De ser los reyes del jugo de frutas a una guerra familiar sin fin por el control de la compañía

De ser los reyes del jugo de frutas a una guerra familiar sin fin por el control de la compañía

Baggio nació en 1959 y su fundador estuvo al frente de la empresa hasta 2006. Luego, sus hijos pasaron a disputarse el manejo en un enfrentamiento que incluye varias denuncias.

En un segmento lleno de multinacionales, una empresa argentina logró alzarse como líder. La marca de jugos Baggio es uno de los principales jugadores de este negocio, sin embargo, hace más de 60 años empezó su camino volcada a otra bebida

Su fundador estuvo al mando durante varias décadas, pero desde su fallecimiento se produjo un enfrentamiento entre sus herederos que incluye denuncias por supuesta estafa y competencia desleal.

Don Juan Baggio empezó vendiendo damajuanas en Gualeguaychú, Entre Ríos. Su consuegro, Juan Luna, le había regalado una traída directamente desde Mendoza y, tras probarla, Baggio le pidió que le llevara más para venderlas en su ciudad.

El origen de los jugos Baggio

Su hijo, Rufino Pablo, armó su propia empresa en 1959, con 30 años, junto a su esposa, Celia Munilla. La compañía, que llevaba su nombre, se dedicaba a producir y vender vino, en homenaje a ese emprendimiento de su padre. Pero un tiempo después, Baggio sumó a su portfolio el negocio que se transformaría en la insignia del grupo: los jugos de fruta.

En 1983 la compañía abrió su primera planta productiva en el Parque Industrial de Gualeguaychú y al año siguiente inauguró una segunda en Villa Mercedes, San Luis. Al vino y los jugos le agregaron más productos, desde aguas de mesa, sodas, puré y salsa de tomate y lácteos. Por caso, en 2012 anunciaron una inversión de $ 48 millones para construir una fábrica de pasta de tomate en Mendoza.

No obstante, los jugos siempre fueron el caballito de batalla de la compañía. Con Pronto y Mocoretá y Fresh llegó a tener más de un 50% del market share dentro del segmento. Al mismo tiempo competía con grandes multinacionales, como Coca-Cola, que en 2004 se quedó con la marca Cepita.

Alejandro Baggio, el mayor de los hermanos, había sido elegido por su madre para tomar el control.

Pero la firma no dejó de lado la producción vitivinícola. Participaba del rubro con líneas de vinos varietales y también vinos de mesa, con Uvita y Talacasto. Actualmente cuenta con etiquetas en el sector lácteo (Latte y 7Dias), puré de tomate (De la Huerta), aceite de oliva (La posta del olivo) y mermeladas (Frutas de la Huerta).

La pelea por el control

Baggio creó la sociedad RPB SA en 1993 para unificar el negocio y siguió al frente de la empresa hasta su muerte en 2006. Las acciones de la compañía se repartieron en partes iguales entre sus cuatro hijos: Juan Alejandro, Aníbal, Rufino Pablo (h) y Celia María. Sin embargo, su viuda se quedó con el usufructo y eligió a Juan Alejandro, el mayor, para hacerse cargo de la empresa.

Rufino Pablo (h), apodado "Pino", compró la participación de su hermana y se convirtió en el accionista mayoritario en 2013. "Alejandro y Aníbal querían que yo les cediera acciones de la parte de mi hermana, gratuitamente, para que todos tuviéramos el mismo porcentaje, y yo me negué porque la había pagado con un crédito bancario y la venta de propiedades", le contó "Pino" Baggio a Infobae.

Pero la disputa familiar no quedó solo en control de la sociedad. En febrero de 2020 RPB SA denunció la desaparición de u$s 7 millones que fueron transferidos al exterior. A su vez, "Pino" realizó una denuncia contra sus hermanos por presuntos sobreprecios en la importación de envases. Y ellos lo acusaron de competencia desleal por su rol en Bigar SA, dueña de la marca de jugos Big C, según El Día de Gualeguaychú.

Luego del fallecimiento de Celia Munilla, en abril de 2022, el enfrentamiento se agravó. Alejandro y Aníbal no le permitieron ingresar y votar en la asamblea a "Pino" y en diciembre pasado el accionista mayoritario logró formar parte, interventor judicial mediante, y se designó a sí mismo como presidente, de acuerdo a lo consignado por el medio provincial.

En marzo 2023 se encontró una carta firmada por Munilla en su caja fuerte. La misma denunciaba que "Pino" Baggio había vaciado una cuenta que ella tenía en los Estados Unidos por una cifra cercana a los u$s 20 millones.

Entre las más queridas del país

Más allá del enfrentamiento de la familia fundadora, Baggio continúa como una de las marcas preferidas de los argentinos. Según la décima edición de Brand Footprint, elaborado por Kantar Worldpanel, la etiqueta se encuentra en el puesto 4 entre las más queridas del mercado local.

 

La compañía no solo cuenta con una planta procesadora y envasadora en Entre Ríos, sino que también continúa ligada al negocio del vino y el aceite de oliva en Mendoza. En total cuenta con 10 centros de distribución y presencia en 72 países del mundo.

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