Obama aprobó la apertura de una fábrica de EE.UU. en Cuba

Obama aprobó la apertura de una fábrica de EE.UU. en Cuba

Las relaciones Washington-La Habana. Será la primera desde la Revolución. Ensamblará tractores para venderlos a pequeños agricultores por 10.000 dólares.

El gobierno del presidente Barack Obama aprobó la apertura de la primera fábrica estadounidense en Cuba en más de medio siglo, al autorizar a una empresa de Alabama para que construya una planta que ensamblaría hasta 1.000 tractores pequeños al año para su venta a agricultores independientes en la isla. La compañía podrá fabricar legalmente tractores y otros equipos pesados en una zona económica especial habilitada por el gobierno cubano para atraer inversión extranjera, informó la semana pasada el Departamento del Tesoro a los socios de la compañía, Horace Clemmons y Saul Berenthal. 

Las autoridades cubanas ya han respaldado el proyecto de forma pública y entusiasta. Los socios esperan tener en marcha la producción de tractores en Cuba para el primer trimestre de 2017.

“Todo el mundo quiere ir a Cuba a vender algo, pero nosotros no intentamos hacer eso. Estudiamos el problema y cómo ayudar a Cuba a resolver los problemas que ellos consideran que son los más importantes de resolver’’, dijo Clemmons. “Creemos que ambos ganaremos a largo plazo”, agregó.

La planta, con un valor de entre cinco y 10 millones de dólares, sería la primera inversión corporativa significativa de una empresa de Estados Unidos en territorio cubano desde que Fidel Castro asumió el poder en 1959 y nacionalizó miles de millones de dólares de propiedad privada y corporativa estadounidense. Esa confiscación provocó un embargo estadounidense sobre Cuba, que prohibió prácticamente todas las formas de comercio y que multó a aquellas firmas no estadounidenses con millones de dólares si hacían negocios con la isla.

El permitir que una empresa estadounidense de tractores operara en instalaciones del gobierno cubano habría sido inimaginable antes de que los presidentes Barack Obama y Raúl Castro declararan el 17 de diciembre de 2014 que restaurarían las relaciones diplomáticas y que actuarían para normalizar el comercio, los viajes y otros aspectos de unos lazos bilaterales que estuvieron rotos durante décadas.

Desde entonces, Obama ha introducido varias excepciones en el bloqueo a través de acciones ejecutivas, cláusulas que según señala ahora Washington, permiten la manufactura estadounidense en el puerto de Mariel y una zona económica especial situada a unos 50 kilómetros al oeste de La Habana. Una excepción permite a las empresas estadounidenses exportar productos que beneficien a agricultores particulares o de cooperativas en Cuba. Berenthal y Clemmons dijeron que sólo venderían al sector privado.

El gobierno de Obama dice estar muy interesado en que la apertura con Cuba sea irreversible para cualquier futuro gobierno norteamericano. Desde principios de año, Estados Unidos y Cuba han hecho una serie de anuncios que parecen tratar de crear una sensación de inercia imparable en su nueva relación. La Habana anunció el mes pasado que este año aumentará a más del doble el número de puntos de acceso público Wifi a más de 100 en todo el país y que llevará la conexión de internet de banda ancha a un pequeño número de viviendas cubanas, algo que es ilegal actualmente. Obama dijo en 2014 que Castro había prometido aumentar el acceso de los cubanos a internet como parte del nuevo entendimiento bilateral.

El sábado, Cuba anunció que había devuelto un misil Hellfire estadounidense que, según informó, se envió por error a La Habana desde París en 2014. El ministro cubano de Transportes y el secretario estadounidense de Transportes tienen previsto firmar hoy un acuerdo que autorice los primeros vuelos comerciales regulares entre ambos países, suspendidos poco después de la revolución de 1959.

La planta de tractores de Oggun, que lleva el nombre de un dios de la Santería afrocubana, ensamblará piezas disponibles de forma comercial para fabricar un tractor de 25 caballos, duradero y de fácil mantenimiento, que se venderá por menos de 10.000 dólares, afirmaron Clemmons y Berenthal. 

Los empresarios creen que pueden vender cientos de tractores al año a agricultores que cuenten con financiamiento de parientes fuera del país o de organizaciones no gubernamentales que intenten ayudar a mejorar la agricultura cubana, que sufre de una baja productividad debido principalmente a un control excesivo de suministros básicos.

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