Los principales grupos de bonistas rechazaron la oferta y el Gobierno presiona con el default

Los principales grupos de bonistas rechazaron la oferta y el Gobierno presiona con el default

En plena pulseada, los grandes fondos arremeten por una quita menor. El Gobierno no pagará el vencimiento de USD503 millones de este miércoles 

 

 

Pese a que la dura oferta oficial de canje de deuda superó las expectativas previas del mercado e hizo rebotar a los bonos soberanos, tal como era de esperarse los grandes fondos salieron a la carga. Los tres principales grupos de tenedores de los bonos a reestructurar rechazaron la propuesta y reclamaron una menor quita. Sin acuerdo a la vista y como parte de la pulseada, la presentación formal del Gobierno que publicó este lunes la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC) buscó mostrar que se trata de la versión definitiva: planteó que si no hay acuerdo rápido, hay grandes chances de default.

Tres grupos de bonistas con presunto poder veto, ya que juntos superarían el 25% de las tenencias que se necesita para bloquear, se alinearon para repudiar el canje ofertado. Se trata del Comité de Acreedores de Argentina, que encabeza Greylock Capital y que en el primer tramo de la negociación se había mostrado más dialógico; del Grupo de Titulares de Bonos del Canje, liderado por Monarch y asesorados por Dennis Hranitzky, el abogado de los fondos buitres famoso por impulsar el embargo a la fragata Libertad en 2012; y de un tercer nucleamiento conformado por varios de los mayores fondos de inversión del mundo: Blackrock, Fidelity, Ashmore y Alliance Bernstein, entre otros.

"Buscan colocar una parte desproporcionada de los esfuerzos de ajuste a largo plazo de la Argentina sobre los hombros de los tenedores de bonos internacionales", señaló el comunicado de este último grupo. Justamente un ejecutivo de Blackrock, el mexicano Gerardo Rodríguezse había retirado con amenazas de una de las últimas videoconferencias organizadas por Guzmán antes de lanzar la oferta, como reveló este diario.

Son los chispazos propios de una multimillonaria negociación. "Es parte del bombardeo del mercado cuando se encara una negociación. El deudor pone una oferta que suele ser agresiva y el acreedor rechaza para obtener mejores términos", explicó Gustavo Neffa, director de Research for Traders.

La presentación que hizo el Gobierno ante la SEC en la que formalizó su propuesta de quita del 62% en los intereses y del 5,4% en el capital más un período de gracia de tres años, buscó transmitir inflexibilidad. Bajo el precepto de que "el límite de lo que Argentina puede pagar es la oferta", como afirmó Guzmán la semana pasada, el documento firmado por el secretario de Finanzas, Diego Bastourre, aseguró que si no hay un acuerdo rápido, existe un "riesgo significativo de default, lo que perjudicaría aún más el valor de los títulos de deuda pendientes". También advirtió a los bonistas que, para quienes no adhieran a la propuesta, las ofertas alternativas "podrían ser menos favorables que los ofrecidos en la invitación".

De fondo, el argumento oficial es que el país ya está en un virtual default por lo que el plan económico no contempla el acceso a los mercados durante varios años.

Además, el texto deslizó que el Gobierno no pagará el vencimiento de USD503 millones de este miércoles, como se preveía, por lo que el límite para ver si habrá o no cesación de pago será el 22 de mayo. Así, pese a mostrarse inflexible, Guzmán se guardó casi dos semanas de negociación entre el fin del plazo de 20 días para la aceptación de la oferta y el deadline.

Con todo, predomina en el mercado la expectativa de que habrá una segunda oferta con algún "endulzante". Por eso, los bonos volvieron a subir este lunes, aunque a un ritmo menor que el viernes.

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