En las últimas horas vecinos de distintos barrios del noroeste de la ciudad criticaron declaraciones del candidato a intendente Carlos Arroyo, quien había afirmado que en caso de acceder a la intendencia no trasladaría el edificio municipal a la nueva sede que se construyen sobre Avenida Colón y Tandil.

Tras esas críticas apareció en escena el jefe de campaña de Arroyo. Emiliano Giri contradijo a su candidato y sostuvo que se realizaría el traslado pero solo algunas áreas.

Esto generó críticas desde el oficialismo. El concejal Héctor Rosso le apuntó a Giri y a las contradicciones dentro de las filas de Carlos Arroyo.

“No sabemos si Giri enmienda a Arroyo o si tiene una opinión distinta en lo relativo a la construcción del Centro Cívico del Oeste. El candidato dijo muy claramente: ´si Pulti se lleva la Municipalidad al barrio Libertad, yo la traigo de vuelta´. Incluso Arroyo mencionó como posibilidad la de utilizar los 13.000 metros cubiertos cuya estructura ya se está finalizando,  para un servicio hospitalario,  aunque eso jamás se previó en el proyecto de arquitectura”, sostuvo Rosso.

En esa línea agregó que “lo escuchó y lo vio todo el que quiso. Ahora, Giri, cuya responsabilidad formal no conocemos, dice que llevaría al Barrio Libertad solo las Secretarias de Cultura y de Seguridad. Diferente, contradictorio y, también él, caprichoso. No menos que la reacción antojadiza de Arroyo”.

El concejal oficialista se preguntó: “¿Por qué esas áreas y no otras? ¿Hospital, cultura o seguridad?. Nadie lo sabe. Mientras la decisión del Intendente Pulti, apunta a cumplir con las orientaciones recomendadas por el Plan Estratégico de la ciudad, en el sentido de crear nuevos centros en los barrios, aquí la política de la improvisación busca su espacio. De esta manera se pone en riesgo una política de estado seria, elaborada junto a la comunidad en más de dos años de trabajo junto al Plan Estratégico”.

Tras destacar la importancia que significa esta obra y el traslado para diversos barrios del noroeste, Rosso resaltó: “Lo que resulta preocupante es la renuencia a hablar claro, a hacerse responsable ante la sociedad. Se procede de manera confusa, con ligereza y desconocimiento. Finalmente, esta suerte de desdoblamiento entre Giri y Arroyo oscurece el panorama aún más: ¿a quién hay que escuchar?.¿Quién conduce a quién?”.