La última foto antes del reajuste de régimen cambiario mostró desaceleración en marzo, como dará a conocer el Indec esta semana. Qué dicen datos sectoriales de abril
Por Mariano Boettner
La última foto de actividad antes del reajuste de régimen cambiario refleja una economía que frenó a la espera de certezas sobre la etapa siguiente del plan de gobierno, y los indicadores anticipados de abril muestran que el ritmo podría haber retomado su velocidad luego de implementada la Fase 3 con eliminación de restricciones cambiarias y flotación cambiaria.
En marzo, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) habría reflejado una contracción mensual, según distintos informes privados. La consultora LCG remarcó que el mes estuvo marcado por “la inestabilidad derivada de la incertidumbre en torno al futuro del esquema cambiario, junto con la caída del salario real”. Este contexto se tradujo en un desempeño negativo de los indicadores líderes de consumo y los índices de actividad industrial y de la construcción difundidos por el INDEC, con retrocesos de 4,5% y 4,1%, respectivamente. “Así, esperamos que el EMAE tenga un comportamiento en consonancia con estos índices sectoriales”, proyectó la firma.
Desde la consultora Orlando Ferreres señalaron que “la actividad económica mostró un parate en marzo, con caída de 1,2% respecto de febrero en la medición sin estacionalidad”. Esa retracción eliminó la mejora que se había acumulado durante los tres meses anteriores. El análisis identificó que “la mayor incidencia negativa provino de la industria, aunque también se sintió el retroceso mensual del comercio y la construcción”. A pesar de este freno, el informe indicó que “el primer trimestre logra cerrar con un resultado positivo de 1,2% respecto del cuarto trimestre del año pasado, siempre en la serie sin estacionalidad”.
Equilibra coincidió en que el comportamiento del EMAE fue mixto en marzo. La consultora estimó un crecimiento de 5% interanual, aunque con una caída mensual de 1% en términos desestacionalizados. Aclararon que “el EMAE excluyendo el sector agropecuario trepó 5,1% interanual en marzo, tras haber registrado un alza de casi 6% interanual en febrero”. Este componente aportó 4,6 puntos porcentuales al crecimiento interanual total. Sin embargo, su evolución mensual mostró un descenso de 1,2% respecto de febrero. Por su parte, “en marzo el EMAE agropecuario creció 4% interanual, aportando 0,4 puntos porcentuales a la variación interanual del EMAE”, al tiempo que se expandió 1,8% en la comparación desestacionalizada contra febrero.
Un trimestre positivo
Pese a la contracción mensual de marzo, la consultora destacó que “el primer trimestre del año cerraría con un alza de 5,8% en comparación con el primer cuarto de 2024”. En la serie ajustada por estacionalidad, el crecimiento sería de 1,6% respecto del último trimestre del año pasado. “Quedaría 0,7% por debajo del récord histórico del cuarto trimestre de 2017”, puntualizaron. De cara al resto del año, el informe de Equilibra revisó levemente su proyección anual, explicando que “por la aceleración inflacionaria de marzo, la modificación del esquema cambiario a mediados de abril y un contexto internacional más adverso, esperamos que la economía crezca 5% en 2025, en lugar de la estimación previa de 5,5% anual”.
Fundación Mediterránea tuvo un diagnóstico similar. “Gran cantidad de indicadores sectoriales y estimaciones alternativas a la estadística oficial dan cuenta de un freno en el crecimiento en el mes de marzo”, publicó en un informe reciente. “De acuerdo con estimaciones preliminares, en el tercer mes del año se verificó una reducción en el nivel de actividad que compensa el crecimiento de los dos primeros meses del año”, agregó ese centro de estudios.
Por otro lado, la consultora indicó que “la desaceleración en el nivel de actividad coincidió con la aceleración inflacionaria que resultó marcada durante el comienzo del año, tanto en febrero como en marzo, con el consecuente empeoramiento de la competitividad, y también con la implicancia que ello tiene sobre la marcha de la recuperación del poder adquisitivo de la población”. “Además, ello se conjugó con un aumento de la incertidumbre que precedió al levantamiento del cepo”, interpretó.
Por último, anticipó que “para el mes de abril es posible que estas condiciones sigan imperando, debido al pase a precios del ajuste en el tipo de cambio oficial y las oscilaciones de este dentro de la banda cambiaria”.
Reversión en abril
Algunos números podrían indicar que en abril esa foto de parálisis de la actividad podría haberse revertido. Así lo recopiló LCG en base a indicadores sectoriales que tienen un menor rezago, y que en las comparaciones mensuales en relación a marzo consiguieron dar vuelta la situación y volver a reflejar una mejora.
Entre esos indicadores puntuales están la recaudación del impuesto al cheque, que suele ser interpretado como un muestreo del nivel de actividad al tratarse de un tributo que pagan los débitos y créditos (pasó de caer 4,8% en marzo a crecer 6,5% en abril). El Índice de Confianza del Consumidor de la UTDT había retrocedido 4,3% en marzo y mejoró 1,4% en abril.
La misma tendencia registraron los patentamientos de autos 0 kilómetro (de -3,3% a 8,8%); patentamiento de motos (de -2,1% a 8,9%); ventas a concesionarios (de -11,1% a 24%); despachos de cemento (desde -6% a 10,9%) y la producción automotriz, que pasó de un desplome mensual de -16,5% a un crecimiento de 11,9% en abril.
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