Coca-Cola FEMSA ha consolidado un modelo laboral donde la cultura organizacional centrada en las personas no solo impulsa el desarrollo de sus colaboradores, sino que también se traduce en indicadores de éxito.
Por: Soledad Victoria.
En los últimos años, la conversación global sobre el futuro del trabajo se ha concentrado en la digitalización, la inteligencia artificial y la automatización. Pero, más allá de las tendencias tecnológicas, las organizaciones que realmente están logrando crecer de forma sostenible comparten un punto en común: colocar a las personas en el centro.
Es cada vez más evidente que la cultura organizacional, el bienestar integral y la diversidad no se reducen a ser beneficios adicionales; juegan un rol como motores directos del desempeño. Y en Latinoamérica, donde los entornos laborales suelen ser muy complejos, algunas empresas han logrado convertir esa convicción en una ventaja competitiva real.
Una de ellas es Coca-Cola FEMSA, el embotellador más grande del mundo por volumen de venta, cuya estrategia de negocio no está enfocada únicamente en los números, sino en el reconocimiento y el impulso al valor de sus colaboradores. Su Director de Recursos Humanos, Antonio Díaz-Caneja, lo explica con una frase que funciona casi como declaración de principios: “Como digo siempre: este es un negocio que se construye por personas y para personas . Dependemos totalmente de ellas para que este sea un negocio sostenible y exitoso. Eso lo tenemos clarísimo.”

(Cortesía Coca-Cola FEMSA)
La empresa obtuvo la certificación Top Employer 2025 en México y Colombia, un reconocimiento que valida su estrategia laboral en una región donde alcanzar altos índices de bienestar no es tarea sencilla. Sin embargo, para ellos, más que una medalla, es la confirmación de que van en la ruta correcta.
Bienestar integral, formación continua y familias que también cuentan
La compañía ha construido su propuesta de valor como empleador a partir de cuatro pilares: legado, impulso, valores y evolución. Estos conceptos guían desde la atracción y desarrollo de talento hasta la forma en la que se toman decisiones dentro de la organización.
A nivel interno, los resultados muestran una cultura robusta y participativa. La empresa registra un 89% de satisfacción laboral entre sus colaboradores y una participación del 93% en su encuesta de clima organizacional, cifras especialmente relevantes para una fuerza laboral de más de 93 mil personas distribuidas en diez países de América Latina. Para la compañía, estos indicadores no son solo números: son señales claras de que la cultura se vive y se fortalece con hechos.
El bienestar empresarial ha evolucionado en los últimos años, pero pocas compañías han logrado abarcarlo con tanta profundidad como esta. Su Modelo Integral de Bienestar contempla cinco dimensiones —Cuerpo Sano, Bienestar Psicológico, Vida Laboral, Bienestar Financiero y Conexiones Sociales— y lo más llamativo es que incluye a las familias.

El desarrollo profesional es clave: el 48% de las vacantes se cubren con talento interno y se imparten más de dos millones de horas de capacitación al año.(Cortesía Coca-Cola FEMSA)
“La familia es la red de seguridad de nuestros colaboradores. Por eso procuramos incluirlos en charlas, capacitaciones y programas que les sirvan a ellos, al igual que a quienes los acompañan en casa”, destacó Díaz-Caneja.
Ese enfoque ha permitido que el 75% del personal y sus familias tengan acceso a acompañamiento emocional profesional, talleres financieros y diversas iniciativas orientadas al bienestar. Además, durante 2024, la empresa movilizó a casi 170,000 voluntarios en actividades comunitarias, lo que refleja una cultura que entiende el impacto social como parte esencial del trabajo.
El desarrollo también es un eje central. En un año, la compañía impartió más de dos millones de horas de capacitación, un promedio de 22 horas por persona, con academias y programas que abarcan desde temas de liderazgo hasta digitalización. Las iniciativas Semilleros de Talento y New Leaders funcionan como cantera para nuevos perfiles, muchos de los cuales hoy ocupan posiciones estratégicas.
Sobre esto, Díaz-Caneja destaca: “Apostamos por el talento interno, pero también necesitamos traer ideas nuevas. Semilleros de Talento y New Leaders son nuestras fuentes para inyectar juventud, innovación y energía. Muchos jóvenes que entraron por estos programas hoy ocupan posiciones clave.”
Estos esfuerzos se reflejan en otro dato clave: el 48% de las vacantes se cubren con talento interno, lo que muestra movilidad real y oportunidades de crecimiento dentro de la organización.
Diversidad, seguridad y tecnología que potencia el talento humano
En un entorno tan diverso como el latinoamericano, la inclusión es un desafío permanente. La empresa ha logrado avances significativos: el 31.8% de sus posiciones de liderazgo están ocupadas por mujeres, con una meta del 40% para 2030. También ha sido reconocida por séptimo año consecutivo como uno de los mejores lugares para trabajar para la comunidad LGBTQ+, y durante 2024 integró a más de 435 personas refugiadas en diferentes operaciones de la región.
Coca-Cola FEMSA promueve la diversidad e inclusión con el 31.8% de mujeres en liderazgo y la integración de personas refugiadas en la región. (Cortesía Coca-Cola FEMSA)
Para Díaz-Caneja, se trata de coherencia cultural. La compañía busca ser un reflejo de las comunidades donde opera, y por ello la inclusión, la equidad y el respeto a la diversidad no son cuestión de moda, sino valores que deben estar inmersos en la cultura institucional y reflejarse en todos los niveles. Aunque cuentan con distintos reconocimientos que indican que van por buen camino, para la organización lo más importante es la satisfacción de sus colaboradores, quienes impulsan y dan valor a la empresa.
La seguridad psicológica es otro pilar fundamental para la consolidación cultural. Más de 12,900 colaboradores participaron en encuestas destinadas a evaluar si los equipos se sienten capaces de expresar ideas, dudas o desacuerdos sin miedo a represalias. Sobre este punto, el director de Recursos Humanos es contundente:
“Generar entornos donde la gente pueda hacer preguntas, retar decisiones e incluso equivocarse es sano. A veces los equipos de liderazgo no tenemos todas las respuestas, pero juntos podemos construirlas. Y eso cambia todo.”
Eso se complementa con su apuesta por la digitalización. La empresa incorpora herramientas de inteligencia artificial, simulaciones de entrenamiento en metaverso y programas de reskilling. Más allá de la formación técnica, la compañía ha entendido que el crecimiento real ocurre cuando se acompaña a las personas en todas las dimensiones de su desarrollo. Por eso, mientras impulsa habilidades digitales, operativas y de liderazgo, también trabaja en competencias humanas como la comunicación, la inteligencia emocional y la toma de decisiones conscientes.
Ese equilibrio entre lo técnico y lo personal ha permitido que miles de colaboradores no solo mejoren su desempeño, sino que encuentren nuevas formas de relacionarse con su trabajo, con sus equipos y con sus propios proyectos de vida. Para la empresa, invertir en capacitación no es solo una estrategia de productividad: es una forma de estar cerca de su gente, de escucharla y de recordarle que su evolución —profesional y humana— también es parte del propósito organizacional.

Coca-Cola FEMSA impulsa el futuro del trabajo en Latinoamérica con una estrategia centrada en las personas y la cultura organizacional. (Cortesía Coca-Cola FEMSA)
En palabras de Díaz-Caneja, la tecnología nunca sustituye a los colaboradores: “La tecnología es un habilitador. No va a reemplazar al talento humano. Lo que va a hacer es llevarnos a otro nivel, y queremos acompañar a nuestra gente para que esté lista para ese salto.”
Hacia una certificación regional y una cultura de futuro
Después de obtener la certificación Top Employer en México y Colombia, la compañía apuesta por conseguir ese reconocimiento en toda Latinoamérica, incluyendo Brasil y Guatemala. El objetivo es consolidar prácticas homogéneas y elevar la experiencia laboral en todos sus mercados.
Díaz-Caneja concluye con una frase que parece resumir toda la estrategia organizacional: “Somos una empresa de personas que trabajamos con personas y que servimos a personas. Y mientras esa sea nuestra guía, vamos a seguir construyendo resultados y creando futuro.”
En un contexto en el que el futuro del trabajo genera incertidumbre, esta visión ofrece una ruta clara: las empresas que miran hacia adentro, acompañan a su gente y apuestan por su potencial son las que están definiendo el camino que viene. Y lo están haciendo desde lo más elemental y, a la vez, más poderoso: las personas.
Comentá la nota