Ayer el ministro de Hacienda Martín Kerchner prácticamente dio por cerradas las instancias de negociación con el Frente para la Victoria.

De hecho hasta se niega que haya habido encuentros posteriores al del viernes pasado, al que asistieron todos los intendentes del peronismo, el propio Kerchner, el ministro de Gobierno Dalmiro Garay y el gobernador Alfredo Cornejo. Del otro lado, desde el peronismo, había una decisión tomada: no tratar el Presupuesto hasta que no esté toda la información de la caja del  Estado.

En el peronismo agitan una sospecha de que hay plata guardada bajo siete llaves y quieren auscultar todo. Eso dicen, aunque hay quienes afirman que los estandartes de la resistencia podrían ser otros, lo importante es que de pronto el PJ recuperó el ánimo de pelea y no faltan quienes arriesguen que ese ánimo lo despertó el propio Kerchner ayer al medio día, cuando salió “innecesariamente duro” a marcar la cancha.

Desde el encuentro del viernes apenas hubo contactos telefónicos, al menos es lo que juran en Casa de Gobierno. Por la mañana, el ministro Kerchner salió casi a clausurar negociaciones con el peronismo: “Hemos intercambiado mucha información. Hubo propuestas de distintos sectores, se han receptado la gran mayoría, salvo las que no tienen fundamento en la técnica o en la realidad económica de la provincia. Ya ha sido discutido, explicado y aceptado por los legisladores. Ahora es una posición política, tendrán que defenderla en el recinto”.

Casi parece una respuesta previa a la resistencia peronista declarada por la tarde; pero en el PJ dicen que fueron justamente esas palabras las que desataron las tormentas.

Por la mañana, el Gobierno estaba en espera de la decisión del peronismo. No había paciencia porque el oficialismo necesita de algunos votos del FpV para aprobar endeudamiento.

Toda autorización para tomar créditos necesita de los dos tercios de los legisladores presentes de ambas cámaras y ese número el bloque de la coalición gobernante, Cambia Mendoza, no lo tiene.

Por eso mantenían abierto el canal telefónico y juraban que no habría negociaciones individuales con los intendentes del FpV, así como juraban que no intercambiarán obras por votos; pero las obras siempre serán la tentación en años electorales y el 2017 es uno de esos años.

 

Apuro oficial

La única queja pública del oficialismo es la que ensayó Kerchner al mediodía: “Ya tenemos más de 32 días de análisis de las leyes. Han ido los ministros a explicar a la Legislatura, han ido más de una oportunidad. Han venido legisladores a sacarse las dudas. Nunca ha habido tanto tiempo para discutir, y lo celebro. Pero desde el punto de vista técnico hasta ahora no hemos tenido un solo cuestionamiento más, respecto de lo que ya se explicó y acordó”, dijo el ministro para justificar el fin de las negociaciones.

Y para rematar, lanzó una frase no muy conciliadora: “Es muy difícil estar en contra de un presupuesto que es mucho mejor que el de los últimos ocho años, que baja el déficit corriente y que prácticamente pide endeudamiento para hacer obra pública”.

Tal vez la decisión del peronismo de sólo sentarse hoy a tratar Avalúo e Impositiva ya estaba sobre la mesa y esa decisión implicaba patear para adelante el presupuesto. 

Lo que sí es claro es que la diatriba de Kerchner no hizo más que dar motivos para agitar los estandartes de guerra. Y así lo hizo el presidente del PJ, Omar Félix, sobre la media tarde, cuando aseguró que no tratarían el presupuesto hasta que no vieran toda la información de caja. O sea, sin plazo.

 

Venta de inmuebles  de la Daabo

La ocasión para que Kerchner hablara fue la firma de los convenios por los que la Dirección de Administración de Activos de los Ex Bancos Oficiales (Daabo) le vendía dos inmuebles a las comunas de Guaymallén y Tupungato. En total, la provincia se embolsará 6,5 millones de pesos que los departamentos pagarán en cuotas.

La Daabo tiene muchos inmuebles. Esa dependencia es la que debe cobrar los préstamos impagos tomados por particulares en los desaparecidos bancos de Mendoza y Previsión Social. Esas propiedades llegaron a manos de la Daabo en pago de acreencias.