En el último día de campaña la ciudad fue un caos, porque estuvo sitiada por diversos micropiquetes que se armaron con unos pocos elementos y con algún tinte político. Fueron grupos minúsculos que cortaron arterias principales para complicar el tránsito en reclamo de asistencia social. Para el Gobierno, la situación salió del cauce normal por la imposibilidad de satisfacer la demanda de los piqueteros.

Desde temprano comenzaron a organizarse los micropiquetes que solo necesitaron un poco de fuego y algunos viejos neumáticos para interrumpir el tránsito y generar el malestar de los conductores que necesitaban trasladarse hasta el centro. Hubo algunos lugares estratégicos: frente Casa de Gobierno, en inmediaciones del domicilio de la gobernadora Lucía Corpacci, en cercanías a la Municipalidad de la Capital y frente al Centro Administrativo del Poder Ejecutivo (CAPE).

La jornada comenzó complicada desde la mañana, cuando una joven se encadenó frente a Casa de Gobierno en reclamo de vivienda. La mujer se instaló con un cartel en el que proponía donar un riñón o un pulmón a cambio de una casa.

A esa misma hora un pequeño grupo de mujeres se manifestaba sobre avenida Venezuela, frente al CAPE, en reclamo de asistencia. Allí, el tránsito se interrumpió de manera parcial.

Luego, otros grupos se dispersaron hasta las esquinas de Prado y Salta, Tucumán y Rojas, en cercanías a la casa de la gobernadora Lucía Corpacci; y también a La Rioja y 1ero. de Mayo. Anoche, al conocerse que otro grupo pretendía instalarse en la esquina de Güemes y Salta, la Policía dio la orden de proceder al arresto de aquellos que pretendieran generar nuevos piquetes.

Fuentes policiales confirmaron que la medida se tomó ante la certeza de que existiría algún organizador externo a la gente que realizaba las protestas. Según se informó, asistentes sociales del IPV y de Desarrollo Social se acercaron para atender las demandas, pero se comprobó que el mismo grupo que el día anterior había sido beneficiado con distintos elementos volvía al corte para pedir más. En este sentido, los agentes de seguridad habían logrado identificar que las mismas personas se movilizaban desde el asentamiento La Esperanza, el barrio Eva Perón, barrio Montecristo, de calle Lavalle, entre otros puntos.

El colmo de la jornada fue una protesta de un grupo de fleteros que en horas de la siesta cortaron la ruta 38, en inmediaciones del Pantanillo. Se trata de la gente que trabajó en la carga y descarga de módulos alimentarios. Exigía que Desarrollo Social pague por el trabajo antes del domingo 27, por temor a que no se les abone después de las elecciones.