Son las 15 del viernes, el termómetro marca 40.6°C y, según el Ente Nacional Regulador de la Electricidad, hay 64.481 usuarios sin electricidad. Hace un rato eran 60.000. En un edificio de Hipólito Yrigoyen y Jujuy, Balvanera, la suerte está repartida: la mayoría de los vecinos de sus 36 departamentos tiene luz, pero hay 10 que no. Pero esa suerte dura poco: pasa una hora y el servicio se interrumpe para todos.

Ese panorama se vive en diferentes puntos de la Ciudad: este viernes a la tarde no hay un apagón general, pero sí cortes caprichosos. Personas que llevan días sin luz, zonas en las que el servicio se corta de a ratos y vuelve.

En el edificio de Balvanera, ese donde los vecinos que se creían afortunados finalmente también se quedaron a oscuras y sin aire acondicionado, llevan más de dos días así. Eso obliga a Élida Giordano a quedarse encerrada en su departamento del 5° piso, donde vive sola. Tiene 83 años y no puede bajar ni subir las escaleras. "Sufro de enfisema pulmonar, me ahogo", explica Élida. Por suerte, de momento hay agua, así que combate el calor bañándose varias veces en el día. De cocinar, ni hablar: perdió toda la comida que tenía en la heladera y depende de que le lleven alimentos y sus remedios.

Su vecina María Marta Carrera, de 86 años, tuvo luz hasta este viernes a la tarde. "No prendo el aire acondicionado en solidaridad con mis vecinos", contó antes de que ella también se quedara sin energía eléctrica.

En el 3° piso, Claudia Kleiner, de 88 años, dice que consume poca comida porque vive sola. "Me preocupa más el tema del agua", dice. Entre los que la cuidan, dos familiares están de vacaciones y los que se quedaron tienen Covid. Una chica le busca los remedios que necesita

En la planta baja, Eva Marabotto, su esposo y sus dos hijos resisten a la luz de las velas. "Gastamos 1000 pesos en velas ayer", cuenta. Es periodista y no puede trabajar sin Internet. Su pareja, que es abogado, y su hija se instalan en bares para poder conectarse. Su hogar se volvió inhóspito. "Tuvimos que tirar toda la comida y comprar enlatados", dice Eva con resignación.

La falta de servicio eléctrico también le trae trastornos a Héctor San Maniego, de 66 años, que vive en el 2° piso junto a su esposa, Alicia Del Río. "Ella es asmática y no hemos podido hacerle las nebulizaciones -señala Héctor-. Por lo menos no perdí la comida, porque la llevé toda al negocio de un amigo".

Héctor y otros vecinos del edificio, como Claudia Ramírez y Leonor González , se organizaron tienen un grupo de WhatsApp. Se ocupan de ayudar a las personas mayores que viven solas y, los que por momentos tienen luz ayudan a los que no cargando sus celulares o guardando comida en sus freezers.

"Reclamamos a Edesur y al ENRE. Dicen que nos van a solucionar el problema, pero no arreglan nada", afirma Leonor.

Los comerciantes porteños también sufren los cortes y hacen malabares para no perder la mercadería. En un kiosco de Juan Bautista Alberdi y Bonorino, en Flores, Marcos Suárez y su pareja, Gabriela González, rescatan los helados de un freezer. Van a llevarlos a otro local que tienen en Puán y Rivadavia, donde sí hay electricidad. "Se pierden unos $5.000 por cada día sin abrir", cuenta.

Fundada en 1932, la heladería La Alpina también sufre los cortes de luz, en Juan Bautista Alberdi al 6100. El martes estuvieron 12 horas sin servicio y el jueves, 8. Para las fiestas les había pasado lo mismo y, según calcula Claudia Mazza, una de las encargadas del local, perdieron $ 40 mil en ventas cada día. Ahora tienen un generador que abastece de electricidad a los freezers y el aire acondicionado. "Necesitamos de cinco a seis bidones de cinco litros de nafta por día", calcula.

Claudia dice que cuando intentan hacer un reclamo atiende una computadora. "¿A quién le hacés la queja?", se pregunta. Ella misma está sin luz ni agua en el edificio donde vive, en Emilio Castro y Lisandro de la Torre. Y sabe que cuando vuelva va a tener que subir 8 pisos por escalera.

A las 16.30, el Servicio Meteorológico Nacional registra 41.2°C. Y el ENRE ya suma 79.302 usuarios sin luz, 64.822 del área de Edesur y 14.481 de la de Edenor.

Informe Axa Pacheco. De la Maestría de Clarín - Universidad de San Andrés