¿Por qué sale más caro comprar verduras que papitas y refrescos?

¿Por qué sale más caro comprar verduras que papitas y refrescos?

La inflación ha hecho que se dispararen los precios de los alimentos nutritivos y en la comida chatarra ha sido menor; han aumentado más las frutas y verduras

La inflación en los recientes meses ha hecho dispararse el precio de alimentos con alto contenido nutrimental, y, por el contrario, respecto a la comida chatarra, el incremento ha sido menor, lo cual puede modificar los hábitos de consumo de los ciudadanos.

El especialista en temas económicos, Mauricio Hernández Mendoza, explicó que la una tasa anual actual de inflación alcanzó el 7.45%, que es la más alta en 21 años, de acuerdo con cifras del Inegi.

Detalló que la inflación de alimentos fue del 10.08% y la de frutas y verduras de 20.35%, además de que la tasa en confitería se mantiene también en cerca del 7%.

"Preocupa analizar las tasas de crecimiento de alimentos en general y de frutas y verduras en lo particular, que ha acumulado ya tal inflación en este tipo de productos que se generaron en el mercado distorsiones importantes que mandan señales importantes a los consumidores.

"Todos han crecido por debajo del crecimiento (de los que son nutrientes). Ha habido un aumento en precios, pero no tan acelerado como el de frutas y verduras", comentó.

El precio de alimentos con bajo contenido de nutrientes ha crecido muy por debajo de frutas, verduras, carnes y lácteos, señaló el también académico de la Universidad de Celaya.

Lo anterior, sostuvo el especialista, puede modificar los hábitos de consumo en perjuicio de la propia salud de los habitantes, y de la salud pública.

Entre dichos productos se encuentran la confitería, productos no nutrientes como los hechos a base de maíz con papas fritas, chocolates, dulces.

"Esa preferencia estaría sustentada básicamente en el poder de compra. Cuando el ingreso no alcanza para satisfacer necesidades básicas de alimentación, con productos de alto contenido nutrimental, pues entonces, queda la otra opción.

"Desafortunadamente, más allá de ser una preferencia, probablemente es una necesidad, el tener que incurrir en este tipo de productos", agregó.

Hernández Mendoza, doctor en Ciencias Administrativas, lamentó que ello se agrega a la falta de hábitos alimenticios adecuados en ciudadanos.

"De por sí, ya existen malos hábitos de alimentación en general en la población, y pues este tipo de distorsiones en los precios generados por la inflación arraigan o profundizan más estos hábitos, y eso tiene repercusiones en la salud", concluyó.

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