En la lista de prioridades, el FMI, los mercados y la deuda empujan al ministro a juntar divisas. Empieza la reducción (chiquita) de encajes para soltar pesos.
Por Lorena Hak
Toto Caputo comenzó a dar señales al mercado para recomponer las reservas del Banco Central, tal como exige el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y acceder al crédito internacional. El éxito dependerá de las divisas del agro, la estabilidad cambiaria y el margen para promover el crecimiento con una expansión de la base monetaria sin afectar la desinflación.
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El vicepresidente del Banco Central, Vladimir Werning, anticipó que la autoridad monetaria retomará la acumulación de reservas en 2026. Lo hizo en una presentación en Estados Unidos, a mediados de octubre, que el BCRA difundió -en inglés- después de las elecciones.
El Fondo reclama de manera constante por la acumulación de divisas. Tras el incumplimiento en la primera revisión del acuerdo, en julio, la meta para el cierre de 2025 fue reducida en u$s 5000 millones. Aun así, el BCRA debe reunir entre u$s 7000 y u$s 8500 millones antes de fin de año para cumplir con el nuevo piso ajustado del organismo. El compromiso original establecía que el Banco Central debía embolsar u$s 8900 millones entre marzo y diciembre de 2025.
Werning aseguró que la autoridad monetaria buscará recomponer reservas netas mediante expansión monetaria. “La acumulación de reservas será la principal herramienta de re-monetización”, sostuvo ante inversores en Washington. Según explicó, el Banco Central planea comprar dólares acompañando el aumento proyectado de la demanda de dinero.
Vladimir Werning, vicepresidente del Banco Central dijo que las reservas van a crecer después de las elecciones.
NA
La necesidad para 2026 será aún mayor, ya que Argentina deberá afrontar vencimientos de deuda externa por más de u$s 20.000 millones.
Diagnóstico complicado
Las reservas brutas se ubican en torno a u$s 40.765 millones, pero gran parte de ese monto corresponde a encajes bancarios y swaps de corto plazo, lo que deja a las reservas netas prácticamente en cero. Sin los aportes del FMI, el saldo sería negativo: el país acumula u$s 11.125 millones en el año por desembolsos del organismo, pero sin ese flujo el resultado mostraría una caída de u$s 3271 millones.
Desde la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA advierten: “La situación es frágil. Gran parte de las reservas brutas tiene como contrapartida pasivos de corto plazo. Las reservas netas apenas son positivas gracias a los desembolsos del FMI”.
Esa debilidad explica la presión del Fondo para que Argentina retome un sendero sostenido de acumulación, condición clave para bajar el riesgo país y recuperar el acceso al financiamiento internacional.
Una alternativa sería que, con una eventual baja del riesgo país, el Gobierno vuelva a emitir bonos para descomprimir los vencimientos y sumar divisas vía endeudamiento.
Vientos de cambio
La consultora 1816 señala que la baja monetización de la economía -la base monetaria sobre el PBI está en 4,5%, contra un promedio histórico de casi 9%- “abre una potencial ventana para que el BCRA o el Tesoro puedan comprar divisas”. Esa brecha se traduce en unos u$s 25.000 millones que, teóricamente, podrían destinarse a compras oficiales.
La necesidad de acumular dólares impone un piso al tipo de cambio, que sigue operando cerca del techo de la banda, reduciendo el margen para intervenciones exitosas. Cualquier sacudón cambiario podría frustrar las compras oficiales incluso dentro del esquema de flotación entre bandas.
Werning confirmó que el Banco Central emitirá pesos para adquirir los dólares que ingresen “en un ritmo que acompañe la recuperación de la demanda de dinero sin presionar la inflación”. De este modo, el Gobierno busca reforzar la liquidez externa sin alterar el sendero de desinflación.
“Al establecer un ritmo de compra que acompañe el aumento proyectado en la demanda de dinero, la política monetaria puede fortalecer la liquidez externa”, destacó Criteria en su último informe de inversión.
Los mercados se ilusionan
“Si bien Argentina ha mejorado su foto de reservas en la era Milei, el nivel sigue muy por debajo de los emergentes comparables y, más importante aún, la acumulación fue muy inferior a la trayectoria pactada con el FMI”, advirtió 1816.
La consultora agregó que “el país no revertirá años de deterioro del balance del BCRA de la noche a la mañana”, pero consideró que “un cambio de prioridades del Gobierno, que hasta ahora relegó la compra de divisas para asegurar la desinflación, sería bien recibido por los mercados”.
Criteria coincidió: “Fue la primera señal oficial de que el Gobierno avanzará hacia un proceso de acumulación de reservas mediante expansión monetaria. La medida sería positiva para los bonos en dólares, porque responde a una de las principales demandas de los inversores”.
Caputo, en tanto, aseguró que “Argentina necesita comprar reservas porque no tiene refinanciamiento producto de haber hecho nueve defaults” y subrayó que su gestión “es la que más dólares compró en la historia: u$s 29.000 millones en 20 meses”, aunque la mayor parte se usó para pagar deuda.
La clave: los dólares del agro
La posibilidad real de acumular dependerá de la oferta del complejo agroexportador. Según el presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC), Gustavo Idígoras, el flujo actual ronda entre u$s 34 y u$s 40 millones diarios, frente a un promedio histórico de u$s 120 millones. “Octubre suele ser un mes flaco, pero en cuatro semanas debería reactivarse”, estimó.
El escenario responde, en parte, al adelanto de liquidación que el sector realizó por la eliminación de retenciones, una medida que dio aire al Gobierno antes de las elecciones. Pero la volatilidad cambiaria también incidió: “La condición es que el mercado se estabilice para que la venta de granos se reactive. No importa el precio, sino la estabilidad del tipo de cambio”, explicó Idígoras.
Javier Mieli, Toto Caputo y las retenciones cero
Según RIA Consultores, entre octubre y marzo podrían ingresar entre u$s 5250 y u$s 7450 millones en exportaciones de granos y subproductos: u$s 1600 millones por harina y aceite de soja, u$s 1500 millones por trigo, u$s 280 millones por cebada, u$s 370 millones por girasol y hasta u$s 1200 millones por maíz. La cifra sería inferior a la del mismo período 2024/25, cuando la liquidación alcanzó u$s 10.720 millones.
El repunte del agro hacia mayo, junio y julio -meses fuertes por la soja- será determinante para que el Banco Central refuerce reservas. “Los dólares del verano deberían venir por trigo y cebada”, adelantó Idígoras.
Flexibilización de encajes: un guiño para las tasas
El BCRA introdujo una modificación gradual en la gestión del efectivo mínimo (encajes bancarios) a partir del 1° de noviembre. La nueva modalidad de cómputo será mensual, aunque mantiene una obligación diaria del 95% del total de encajes.
“La medida busca dotar a las entidades de mayor flexibilidad y eficiencia en la administración de la liquidez”, informó la autoridad monetaria. Los analistas interpretan que el cambio reduce la volatilidad de las tasas y sienta las bases para un esquema más previsible de política monetaria.
 
                                		
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