Chávez" acuda la semana que viene al Parlamento y responda a las acusaciones.

La comisión creada comenzará así a elaborar un expediente que sirva de base a posibles juicios penales y políticos, además de evaluar también el "abandono de cargo" presidencial. Una especie de impeachment criollo, cuya resolución final depende del Supremo, el mismo tribunal que ha roto récords mundiales sentenciando en 33 ocasiones contra este mismo Parlamento y contra la oposición. Los congresistas también hicieron un llamado a la Toma de Venezuela, las protestas callejeras programadas para hoy para reclamar la celebración del referéndum revocatorio bloqueado por el gobierno.

Henry Ramos Allup, presidente de la Asamblea, se despachó a gusto contra el general Vladimir Padrino López, ministro de Defensa y autor de unas polémicas declaraciones, en las que acusó al Parlamento de "promover la injerencia y la intervención extranjera. Se toparán con los hijos de Chávez", amenazó. "Es el principal alcahuete del irrespeto a la Constitución", aseguró Allup contra el actual "hombre fuerte" del chavismo.

Mientras diputados opositores y oficialistas se alternaban en sus proclamas, las tropas de la Guardia Nacional resguardaban el Palacio Legislativo, asaltado por 300 radicales chavistas el domingo pasado.

Los revolucionarios se manifestaron de nuevo en las cercanías, "en la orillita", como ordenó Diosdado Cabello, líder del ala militar, mientras esperaban al presidente. "No nos vamos a dejar tumbar. Si intentan algo contra Nicolás Maduro, responderemos con las mismas armas. Si se pasan, les damos con el mazo [en referencia a su programa de televisión, Con el mazo dando]", arengó.

Los líderes bolivarianos hurgaron sin recato entre las contradicciones surgidas en la oposición tras la mediación papal, un diálogo nacional cuestionado y de incierto futuro en estos momentos. El anuncio público de monseñor Emil Paul Tscherri agarró fuera de juego a líderes tan importantes como el gobernador de Miranda, Henrique Capriles; el presidente parlamentario, Henry Ramos Allup, e incluso al propio preso político Leopoldo López.

"Hay que tener cuidado, una cosa es sentarse y otra lo que se anuncia. De lo que yo me entero por televisión no es de la reunión, es de lo que se acuerda", precisó ayer Capriles, en un claro llamado de atención a sus compañeros del bloque de la Unidad Democrática.

"Cuando se sienten con el agua al cuello, hablan de diálogo", dijo el ex candidato presidencial.

La MUD se vio obligada a insistir que mantiene su agenda de lucha y que no acepta que el diálogo se lleve a cabo en Isla Margarita, "cualquier proceso debe ser en Caracas".

La desconfianza traba el diálogo en Venezuela

Henrique Capriles

Líder opositor

"Cada vez que [en el gobierno] tienen el agua al cuello hablan de diálogo, pero no es para que se resuelva la crisis"

Nicolás Maduro

Presidente venezolano

"Convoqué a Henry Ramos Allup. Que dé la cara, que venga. Será tratado con decencia, con humanidad. Le estrecharé la mano y le diré: «Vamos a hablar, a dialogar»"

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