Aunque en febrero las canastas básicas moderaron el ritmo de las subas, luego de meses de incrementos extraordinarios, la tasa de pobreza se muestra persistente y continuó creciendo en febrero, según estimaciones privadas. Y es que los niveles de las líneas de pobreza e indigencia permanecen demasiado altos. De hecho, una familia tipo de cuatro integrantes precisó 58.000 pesos para no ser considerada dentro del índice de pobreza y 24.575 pesos para estar por encima de la indigencia.

Según las estimaciones del Nowcast de Pobreza que realiza el investigador de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), Martín Rozada, en el semestre móvil que abarca el período septiembre-febrero el índice habría vuelto a crecer hasta el 42,5%. La pobreza continúa así en niveles históricos.

El pico, según el Nowcast, se observó en el semestre que abarcó a lo peor de la pandemia: entre abril y septiembre del 2020 trepó hasta 42,9%. Luego comenzó a moderarse hasta el 41,1% de julio-diciembre. El Indec publicará el 31 de marzo el dato oficial de ese segundo semestre del año pasado. La proyección de Rozada sugiere que en el tercer trimestre la tasa de pobreza fue de 39% y en el cuarto de 43,5%.

 

De corroborarse el 41,1%, se tratará de una suba de 5,6 puntos respecto al mismo período del 2019. Es decir que, en los principales 31 aglomerados urbanos, unas 1.600.000 personas cayeron en la pobreza a lo largo del 2020 pandémico. Proyectado a nivel nacional, se trata de 2.500.000 personas las que perforaron la línea de pobreza a causa del desplome del ingreso a partir de la pandemia.

Además, Rozada proyectó una tasa de 11,4% para la indigencia en el segundo semestre del 2020, lo que implicaría una suba de 3,4 puntos respecto al 8% que marcó en el mismo período del 2019. El investigador destacó que ese dato es más difícil de proyectar, ya que los distintos programas de asistencia estatal son difíciles de captar en las encuestas permanentes de hogares.

Con todo, si se corrobora, implicará que, en los 31 aglomerados urbanos, casi 1.000.000 de personas dejaron de acceder a una alimentación básica. Proyectado a nivel nacional, se trataría de 1.500.000 personas. Números trágicos que dan cuenta de las consecuencias sociales de la pandemia.

Los alimentos desaceleran pero siguen elevados

En febrero, la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que marca la evolución de la línea de indigencia, pegó un nuevo saltó de 3,6%. De esa forma, una familia tipo de cuatro integrantes precisó 24.575 pesos para no ser considerada como indigente. Por su parte, la Canasta Básica Total (CBT), que marca la línea de pobreza, creció 2,7%, lo que implicó una moderación importante respecto a la dinámica previa.

Los números fueron publicados por el Indec a través del informe de Valorización mensual de la canasta básica alimentaria y de la canasta básica total, con datos correspondientes al Gran Buenos Aires.

Ambas canastas mostraron alguna moderación respecto a los incrementos que venían reflejando en meses anteriores. De hecho, la CBA había aumentado 4,6% en enero y la CBT 4,2%. Sin embargo, las variaciones interanuales fueron de 46,4% y 42,2%, respectivamente. Incluso por encima del 40,7% del IPC Nacional, lo que muestra el carácter regresivo de la dinámica de precios del último año.

Con todo, una familia tipo no propietaria de su propia vivienda (es decir que al número hay que sumarle el precio del alquiler, en caso de que corresponda) precisó un ingreso total de 57.997 pesos para no ser considerada dentro de la pobreza. Según un informe publicado por el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), ya en marzo los alquileres promedio de un tres ambientes treparon hasta 44.938 pesos en CABA. Es decir que una familia que alquila necesita hoy al menos 102.935 pesos para no caer en la pobreza.