Además de la cuestión de la competencia desleal, admitió que el producto chino es de inferior calidad al argentino –que tiene el 30 por ciento del mercado- e incluso al brasilero, que tiene el 20 por ciento del mercado nacional. A raíz de eso, aclaró, no busca el “cierre de importaciones”, sino el cese de la práctica desleal.

La última fábrica nacional de jeringas, Productos Médicos Descartables, con 32 años en el mercado y 75 empleados en relación de dependencia, puede desaparecer a raíz de las agresivas políticas de comercio exterior de China, la codicia de los importadores y el “siga-siga” del gobierno de Mauricio Macri.

La debacle comenzó en 2015, cuando el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner dio de baja, por pedido de la Organización Mundial de Comercio, las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación, y permitió el ingreso de unas 650 millones de jeringas provenientes de China. La cifra, impactante, representa el doble de lo que el país consume en un año.

Ya durante el gobierno de Macri, y ante la permisividad de la Secretaría de Comercio Exterior, ingresaron otras 350 millones, con lo cual existe un sobrestock que hace imposible la competencia. “Los importadores se apuraron a traer porque se vislumbraba una devaluación, se sabía desde abril que había que levantarlas DJAI por una orden de la OMC. Este gobierno puso a las jeringas dentro de las licencias no automáticas, pero autorizó todas”, se lamentó el director operativo de PMD, Enrique Lisjak.

Pero hay más: Lisjak, explicó que “está probado” el dumping por parte de China, que, en los hechos, hace que una jeringa se importe por 60 centavos, cuando fabricarla cuesta 90 centavos. “Venden debajo del costo para destruir la competencia, es el modo de China”, se quejó el empresario ante la consulta de INFOCIELO.  Además,  precisó que “una jeringa de 10 ml, que es el 40 por ciento del mercado, viene a 2.6 centavos, pero el precio de mercado en China es de 6.2, a la diferencia la subsidia el Gobierno”.

Además de la cuestión de la competencia desleal, admitió que el producto chino es de inferior calidad al argentino –que tiene el 30 por ciento del mercado- e incluso al brasilero, que tiene el 20 por ciento del mercado nacional. A raíz de eso, aclaró, no busca el “cierre de importaciones”, sino el cese de la práctica desleal.

Así, ante la posibilidad concreta del cierre de su  firma, Lisjak pidió la inmediata aplicación del antidumping. “La parte técnica está terminada, está comprobado que hay dumping, un margen de más de 80 por ciento, pero falta la parte política, que el secretario de comercio exterior, Pablo Lavigne, deje de saltear las normas de la OMC y firme la resolución”