El sector privado podría ser el más golpeado en caso de default

El sector privado podría ser el más golpeado en caso de default

También a las provincias se les podría dificultar el pago de intereses de deuda si el Gobierno entra en cesación de pagos.

El 5 de abril el Gobierno reperfiló los vencimientos de deuda en dólares con ley local que caían este año y generó un debate acerca de si había o no default. No obstante, en caso de incumplir el pago de pasivos con legislación New York esto sería un hecho. Respecto de las implicancias que podría tener una cesación de pagos, analistas consultados por Ámbito consideraron que las empresas y las provincias saldrían tan o más golpeadas que la Nación.

“Ante un nuevo default el sector privado no podría colocar deuda, por lo que sería imposible tener un nivel de inversión que permita crecer”, refirió Fernando Marengo, de Arriazu Macroeonomistas. Y agregó: “Sería una pésima noticia si quisiéramos, algún día, desarrollar un mercado de capitales doméstico”.

En un sentido similar, el economista Fernando Marull afirmó: “Se les cortaría el crédito a las compañías que se financian intraempresa, por ejemplo, vía prefinanciación de exportaciones o mediante giros desde alguna casa matriz en el extranjero. Se caen las líneas de crédito, que son los flujos que permiten invertir”. Respecto de las empresas que colocan bonos en el mercado, Marull indicó: “Esas compañías lo pueden sobrellevar un poco mejor y encontrar una ventana para hacer colocaciones. Pero se les haría difícil a las que tengan vencimientos grandes”.

No obstante, respecto de lo que puede suceder en el mercado de capitales con las obligaciones negociables (ON) de las empresas, Ezequiel Fernández, de Balanz Capital, consideró: “Un default complicaría todo. El crédito externo para el mercado de bonos se cerró por la pandemia y porque las negociaciones de deuda soberana avanzaron más lento de lo que el mercado esperaba. Y el inversor en renta fija interno también está expectante de la negociación del soberano. La última ventana de colocación de las ON fue en febrero y mayormente por montos medianos, con una expectativa de que las conversaciones entre soberano y acreedores extranjeros iban a progresar”.

Fernández apuntó además: “En febrero los bonos corporativos de empresas sólidas estaban rindiendo en torno a 10% anual en dólares. Hoy en día están en niveles de entre 15 y 25%, lo que indica cierto temor de defaults corporativos. Está muy difícil tomar deuda en esta configuración nacional e internacional”. Respecto del horizonte futuro, el economista de Balanz anticipó: “Vamos a necesitar una visión más clara de cómo sale la economía de la cuarentena y que haya avances en las conversaciones entre Gobierno y acreedores extranjeros para que se abra una nueva ventana de financiamiento”.

Tan preocupante resulta para los empresarios un default total que José Urtubey, vicepresidente de la Unión Industrial Argentina, advirtió: “Las proyecciones para este año dan una caída de 4 puntos del PBI, si no hay default. Habiendo default esto se puede ampliar a 7 puntos, porque se podrían generar problemas para potenciales financiamientos en el sector público y en el privado”.

En tanto, el economista jefe de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios, Matías Bolis Wilson, añadió: “Hay un problema de desarrollo y profundidad del mercado de capitales y el nivel de ahorro es muy bajo, por lo que las empresas tienen que recurrir al crédito externo. Con el credit crunch que hay nivel mundial, si sumás un default, se complica mucho”.

Por su parte, la economista senior del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas, Cecilia Rumi, destacó que un default, en general, impone límites en tres frentes: “Al financiamiento, al acceso al crédito comercial y a las inversiones extranjeras directas”. Rumi cree también que, así no haya un cross default por un eventual impago de la Ley New York, la ya anunciada postergación de los bonos de jurisdicción local que hizo el ministerio de Economía que conduce Martín Guzmán, hace que estos condicionamientos empiecen a sentirse.

“Un escenario como el descripto lleva a la economía entera a tener que vivir al día y enfrenta a las empresas a un tipo de cambio real forzosamente más alto”, sintetizó la economista.

En cuanto a las empresas más chicas, algunos analistas creen que una cesación de pagos no tendría un efecto tan directo. “A las pyme las va a afectar menos un default soberano. Lo que les preocupa realmente es la recesión y no poder vender”, explicó Fernando Marull. En un sentido similar, el economista jefe de ACM, Jorge Neyro recordó que las pymes se financian “con cheques diferidos o descuentos de cheque. Su estructura de financiamiento no está atada a lo que pase con el default. El problema de las pymes es de demanda”.

Provincias

Si bien Neyro considera que un default no sería tan disruptivo respecto de lo que se viene observando, “porque es un proceso que se viene madurando y los bonos vienen bajando sostenidamente hace tiempo”, sí puso el foco en la situación de las provincias: “El problema es que van a tener que pagar intereses con tasas muy altas y se les va a complicar la refinanciación. El mercado de deuda exterior se les cerró en 2018: cuando Nación coloca las provincias pueden colocar. Cuando Nación no coloca, las provincias tampoco”, resumió. Marull suscribió: “Si Argentina defaultea, las provincias que quieran tomar deuda para pagar intereses tendrán tasas altísimas”

En tanto, Federico Furiase, del Estudio EcoGo, hizo un señalamiento en un sentido similar: “Con un default se agudizaría el problema de caja que van a tener las provincias por el desplome en la recaudación que se viene”.

Respecto de las repercusiones a nivel nacional, Furiase expresó: “Afectaría los pocas grados de libertad que tiene el Gobierno para aumentar el déficit fiscal con financiamiento monetario sin tener un problema con la nominalidad, la brecha cambiaria y la inflación una vez que pase el temblor. Implicaría un cierre del crédito en una economía en recesión”.

Comentá la nota