Mientras que algunos productores y cosechadores misioneros de yerba mate viven una difícil situación y reclaman mejores precios para la materia prima y la prohibición de realizar nuevas plantaciones, en Corrientes la actividad tiene un crecimiento sostenido. Los motivos del buen presente son la expansión de las industrias locales y las ventajas competitivas en materia impositiva que ofrece el Estado provincial. Gustavo Kuatrin, gerente de la Cooperativa Liebig, dialogó con EL LIBERTADOR sobre las diversas realidades que se viven en el sector.

Sobre cómo afecta la problemática del sector yerbatero a los productores correntinos, Kuatrin dijo: "Hay productores de Corrientes que no están integrados con molinos que también tienen problemas. No están con el mismo nivel de confort que tenían hace un año atrás, producto de que no arrancaron todos los secaderos en diciembre, enero y febrero, que es un trimestre en el que si bien la cosecha es baja, durante el año pasado se había trabajado y este año se trabajó menos. En Misiones esta situación está mucho más agravada".

"Por otro lado hay un aumento de costos que no es reflejado en los precios porque no ha habido un aumento en los mismos. En las góndolas el precio de la yerba es casi igual al que había hace seis meses atrás, mientras otros productos aumentaron", señaló el yerbatero, quien continuó diciendo: "En el caso de la yerba, la devaluación del peso de 10 a 15 no produjo ningún cambio en los precios de la yerba elaborada, pero sí en los costos de la industria. El productor ha absorbido el aumento con sus márgenes de ganancia. En este contexto el productor es el que más sufre, porque cuando se presentan este tipo de situaciones es el que menor poder de negociación tiene".

A pesar de lo anterior, destacó que "a las industrias yerbateras de Corrientes, como Cooperativa Liebig y Establecimiento Las Marías, les ha ido muy bien en los últimos años. Les ha ido mejor que al resto de las industrias porque han ganado participación en el mercado y eso se ve reflejado en la región".

"En el caso de la Cooperativa Liebig, en los últimos diez años crece diez veces el promedio del crecimiento del consumo. Ese efecto positivo se ve reflejado en todos los productores que están radicados en Corrientes y en sus proveedores que están en Misiones", resaltó el Gerente.

Haciendo un repaso sobre las diferentes realidades que conviven en la actividad, mencionó que "depende de la situación en la que esté cada uno, ya que hay grupos de empresarios a los que les está yendo muy bien, a otros bien y a otros nada bien; son particularidades". Refiriéndose específicamente a los productores misioneros, que son los más perjudicados por el actual contexto, reveló: "Nosotros tenemos diez empresas en Misiones que son proveedores integrados de Cooperativa Liebig y que todo lo que han producido el año pasado lo han podido colocar a un excelente precio y en muy buenas condiciones. No es una situación en la que todo el mundo está mal, sino que el problema es de aquel que no ha podido colocar su inversión".

Kuatrin remarcó que uno de los factores fundamentales para el buen presente de los yerbateros correntinos es la política fiscal del Estado provincial, y en ese sentido declaró: "Corrientes felizmente es una provincia en la que la carga fiscal es inferior a la de Misiones, en general para cualquier tipo de actividad y especialmente las industriales. Esto es una ventaja competitiva y hay que felicitar al Gobierno de la Provincia de Corrientes porque desde hace muchos años viene gestionando su administración con una menor carga impositiva hacia los contribuyentes".

Al respecto de cómo impactará en la provincia el pedido del Instituto Nacional de la Yerba Mate (Inym) de no realizar nuevas plantaciones para evitar un exceso de stock, dijo: "Como los productores correntinos tienen ubicada en su mayoría la producción, no necesariamente adhieren a ese tipo de decisiones totalmente restrictivas. Después está la decisión de cada uno, que puede decir estoy entrando en un periodo en el cual los precios no van a seguir subiendo, hasta pueden bajar, los costos no necesariamente van seguir bajo las mismas condiciones y en consecuencia decido no invertir".

Continuando con lo anterior, el entrevistado explicó: "Hoy plantar una hectárea de yerba mate es una inversión muy grande y recién hay un recupero después de cinco años, entonces el productor mismo cuando ve que sus resultados no son lo bueno que eran hace cinco años atrás decide no plantar. El pico de precios altos fue más o menos en 2012, cuando nuestros consumidores hicieron un gran esfuerzo para mantener el nivel de consumo a pesar de que aumentaron los precios; ahí se generó un incentivo a las nuevas plantaciones y hoy ese incentivo no existe".