La Asociación Trabajadores del Estado (ATE) repudia la detención de la dirigente social y diputada del Parlamento del Mercosur (Parlasur) Milagro Sala llevada adelante por el gobierno de Jujuy en consonancia con la política represiva implementada por el presidente Mauricio Macri. Además, alerta sobre la gravedad democrática y constitucional que significa su detención bajo la acusación de  "instigación a cometer delitos y tumulto".

El sindicato se solidariza con la dirigente y con toda su organización Túpac Amaru, reivindica su lucha a favor de los más desprotegidos y exige su urgente liberación, así como el cese de las persecuciones políticas e ideológicas en el país y estas prácticas de detención tan poco democrática que creíamos haberlas enterrado con el grito del Nunca Más"

"Nos solidarizamos con la compañera Sala quien empezó su lucha social siendo delegada de ATE y advertimos que si un acampe pacífico es una instigación a cometer delitos estamos en graves problemas democráticos porque se niegan los derechos constitucionales de protestar y peticionar a las autoridades que a veces se olvidan que no son más que representantes de un pueblo soberano", expresó el secretario general de ATE Mario Bustamante.

Por ello, como organización con un compromiso ineludible con la democracia, la justicia social y la libertad de expresión y lucha, el sindicato advierte una clara política represiva y persecutoria puesta en marcha desde el incio de la gestión de Macri que pone en riesgo la democracia y las garantías constitucionales en el país. "A poco más de un mes vimos como el gobierno nacional, intervino ilegalmente instituciones, despidió a 20 mil trabajadores y reprimió brutalmente sus protestas, y ahora vemos como encarcelan a una dirigente social, casualmente ligada al kirchnerismo, sin hablar de todos los programas televisivos censurados y periodistas despedidos también por su ideología política, ninguna organización civil puede permitir semejante atropello a la democracia", remarcó.

Esta política antidemocrática sólo es posible con la connivencia de  los aparatos represivos del Estado, un sistema judicial alineado (que dejó de ser independiente con el nombramiento de dos jueces de la Corte Suprema de Justicia a dedo a través de un DNU firmado por el presidente de la Nación) y los medios hegemónicos de comunicación que demonizan y crean culpables a favor de los intereses de sus dueños, el poder económico y político concentrado que ya recibió en este mes enormes transferencias de recursos del Estado en detrimento de los trabajadores y los sectores más vulnerables. 

"Con la hipocresía y la doble vara a la orden del día: Macri hizo campaña visitando al dirigente qom Felix Díaz que estuvo más de un año acampando contra el gobierno kirchnerista y se paseó, con todo su derecho, por todos los canales de televisión y medios de comunicación, los mismos que ahora atacan la misma modalidad de protesta y demonizan a la compañera Sala", expresó.

De la misma manera que funcionarios y medios de comunicación demonizan a quien gestionó la construcción de cientos de casas, clubes, escuelas, centros de salud y bibliotecas para los sectores más pobres, estigmatizan también a los trabajadores, principalmente estatales con descalificativos como ñoquis, grasas y hasta militante (como si fuese algo malo) para llevar adelante su política de ajuste y achicamiento del Estado.

"No podemos, como nunca lo hicimos, dejar de denunciar todas estas acciones  antidemocráticas, así como denunciamos la nefasta gestión y la represión a los trabajadores de parte del ex vicegobernador a cargo del Ejecutivo Provincial Juan Carlos Bacileff Ivanoff y la precarización laboral del gobierno kirchnerista, hoy exigimos recuperar el Estado de derecho y un gobierno nacional que sea capaz de ´afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y (principalmente) asegurar los beneficios de la libertad´", concluyó Bustamante. 

“Revancha”

Por otra parte, Marcela Acuña de la desde la agrupación Mujeres en Lucha afirmó que “hay una palabra, una sola palabra que resuena al mismo tiempo que presiona la impotencia como agua de inundación acumulada contra el muro de una represa: revancha”. “Revancha contra esa negra, esa india, esa mujer a la que tantas veces se nombró así en los medios locales pero entre comillas como si no fuera digna de la categoría, la “ultrakirchnerista”, esa persona diminuta pero tan aguerrida y con tanta determinación que fue capaz de imaginar y crear universos propios para los suyos y las suyas”.

“Revancha, de clase, ideológica, revancha misógina, una retaliación anunciada con la que seguramente Gerardo Morales ha soñado como se sueña con una amante. Milagros Sala está detenida y el gobernador de Jujuy se jacta de que la acusación no será sólo por “incitación a ilícito y tumulto” sino que también se prepara para acusarla por robo “al Estado y los pobres”. ¿Cómo se atreve esa mujer? ¿Cómo se le ocurre? ¿Cómo es que se animó no sólo a soñar sino a hacer casas, fábricas, escuelas, becas para educación terciaria, plazas junto con otros negros como ella, indígenas como ella, esos nadies que de pronto organizados también querían clubes, piletas de natación y hasta su propia marcha del orgullo lgbti con tantos colores y alegría que no son propios de esas caras color tierra?”.

“A una lustrabotas que pasó la adolescencia drogándose en la calle, robando al menudeo, salvada de ese circuito por la protección de “las mujeres de Azopardo”, ni más ni menos que las putas del barrio humilde donde creció antes de conseguir un trabajo en el Estado y convertirse en dirigente de ATE, de seguir al Perro Santillán en los cortes de ruta, de poner el cuerpo al calor de las gomas quemadas a sabiendas que no había otra forma de reclamar, no había otra herramienta cuando el país bajaba la cuesta de una de las peores crisis de su historia al filo del tercer milenio. No, no le iban a perdonar el tamaño de su atrevimiento, no es sólo el hartazgo por los cortes de ruta a los que la organización que Sala lidera acostumbró a la provincia de Jujuy; es más que eso, es relamerse porque al fin se acaba ese orgullo de clase que la animó durante este tiempo, el tiempo en que encontró recursos para hacerse fuerte entre los más vulnerables, ahí al pie de los cerros en Alto Comedero. Porque, vamos, detener a alguien por acampar en una plaza pública para hacer un reclamo cuando el mismo presidente se mostró en plena campaña antes del ballottage en las carpas que durante meses se mantuvieron en plena 9 de Julio para hacer visibles los reclamos del pueblo Qom es por lo menos un insulto a la inteligencia de todos y de todas. O una acción ejemplificadora frente a la movilización constante de quienes no piensan dejar pasar los decretazos de cada día, el cierre de programas, los despidos masivos, la brutal transferencia de recursos a los sectores más poderosos mientras el salario adelgaza y se acusa a trabajadores y trabajadoras de ser la grasa que sobra en el cuerpo del Estado. Algo de eso hay, sin duda, pero no se puede ocultar el tamaño de la violencia de esta detención, el gusano de la revancha que se come rápidamente cualquier otro argumento, el modo en que se la presenta como ese ser amenazante, por negra, por mujer, por indígena y no solamente por eso. O mejor, por ser todo eso y haberse atrevido no sólo a reclamar para sí y para los suyos los derechos básicos sino también el derecho al goce, el derecho a una vida en la que se pueda soñar más allá del destino de trabajo de sol y a sol y de la vivienda como el techo para las aspiraciones”.

“La Tupac Amaru y Milagro Sala fueron más allá y pusieron animales de fantasía en sus plazas, lugares de recreo, rosedales, piletas de natación con rampas para rehabilitación de personas discapacitadas, crearon escuelas secundarias y también becas para sostener la formación universitaria. Y hasta su propio método para evitar la violencia patriarcal poniendo en jaque a los agresores, yéndolos a buscar a sus propias casas sin esperar más que la denuncia de las víctimas”.

“La Tupac Amaru y Milagro Sala, con su pelo siempre recogido, su nula elegancia, la parquedad de sus gestos, su pasado doliente y su capacidad de recuperación reclamaron para sí todo lo que parecería, para las autoridades que ahora tenemos, le corresponde a otros, a los blancos, a los que se superan a sí mismos de uno en una, a los que no militan en organizaciones, a los y las que van detrás del objetivo personal como burros detrás de la zanahoria”.

“Todos los demás, sean lo que sean, son un mal a extirpar, grasa que cortar, no importa quien hayas sido ni cuál sea tu trayectoria laboral, si perdiste el trabajo ya dijo el presidente que habrá rutas que construir, andá a agarrar la pala. Milagro Sala la agarró en su momento, pero no lo hizo para ella sola, y no lo hizo solamente para sobrevivir. Esa mujer, esa negra indígena lo hizo para vivir, para vivir con otros, para asaltar el cielo de los goces compartidos, para mostrar que las revoluciones son posibles aquí y ahora. Por eso la revancha. Y por eso también esta impotencia que late, que presiona y que también busca su cauce en la calle; la misma a la que con estos actos se intenta disciplinar”, afirmó.