Sepultarán a Videla en el cementerio de Mercedes

Sepultarán a Videla en el cementerio de Mercedes
El sepelio sería mañana; según la autopsia, el dictador murió por una hemorragia interna tras una caída
Los restos del dictador Jorge Rafael Videla, que murió anteayer, a los 87 años, en el penal de Marcos Paz, serán enterrados en el cementerio de Mercedes, provincia de Buenos Aires en las próximas horas.

El cuerpo fue trasladado anteayer desde Marcos Paz, donde Videla cumplía prisión perpetua por delitos de lesa humanidad, hasta la morgue judicial de la calle Viamonte, en el centro porteño, donde permanecía hasta anoche.

Allí se realizó la autopsia en la que se constató que Videla murió en la madrugada del viernes por múltiples fracturas y por una hemorragia interna provocadas por una caída que sufrió el domingo pasado, mientras se bañaba. Esas circunstancias se sumaron a un problema cardíaco de base.

Según pudo saber LA NACION, los familiares de Videla, uno de los responsables y máximo símbolo de la última dictadura militar, se presentarán en la morgue para retirar el cuerpo en las próximas horas y prevén enterrarlo en Mercedes entre hoy y mañana.

La Justicia entregará el cuerpo sólo una vez que la familia haya manifestado conformidad con el resultado de la autopsia. De hecho, los familiares podrían proponer peritos propios para repetir el estudio. Esa instancia busca evitar eventuales futuras exhumaciones.

Además, el cuerpo no puede ser cremado hasta que la Justicia no reciba los resultados completos de la autopsia, que podrían demorar unos 20 días.

Para el entierro, la familia espera a Horacio Jorge, uno de los hijos de Videla, que está de viaje en Europa y cuyo regreso está previsto para las próximas horas. El sepelio será en Mercedes, la ciudad en la que Videla nació el 2 de agosto de 1925.

Tras el retiro del cuerpo del penal de Marcos Paz, el viernes por la tarde, la celda que Videla ocupó en los últimos años fue precintada y clausurada.

Varios de sus "camaradas", también presos por delitos de lesa humanidad, colocaron allí una bandera argentina y un crespón negro.

Videla murió en su celda, ubicada en el pabellón de condenados por delitos de lesa humanidad del Complejo Penitenciario Federal 2, de Marcos Paz.

El parte médico oficial señaló que "se lo encontró en su celda, sin pulso ni reacción pupilar, por lo que se le realiza un ECC (electrocardiograma), constatándose su óbito, siendo las 08.25 hs del día de la fecha".

Videla comenzó a sentirse indispuesto durante la madrugada de ayer, lo que lo obligó a acudir al retrete de su celda. Por la mañana, las autoridades del penal lo encontraron sin vida.

El dictador cumplía una condena unificada a reclusión perpetua por tres causas: el histórico juicio a las juntas de 1985, una causa que tramitó en la justicia de Córdoba por los delitos de imposición de tormentos, homicidio calificado y tormentos seguidos de muerte de 31 personas, y por el robo de bebes durante la dictadura, crimen por el que fue condenado a 50 años de cárcel.

De esas sentencias sólo está firme la del juicio a las juntas. La muerte de Videla dejó sin el máximo acusado a numerosos procesos en trámite por violaciones a los derechos humanos.

El juicio principal es el que se desarrolla actualmente en el Tribunal Oral Federal N° 1, por el Plan Cóndor, una operación criminal orquestada por las dictaduras de América latina en la década del 70 para asesinar y hacer desaparecer opositores políticos.

En esa causa, Videla declaró el martes pasado. Denunció ser un "preso político" y desconoció al tribunal civil que lo juzgaba. "No tiene sentido hacer una defensa en el marco de una justicia vaciada de derecho", dijo.

Como jefe del Ejército, Videla encabezó la Junta Militar, integrada también por Emilio Eduardo Massera (Armada) y Orlando Ramón Agosti (Fuerza Aérea), que el 24 de marzo de 1976 derrocó al gobierno de María Estela Martínez de Perón. La Argentina ingresó entonces en uno de los períodos más oscuros y sangrientos de su historia, que finalizó en diciembre de 1983, con la restauración de la democracia y la elección popular de Raúl Alfonsín.

Comentá la nota