Daniel Orozco coquetea con 2023 y los radicales lo critican

Daniel Orozco coquetea con 2023 y los radicales lo critican

El intendente de Las Heras se plantó ante sus colegas partidarios con el conflicto por los residuos en El Borbollón.

Por Fernanda Verdeslago.

En un enero ávido de noticias políticas relevantes, Daniel Orozco levantó la polvareda en Las Heras, el departamento que gobierna. El martes ordenó bajar la barrera de ingreso a los camiones de residuos que llegaban a El Borbollón, provenientes de las comunas radicales del Gran Mendoza. Fundamentó su accionar en la falta de la firma del convenio que solventa los gastos de la cooperativa que realiza el tratamiento de la basura.

El médico pateó el tablero y esto promovió una reunión en la que el ministro de Gobierno, Trabajo y Justicia, Víctor Ibáñez, puso paños fríos a la situación y estiró la definición hasta dentro de 30 días. Donde sí subió la temperatura fue en algunos municipios.

La molestia fue más por las formas que por la legitimidad del reclamo. Algunos intendentes entienden que los trapos sucios se lavan en casa. Aunque, después del enojo, admiten que Orozco es el jefe comunal menos previsible dentro de Cambia Mendoza.

“Yo también quiero un municipio limpio, un municipio de acuerdo al cambio climático, con actividad tecnológica, un municipio verde. Pero la basura no me lo permite”, dice Orozco a Los Andes. 

De alguna manera, desliza que su intención es estar a la par del resto en las acciones municipales y que no se lo permiten. Se defenderá diciendo que, ante la falta de respuesta, se hizo oír a través de los medios de comunicación. “Cuando tengo que salir, salgo”, advierte. 

Juego estratégico

La política bien puede asemejarse a un partido de ajedrez en donde, a su turno, cada jugador moverá piezas de acuerdo a una estrategia. Conocer qué hará el contrincante es una de las virtudes. En este juego “orozquista”, los que se descolocan ante algunos movimientos son los propios compañeros de bloque.

Ante la consulta de Los Andes a referentes radicales, la descripción sobre el perfil del intendente coincide: “Es un tipo muy particular”. Su estilo político es también “muy particular” con “algunas torpezas como ésta de los residuos”. La oposición percibe lo mismo.  

La empatía con el vecindario de Las Heras, su sonrisa permanente y la bonanza que quiere transmitir, a veces van de la mano con algunas actitudes que otros intendentes no comparten. Si bien se lo han hecho saber, admiten que su forma de desenvolverse en la función pública se diferencia de la que mantienen otros radicales en el Gran Mendoza.

El propio administrador municipal lo manifiesta, al decir que “como en cualquier familia, se pueden tener puntos de vista iguales o diferentes”. 

Su trayectoria es extensa en lo profesional, en donde “tenía un buen nivel”. Por lo tanto “no tenía por qué estar en otro lugar. Amo la parte de la política, de estar en contacto con la gente; yo me despejo, me voy con los vecinos”, expresa Orozco. 

Se quieren mantener los códigos y públicamente no habrá dardos por el momento, pero hacia el seno radical, los chispazos han sido varios. “Es de las personas que dentro de una reunión te dice una cosa y después sale haciendo otra”, indica un intendente que se ofuscó bastante con él por el tema de la minería.

El radicalismo en Mendoza pregona por la unidad y así lo ha mantenido Alfredo Cornejo en sus cuatro años como gobernador. Entonces, ¿por qué sacar la cabeza estando atrás de la ligustrina cuando todos se enfilan detrás?

¿Busca el sillón de San Martín?

“Quiero, en 2023, irme a mi casa, tomarme un café en la puerta de un bar y que nadie me señale con el dedo. Estoy acá para hacer las cosas bien”, asegura Orozco y, ante la repregunta sobre si realmente quiere irse a su casa, se ríe y dice desconocer qué le deparará el destino.

Si está pensando en el sillón de San Martín, sólo él -y seguramente su círculo íntimo- lo sabe. Por lo pronto, evita hablar de una proyección política después de terminado su segundo mandato, sin posibilidad de renovar.

Para algunos, si Orozco no se está probando el traje de candidato, al menos, está consultando al sastre. Hubo quienes sospecharon que en 2019 tuvo intenciones de competir por la bendición de Cornejo, que finalmente recayó sobre Rodolfo Suárez.

“Yo tengo que tener una política de Estado, que no debe ser sólo departamental sino también provincial: la del agua es una, la de los residuos es otra. Nos estamos poniendo a la cabeza de esas políticas”, destaca el cacique lasherino. Aunque ponerse al frente de estos temas le traiga contrapuntos con los intendentes, como ya los tuvo con la reforma de la Ley 7.722 y su posterior derogación.

Más aún, cuando con los peronistas de Lavalle y Maipú acordó convenir por el descargo de la basura en El Borbollón. “Los vecinos están felices con lo que hice”, justifica.

A menos de 60 días de que haya asumido Suárez, es muy prematuro hablar de listas.

Las voces radicales en la Legislatura sentencian que si Orozco quiere dirigirse hacia el Poder Ejecutivo para dentro de 4 años -cosa que no creen-, “va por mal camino con estas actitudes”. Algunos, propios y ajenos al oficialismo, no lo descartan: “Tiene aspiraciones de gobernar en  2023”. 

El sendero por el que va el lasherino, que se jacta de no vivir en un barrio privado sino en su casa ubicada sobre calle Olascoaga, tiene puntos de contacto con su mentor político, Julio Cobos. Se enarbola detrás de la cercanía con la gente y de la mirada distinta sobre la política por no venir de ese sector, aunque el ex vicepresidente de la Nación no comparta ciertas maneras de hacer las cosas, como le comentaron desde su entorno a este diario.

Elogia a Cornejo, a Suárez y al propio Cobos, pero no se inclina políticamente por alguno de ellos: “Es como si me preguntan si es mejor Messi que Maradona. Entre los tres saqué algo”, responde entre risas. 

El juego orozquista no tiene reglas definidas aún. Sólo con el correr de las partidas se sabrá si es diferente al resto. Habrá que saber interpretar las sonrisas y los golpes de mesa para no descolocarse ante una nueva jugada.

Implora por el GIRSU

Con la discusión del tratamiento de residuos en el tapete, el intendente de Las Heras volvió a la carga por el plan para la Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU).

El proyecto de ley necesita del apoyo de la oposición para acceder al crédito del Banco Interamericano de Desarrollo que financiará la construcción de infraestructuras de transferencia, separación y disposición final de los residuos sólidos urbanos de la región.

“Si hubiera salido en tiempo y forma a través de la Legislatura, ya podríamos estar pensando en el después. Es fundamental, estoy pidiéndole a todos que lo apoyen. Esto no es sólo político, va más allá, va a la contaminación por el pasivo ambiental porque esos terrenos no podrán volver a ser utilizados”, indicó Daniel Orozco.

Los argumentos del intendente se centran en el factor social porque enfatiza en que “hay desigualdad, hay trabajo infantil, informal, ni hablar de las enfermedades. Hay familias enteras trabajando, con niños. Si tenemos a un niño mal nutrido qué posibilidades de desarrollarse va a tener”.

“Yo pago los borceguíes de la penitenciaría para darles a los recuperadores. Estamos gastando, en El Fachinal, 340.000 pesos de luz todos los meses. Es un asentamiento que trabaja justamente sobre la parte de los residuos. Tenemos los problemas sociales de la triquinosis y las enfermedades. Seamos coherentes, estoy haciendo un pedido para que tengamos la posibilidad de compartir la carga; la basura es un tema de todos”, se quejó el intendente.

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