Revés para la premier británica: la Corte le puso un freno al Brexit

El divorcio del reino con la unión europea. El Alto Tribunal falló que es el Parlamento el que debe decidir sobre la salida de la UE. El gobierno apelará.

El Brexit podría ser nuevamente plebiscitado pero en una elección general en Gran Bretaña. La derrota que el gobierno conservador recibió en el alto tribunal británico el jueves la mañana, que lo fuerza a obtener la aprobación parlamentaria antes de disparar el artículo 50 que inicia el divorcio del reino con la Unión Europea, puede obligar a la primera ministra conservadora Theresa May a convocar a elecciones anticipadas, antes de elevarlo a la Cámara de los Comunes. Ella ha decidido apelar el fallo. Pero si la Corte Suprema convalida la actual sentencia, su fragilidad política convertirá al Brexit en un “imbroglio”, con consecuencias aún más inquietantes que las actuales.

Los conservadores, divididos entre pro y anti europeos, sólo tienen una mayoría de 12 bancas en el Parlamento británico. Tras el fallo judicial, el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que se aplicará por primera vez en la historia, debe ser debatido y aprobado por la Cámara de los Comunes y la Cámara de los Lores, que pueden discutirlo, agregar enmiendas e incluso demorarlo. Al menos antes de que se dispare y se inicien, con la premier a la cabeza, dos años de negociaciones con la UE para abandonar el bloque.

En uno de los fallos constitucionales más importantes de los últimos 50 años, el alto tribunal de justicia británico consideró que la primera ministra “no podrá usar las prerrogativas de la Corona” para no consultar al Parlamento por el Brexit y exigió que a la decisión la apruebe o rechace el Parlamento.

Lord Thomas de Cwmgiedd, el jefe del tribunal dijo: “Esta corte no acepta el argumento puesto por el gobierno”. Los abogados defensores de la posición oficial argumentaban que “las prerrogativas reales” le permitían ignorar a los legisladores y autorizaban a May a iniciar sola la separación del reino de la UE. Con el solo apoyo del mandato de la victoria del Brexit en el referendum de junio, donde se impuso el No a Europa por un millón de votos.

El tribunal sostuvo en el fallo que “la corona no puede cambiar la ley doméstica por el ejercicio de sus poderes prerogativos. El caso del gobierno es contrario al lenguaje usado por el Parlamento en las actas de 1972 y al principio fundamental constitucional de soberanía del Parlamento”. En minutos, la libra esterlina, que ha perdido el 18% de su valor con el Brexit, subió 1%.

Los abogados de otros cinco grupos, encabezados por la manager de fondos de pensión, Gina Miller, y un peluquero portugués, expusieron ante el tribunal que “solo el Parlamento era quien podía decidir” la quita de derechos que el mismo Parlamento había otorgado, cuando decidió sumarse a la UE y luego, cuando convocó a un referendum para decidir si continuaban o no siendo parte de ella. Sólo otro acto parlamentario podría autorizar la aplicación de ese artículo y no un acto inconsulto y de la premier.

El gobierno Tory anunció que apelará el fallo, que será tratado por la Corte Suprema británica el 7 y 8 de diciembre por los 11 jueces, pero cuya sentencia va a conocerse en enero. La decisión judicial no solo puede postergar el anuncio de divorcio de Gran Bretaña sino generar un debate parlamentario de imprevisibles consecuencias, donde el “Hard” o el “Soft Brexit”, con o sin acceso al mercado único y libre circulación de personas, estarán en el corazón de la discusión. El referéndum de junio no es legalmente vinculante. El Parlamento no está obligado a aprobar sus resultados, cuando hay un alto nivel de arrepentidos de haber votado la salida de Europa por falta de información o por no haber medido los riesgos.

Si la Corte Suprema no revoca la sentencia del alto tribunal británico, el gobierno de May se verá obligado a generar un proyecto legislativo para invocar el artículo 50, que inicia el divorcio europeo, y no presentar una simple resolución a debate. Ese proyecto legislativo, que va a ser debatido, enmendado, votado, en ambas cámaras, puede complicar no solo el calendario sino los contenidos del Brexit.

Ante este escenario, la política electoral doméstica entró violentamente en escena. El primero en evocar la posibilidad de una elección anticipada fue Dominique Raab, diputado conservador, pro Brexit, que consideró el comicio posible si el “Remain” o “quedarse en Europa” busca “bloquear la invocación del artículo 50”. Desde la oposición, el legislador laborista Mike Gapes habló de una elección general antes que el artículo 50 sea detonado.

Oficialmente la próxima elección británica no puede tener lugar hasta el 2020. Salvo que el gobierno pierda un voto de confianza o los legisladores voten y consigan los dos tercios para convocar a una elección anticipada.

Theresa May hablará por teléfono hoy a primera hora con Jean Claude Juncker, el presidente la Comisión Europea en Bruselas.

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