La sequía no pasa factura al sector del agua mineral

La sequía no pasa factura al sector del agua mineral

En el último año la extracción se ha reducido un 5% en Catalunya.

Por: Silvia Oller Girona.

La pertinaz sequía no está pasando factura al negocio de la producción de agua mineral en Catalunya, que en 2023 extrajo del subsuelo unos 1.781.470 metros cúbicos de agua o lo que es lo mismo, 1’781 hectómetros cúbicos o unos 1.781 millones de litros, según datos provisionales facilitados por la el Departament de Empresa i Treball. 

Una cifra un 5% inferior a la contabilizada el año anterior (1,86 hm3) y apenas un 2% superior a la media estadística del régimen de explotación de los últimos 23 años. Para hacerse una idea de lo que significan estas cifras, en situación de normalidad 7,5 millones de habitantes consumen al día 1 hm3, 1.000 millones de litros. La suma de todas las aguas minerales con presencia en Catalunya no llega a los 2 hm3 al año.

Sin grandes cambios: El régimen de explotación por parte de todas las aguas minerales de Catalunya está en la línea de los últimos veinte años, a falta de datos definitivos esté 2023 será un 2% superior a la media

Catalunya cuenta con diecisiete empresas embotelladoras de agua mineral, de las cuales ocho se concentran en la comarca de la Selva, y de estas más del 60% se nutren de los manantiales de la zona del Montseny y les Guilleries.

Xavier Civit, presidente de Associació Catalana d’Envasadors d’Aigua (Acea), un paraguas bajo el cual están agrupadas el 60% de plantas embotelladoras, subraya que la sequía no ha tenido incidencia alguna en el sector, ni en la producción ni tampoco en el consumo. 

Sin afectaciones: Fuentes del sector y la Generalitat aseguran que los ciclos cortos de sequía no tienen incidencia en la producción

“El agua subterránea que extraemos está a mucha profundidad, oscila entre los 20 metros y los 400 en función del manantial y las balsas de agua subterránea se equilibran en función de años secos y lluviosos”, explica.

Civit constata que Catalunya ya ha vivido otros episodios de sequía, como 2008 y la de 1990, que no han tenido repercusión alguna sobre la producción. Es una explicación en la línea planteada por la Generalitat que incide en la idea de que los ciclos cortos de sequía no tienen una incidencia significativa en la actividad.

 “Las aguas minerales tienen, por sus características, unos tiempos de tránsito en el subsuelo muy largos, hasta de centenares de años”, afirma. Además, el volumen extractivo está regulado por las administraciones competentes, que fijan un tope que Civit asegura que nunca se supera. 

Niega que se esté sobreexplotando el recurso como creen algunas entidades naturalistas y aduce que las plantas embotelladoras de agua solo consumen el 0,03% de los recursos hídricos subterráneos existentes.

Consumo del 0'03%: Las plantas embotelladoras de agua solo consumen el 0,03% de los recursos hídricos subterráneos existentes

Sin embargo, grupos ecologistas reclaman estudios completos para evaluar un posible impacto que esta industria puede tener en el entorno y una revisión de la ley de Minas estatal, que data de 1973. 

“Es una ley franquista, obsoleta, que no tiene en cuenta la normativa marco europea de protección de los acuíferos”, explica Carles Lumeras, de la Coordinadora per a la Salvaguarda del Montseny. En el año 2020, impulsaron una Iniciativa Legislativa Popular que requería 50.000 firmas para ser discutida en el Parlament, pero la irrupción del Covid la dejó en papel mojado.

Ecologistas: Los ecologistas piden un estudio que analice si existe un impacto de la actividad sobre los acuíferos de la zona

 Proponían una moratoria para la concesión de nuevas extracciones, la limitación de los caudales permitidos y la elaboración de un estudio científico que determinara la capacidad y el estado del acuífero del Montseny-Guilleries. Unas demandas que Lumeras afirma que siguen vigentes. También reclaman que se hagan públicos los datos de las extracciones de cada una de las empresas del sector.

Por otra parte, Joan Carles Ximenes, portavoz de Llèmena Espai Natural, también pide un estudio que evalúe el hipotético impacto que tiene la única empresa embotelladora de la zona. “Fuentes cercanas se están secando, no podemos afirmar que sea por esta actividad, pero ante la incertidumbre es conveniente hacer algún estudio”, explica y añade que ve “injusto” que en una situación de emergencia como la actual se apliquen medidas de reducción de consumos en la ganadería, la agricultura y la industria y no en la extracción de agua.

Las plantas embotelladoras también verán reducido el consumo de agua industrial que pueden usar para sus procesos productivos (limpiar las botellas, por ejemplo), que cuando entre en vigor la emergencia será un 30% inferior.

España, cuarto país de la UE en producción

España es el cuarto país de la Unión Europea en volumen de producción de agua embotellada, según datos de la Asociación de Aguas Minerales de España (Aneabe), que agrupa el 90% de la producción del sector. En concreto cuenta con 120 plantas embotelladoras que beben de 153 manantiales repartidos en 16 comunidades autónomas y en 2022 produjo 6.300 millones de litros. El sector, que emplea a más de 30.000 personas entre puestos directos e indirectos, facturó 1.274 millones de euros en el 2021, según los últimos datos disponibles. Las exportaciones representan apenas el 1% del total de la producción.

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