Lunghi fue de la partida cuando Ernesto Sanz lanzó su candidatura en el Luna Park.  Pero no sólo eso.  Destacó las cualidades del mendocino para ser candidato a presidente y lo definió como un estadista.   Era un secreto a voces que al pediatra no le cerraba la figura de Ricardo Alfonsín -algo timorata y titubeante para su gusto- pese a que mediaran acuerdos a través del senador local Carlos Fernández. En esa oportunidad lo acompañaron varios jóvenes funcionarios, pero otros se le plantaron al conductor. 

Lunghi, más propenso a la centroderecha partidaria, se adelantó al armado interno y dijo que su candidato era Sanz.  Fue al acto del lanzamiento en donde la Juventud Radical de Tandil se negó a entrar.  Esa misma Juventud, a través de Pablo Civalleri, criticó duramente cualquier tipo de alianza con Macri o con Massa.  Criticó, incluso, a sus pares y correligionarios.

Finalmente, se dio.  Sanz festejó la alianza Macri-Carrió.  Antes había dicho que su alternativa era la de un frente opositor “amplio”, sin mirar demasiado el pelaje de cada integrante. La Juventud local le pegó en el ojo del clavo y su voz representa a un sector interno que parece ser mayoritario en la UCR.  Prefieren morir en la propia trinchera que en un hospital compartiendo camas con Macri, Massa y De Narváez.

Ernesto Sanz elogió el acuerdo entre Elisa Carrió y Mauricio Macri y confirmó que mantuvo la semana pasada una reunión con Sergio Massa.  Su idea principal es “impedir una victoria del kirchnerismo”.

El Frente Amplio-UNEN vive un clima de fuerte tensión interna que irá creciendo hasta la convención que en marzo celebrará la UCR.

En este contexto, Lunghi no debilitará la estrategia distrital.  Los asiduos al Comité de calle mitre aseguran que se alambrará el distrito como en anteriores ocasiones para que impacten las disputas provinciales y nacionales.  Se renovará la estrategia del vecinalismo y la tijera.  Lunghi se dice radical de “cuna y tumba” pero entiende que la última no debe llegar antes de tiempo.