Garbiker advierte de la necesidad de reforzar la prevención o Bizkaia «se alejará de los compromisos a medio plazo»
Por: Eva Molano.
Aunque se avanza en reciclaje, queda aún mucho camino por recorrer. Euskadi genera unos seis millones de toneladas de desechos al año, la mayoría industriales. Solo cerca de un millón son residuos municipales, tanto los domiciliarios como los comerciales, gestionados por las diputaciones. En Bizkaia alcanzaron las 635.000 toneladas el año pasado. Pues bien, aunque el 48% de las mismas se recogieron puerta a puerta, de forma separada en los diferentes contenedores de recogida selectiva o en la red de garbigunes y bilbogarbis, las demás – 330.000– se tiraron mezcladas en bolsas al contenedor de resto o a papeleras en playas, parques... Es decir, hay que mejorar. Y la tarea empieza en casa.
La Diputación, a través de la sociedad Garbiker, que depende del departamento de Medio Natural y Agricultura, encargó caracterizaciones de la basura para detectar las posibles mejoras en los hábitos de separación. La conclusión es que podríamos reciclar mucho más. Porque resulta que la mayor parte de los residuos que se tiraron al contenedor gris sin separación previa, más del 70% – que terminan en la planta de separación de Artigas, en Zabalgarbi o en el vertedero– podrían haber tenido una segunda vida. Una opción mejor para el medio ambiente, para la economía, –porque la industria del reciclaje crea puestos de trabajo– y para el bolsillo de los ayuntamientos, ya que el traslado de estos residuos de la fracción resto y su tratamiento también se ha encarecido. Si cada ciudadano hubiera reciclado más, la fracción resto sería mucho menor y también el impacto ambiental de su tratamiento. De hecho, la Diputación espera que en 2030 se reduzca aproximadamente en un tercio, hasta las 207.000 toneladas, fundamentalmente por la mejora de las tasas de reciclaje en general y sobretodo, de residuos orgánicos.
Objetivos en 2030: Aumentar del 48% al 70% la reutilización, al 5% el compostaje y reducir al 23% lo desechado
Según el análisis realizado por los expertos forales, solo el 28% del contenido de las bolsas estaba conformado por residuos que no tenían cabida en un contenedor o garbigune. De hecho, la mayor parte de la bolsa de basura – el 38%– estaba compuesta el año pasado por restos de comida o orgánicos, que tienen salida en el contenedor marrón, con los que se podría haber realizado compost. Otro 12% eran residuos de papel cartón. El 4%, mientras, eran envases ligeros y el 6% restos de vidrio. Y otro 12% eran misceláneos que podrían haber tenido cabida en otros contenedores o en el garbigune.
Los expertos que han redactado el informe final de 2024 del Observatorio de Residuos concluyen que los datos evidencian una necesidad de continuar con el reforzamiento de las políticas de prevención, minimización y sensibilización ciudadana, ya que, «de mantenerse la tendencia actual, Bizkaia se alejará de los compromisos ambientales establecidos a medio plazo».
Y es que el ratio de basura creció el año pasado hasta los 547,46 kilos por vizcaíno. El propio plan de residuos foral establece que en 2030 deberemos generar menos– 449 kilos per cápita– y que, además de reducir en un tercio la fracción resto, el 58% ha de separarse en origen, diez puntos más que ahora. Además, habrá que dar una segunda vida al 70% de los residuos que producen los domicilios y comercios, – ahora la cifra llega al 48%– mientras que otro 5% será dedicado a realizar compost, frente al 3,29% de la actualidad.
Los residuos orgánicos son un tercio de toda la basura urbana que se tira en Euskadi, y es precisamente la fracción que más actuaciones precisa. La Diputación cree que unas 130.000 toneladas no se reciclan cada año en Bizkaia, aunque el 90% de los municipios cuenta con depósitos de este tipo. En este sentido, el objetivo es que en 2030 el 44% de los bioresiduos sean correctamente depositados en el contenedor marrón.
Aún estamos lejos: el año pasado se batieron récords en la recogida de orgánicos, pero solo se llegó a las 19.710 toneladas. También en el campo de los envases ligeros hay «mucho margen de mejora», ha reconocido en varias ocasiones la diputada de Medio Natural y Agricultura, Arantza Atutxa. Bizkaia es el territorio de Euskadi donde menos se reciclan y la tasa apenas llega al 40% de los que terminan en la basura frente al 60% de Gipuzkoa, según los últimos datos del Gobierno vasco.
Y aunque parte de los envases desechados sin separar se recuperan en la instalación de tratamiento mecánico biológico de Artigas, el resto terminan en Zabalgarbi y en el vertedero. La Diputación, y en concreto del Departamento de Medio Natural y Agricultura, pretende que la tasa de recogida llegue al 75% dentro de cinco años. Asume que su producción se reducirá también en una quinta parte por la propia evolución del mercado y por una mayor concienciación ciudadana. 22.000 toneladas son tratadas cada año en la planta BZB de Amorebieta y se quiere duplicar esta cantidad hasta los 38.000.
Dentro de cinco años, la Diputación espera también que solo se deseche el 23% de la basura, –de la que el 20% se enviaría a revalorización energética y otro 3% a vertederos–. Ahora, el 48,5% termina en estas instalaciones: el 32,92% se trata en Zabalgarbi y el 15,17% en los depósitos forales, aunque solo 9.514 toneladas – procedentes de la limpieza viaria y de playas, así como de la fracción de rechazo de la red de garbigunes– se vierte sin tratamiento previo.
En este sentido, el plan de residuos, que iba a ser revisado este año, incluía medidas como apoyar técnica y económicamente a los municipios que implanten sistemas como el puerta a puerta o el pago por generación, que incrementa en un 25% la tasa de recogida selectiva de los hogares y comercio, o dar un impulso al contenedor blanco que gestiona Koopera. La Unión Europea recomienda las medidas fiscales para alentar a quien recicle y también la implantación de sistemas de devolución y retorno para mejorar las tasas de separación en origen. Aun así, hay municipios que ya están haciendo las cosas bien. El año pasado Mendexa fue el pueblo que más recicló: la recogida selectiva llegó al 55%, mientras que Amoroto y Ziortza-Bolivar se posicionaron en segundo y tercer lugar en el ranking de los municipios más sostenibles.
Y mientras Zamudio lidera la recogida de cartón por la presencia de polígonos, Arrieta, Laukiz, Maruri-Jatabe, Gamiz Fika y Fruiz aumentaron en un 121,45 % los depósitos en este contenedor. En orgánicos, Aulesti, Mendexa, Munitibar, Amoroto y Gizaburuaga, con 73,15 kilos por vecino, lucieron los mejores resultados. Después está Berriatua (54,46 kilos), aunque Bakio, a consecuencia de un mayor despliegue del quinto contenedor, ha registrado un incremento del 1.125% en la recogida de la fracción.
Por otro lado, Amoroto es el municipio en el que más envases se depositan por vecino en el contendor amarillo, 56,63 kilos por habitante. Arratzu es el segundo, con 51,30, seguido de Etxebarria. Hay que señalar que Lanestosa ha pasado de tener cuatro contenedores a cinco, y ha registrado un incremento del 100 % en la recogida de la fracción. Mientras, Izurtza es el pueblo en el que más se utiliza el contenedor blanco, (16 kilos por habitante), seguido por Barrika (10 kilos).

Euskadi desecha 50.000 toneladas al año de textiles
El Gobierno vasco, a través de la sociedad Ihobe, acaba de publicar el informe Perfil Ambiental de Euskadi 2025, centrado en esta ocasión en los residuos municipales. Y según los últimos datos, del 2022, Euskadi solo recicló de forma separada el 45,3% de la basura. Y casi un tercio de toda ella, –308.000 de 980.711 toneladas–, eran bioresiduos. Pues bien, según el citado informe, Euskadi generó 50.621 toneladas de residuos textiles, –ropa o zapatos que se quedaron viejos, pequeños o que se rompieron–. Un total de 23 kilos por habitante. Casi la mitad terminaron en la incineradora –24.892 se destinaron a valorización energética– y 16.942 se eliminaron en vertederos, según los datos del Gobierno vasco. Es decir, solo se «salvaron» el 18% de estos desechos, que se recogieron de forma separada, unas 8.787 toneladas, pese a que el País vasco es una de las comunidades en las que más residuos textiles se reciclan. Unos con gran impacto ambiental, ya que algunos materiales de las prendas pueden tardar décadas en biodegradarse. Los vizcaínos tiraron 33.800 toneladas de ropa, y solo depositaron el 14,22% en el contenedor blanco. En cuanto a los envases ligeros, Euskadi desechó 124.354 toneladas, pero solo el 43,25% se lanzaron al contenedor amarillo. 37.000 fueron a la incineradora y 36.940 a vertederos.
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