Polémica por la organización municipal de fiestas populares

Polémica por la organización municipal de fiestas populares
En verano, hay más de 100 en la provincia. Algunos intendentes dicen que es una inversión. Otros, que es un gasto que distrae fondos para obras.

La opción es tentadora para muchos intendentes. 
Organizar un evento convocante con artistas populares, que garantiza trascendencia en los medios de comunicación y adhesión de los vecinos, si el festival es exitoso. Aunque la contracara es que los municipios podrían hacer obras con lo que destinan a la realización de las denominadas fiestas populares.

La gran inversión que hizo la Municipalidad de Villa María para organizar el Festival de Peñas, que este año tuvo un grilla cargada de figuras internacionales que cobran contratos en dólares, generó una fuerte polémica. Con las diferencias del caso, el debate se podría trasladar a otros rincones de la provincia, donde los intendentes destinan fondos públicos para organizar festivales.

Las convocatorias masivas garantizan un gran movimiento de gente en pueblos y ciudades, durante las jornadas de los festivales. Es el principal argumento que utilizan los intendentes para impulsar estas fiestas: invertir en la organización, esperando que vuelvan recursos por el consumo de los asistentes, además del pago de las entradas.

Visiones distintas

Son pocos los artistas que aseguran que su contratación será solventada por la venta de entradas. El intendente de Santa María de Punilla, el radical Dardo Zanotti, que organiza la tradicional Fiesta la Avicultura, admitió que los ingresos por tickets , casi nunca alcanzan para cubrir los gastos.

“Por mi experiencia, nunca se llega a cubrir los costos con la venta de entradas. Es una inversión que hace el municipio para darle trascendencia y movimiento al pueblo. En mi caso, lo puedo hacer porque cuidamos muy bien las finanzas y podemos destinar recursos al festival. Hay que tener en cuenta que las contrataciones de los artistas se hacen a mediados de año, cuando aún no hay ingresos de entradas. Es ahí, cuando el municipio debe hacer el aporte más importante”, explicó Zanotti.

Otro caso testigo, pero con una realidad opuesta, es el intendente de Mendiolaza, Daniel Salibi, quien este año suspendió el festival de los niños que el municipio venía organizando cada año, con entrada gratuita. “Los costos de organización de los eventos se han disparado. Nuestro festival era con entrada gratis. El año pasado, el municipio invirtió 180 mil pesos, pero este año el mismo evento nos hubiera costado 350 mil pesos. Con esa plata puedo hacer una obra importante para el pueblo, por lo que decidimos no hacerlo”, afirmó el intendente radical.

¿Inversión o gasto?

El titular de la Agencia Córdoba Turismo, Daniel Santos, defiende con énfasis la organización de los festivales, pero no se mete en la discusión política. “Córdoba es el mayor centro turístico del país y los festivales y fiestas populares son un gran atractivo. Por eso, desde la agencia respaldamos estos eventos. Después, la inversión que deben hacer los municipios es una responsabilidad de los intendentes, que están expuestos al voto de la gente”.

El ministro de Gobierno y Seguridad, Walter Saieg, está a favor de estos eventos, aunque con la condición de que no se conviertan en un problema para las arcas municipales. “Las fiestas populares son siempre bienvenidas. Cada intendente debe saber administrar sus recursos y tener el cuidado necesario para que la inversión que hace el municipio, luego sea devuelta por el consumo que genera el evento”, afirmó el exintendente de Alta Gracia, quien estuvo a cargo de organizar la Fiesta de las Colectividades, uno de los eventos de mayor convocatoria en la provincia.

Cada festival tiene su particularidad. Son más de 100 en toda la provincia, durante enero y febrero, según datos de la Agencia Córdoba Turismo. El Festival de Peñas villamariense fue una excepción a la regla, ya que el intendente Eduardo Accastello decidió hacer una gran inversión de dólares para contratar artistas internacionales, tratando de emular al festival de Viña del Mar, en Chile.

Pero, en la mayoría de los festivales del interior provincial, los artistas contratados provienen del folklore. Cobran contratos que van desde los 60 mil hasta los 170 mil pesos.

Los intendentes son esquivos a la hora de hablar de las “pérdidas económicas” que generan los festivales, pero en algunos casos el déficit supera los 500 mil pesos y deben ser afrontado por los municipios.

Este año se sumó otro inconveniente para los intendentes. El gobernador José Manuel de la Sota anunció que este año la Provincia reduciría los aportes para la organización de los festivales.

Para tomar un parámetro igualitario, el gobernador se comprometió a hacerse cargo de la mitad de los gastos en adicionales de la Policía.

En los grandes festivales como Cosquín y Jesús María, el subsidio provincial alcanzó los 500 mil pesos. En otros festivales de menor trascendencia, ese aporte fue de entre 30 mil y 60 mil pesos.

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