Misiones apuesta a la biodiversidad como clave para la recuperación económica en la nueva normalidad

Misiones apuesta a la biodiversidad como clave para la recuperación económica en la nueva normalidad

La agenda política actual asigna un papel protagónico a las estrategias de crecimiento económico post cuarentena. Una de las opciones más promisorias es apostar a la naturaleza y la biodiversidad, y así lo ha entendido el gobierno de la provincia de Misiones. 

Patricio Lombardi, subsecretario de Relaciones Internacionales de la provincia, sostuvo: “La selva nos protege. Es fundamental que apostemos a su conservación y que valoremos la barrera de protección que representa la biodiversidad en Misiones”. Esa es su explicación sobre el bajo impacto de la pandemia de COVID-19 en la provincia, que apenas registra tres fallecidos. 

En la selva paranaense se encuentra el 52 por ciento de la biodiversidad de Argentina. Allí habitan más de 150  especies de mamíferos, incluido el yaguareté; 564 especies de aves; 260 de peces; 116 de reptiles; 68 de anfibios; y miles de tipos de plantas y hongos.

La preservación del hábitat es un aspecto central de la gestión misionera. “Es importante destacar que nosotros pensamos darle valor a nuestro bosque sin talarlo. Nuestra provincia, que era el reducto más pequeño de la Mata Atlántica, después de Brasil y Paraguay, se ha convertido hoy en la reserva más grande después de años de explotación forestal y de avance de la frontera agropecuaria”, afirma Lombardi.

Los informes científicos demuestran que los bosques en estado natural adquieren una importancia esencial para la adaptación al cambio climático, preservando la diversidad biológica, acomodando espontáneamente las cuencas hidrográficas y preservando las culturas y los medios de vida aborígenes.  

Los datos disponibles a nivel nacional son francamente desalentadores. Entre 2000 y 2013 el 7 por ciento de nuestros bosques fueron desmontados y destruidos, y la constante demanda de nuevas tierras para la expansión agrícola no se detiene. En poco más de un siglo se ha liquidado el 95 por ciento de los territorios selváticos de nuestro país. Sólo ha sobrevivido un 5 por ciento, la mayoría en territorio misionero. 

El impacto de esta degradación ecológica afectó gravemente la flora y la fauna. Por ejemplo, el 20 por ciento de las más de mil especies y subespecies de anfibios, reptiles, aves y mamíferos, está amenazado o en peligro de extinción.  

Hace dos años, el gobierno del Frente Renovador de la Concordia dispuso la creación del Instituto Misionero de la Biodiversidad, a los fines de preservar el patrimonio natural de la provincia a través del resguardo genético de la flora y la fauna de la región. Como ejemplo puede señalarse que la decisión de crear un corredor verde provincial permitió duplicar la población del yaguareté -en riesgo de extinción- en sólo doce años. 

La entidad realizó este miércoles un nuevo encuentro webinar sobre biodiversidad, economía y economía circular, en el marco de un ciclo iniciado el 5 de junio. Entre los expositores se contaron el gobernador de Misiones, Oscar Herrera Ahuad; Viviana Rovira, presidenta del Instituto; Adolfo Safrán, ministro de Hacienda de Misiones; Silvia Vázquez, directora de Asuntos Ambientales de la Cancillería; Jorge Dallo, director para el Cono Sur de ONU Ambiente; Horacio Schenone, presidente de la fundación Bosques Nativos Argentinos; el embajador argentino en Panamá, Marcelo Lucco; y un representante del Smithsonian Institute.

En la reunión inicial del ciclo, Herrera Ahuad afirmó que: “No nos hemos quedado en el intento de no perder lo último que le queda a esta parte de Sudamérica. Fuimos capaces de generar una política de estado inteligente, con inversión, sabiendo que esto no es para nosotros, es para toda la humanidad. Nuestra provincia, nuestra selva, nuestro monte, es de una importancia planetaria”.  

En el bosque misionero habitan más de cien comunidades que se nutren de él. Más de 4 mil hectáreas pertenecen a pueblos indígenas y comunidades locales. Su potencial turístico es enorme: sólo el ecoturismo desarrollado en torno a las Cataratas del Iguazú registra un tránsito regular de 25 millones de personas.

En la reunión del webinar sobre valorización y protección de los ecosistemas, José Dallo, representante del programa de ONU Medio Ambiente para el Cono Sur, aseveró: “Cada vez más vemos hablar de temas ambientales en los mercados financieros. La acción verde se ha extendido más de lo que parece. Más allá del deber moral, hay veces que ayuda ponerle algún número detrás y de lo que significan para nosotros los recursos naturales, por ejemplo en términos de salud”.

El debate apuntó a identificar y demostrar los  beneficios económicos que resulta posible obtener de la conservación y del uso sostenible de la biodiversidad y de los  servicios ecosistémicos. En la Argentina, el paradigma lo proporciona la provincia de Misiones. El ministro de Hacienda de la provincia, Adolfo Safrán, mostró datos sorprendentes. Por no haber apostado a la producción agrícola, especialmente de soja, y haber optado por la conservación del medioambiente, se dejaron de percibir en los últimos veinte años unos 6.300 millones de dólares. Esto muestra la tremenda presión que se ejerce para modificar la apuesta por la ecología del gobierno misionero.

Alberto Pacheco Capella, cordinador regional de Subprogramas de Biodiversidad y Ecosistemas de América Latina y el Caribe, enfatizó: “Se necesita un cambio conceptual de nuestra relación con la naturaleza. Si ponemos a la naturaleza como motor de la economía, vemos que el 42 por ciento de las exportaciones globales están basadas en la biodiversidad; eso representó 427.000 millones de dólares en 2016 con suba anual del 7 por ciento”. Y presentó un modelo de cálculo, el TEEB, un programa del PNUMA que implementado desde hace diez años, y se basa en establecer los recursos que aportan actividades como la  agricultura, la pesca, los bosques y el turismo y su valor depende de la salud de la biodiversidad.

“Se trata de una herramienta económica muy útil para reconocer los servicios ecosistémicos que están dando algún tipo de bienestar humano. Eso se denomina capital natural y está compuesto por servicios  abastecimiento (alimentos silvestres, cosechas, agua dulce, medicamentos); regulación (filtración de los suelos, servicios de los humedales); regulación climática (polinización, arrecifes); servicios culturales  (actividades recreativas, educación), y los servicios de apoyo (formación de suelos, fotosíntesis, ciclo de nutrientes)”, explicó.

En el caso de Misiones, sus vecinos han apostado por modelo productivos que afectan sensiblemente al medioambiente. Viviana Rovira, presidenta del IMBIO, señaló que “la selva paranaense es un hotspot de biodiversidad para el mundo: allí se encuentra el 52 por ciento de la biodiversidad de Argentina, con más de 150 especies de mamíferos, incluido el yaguareté; 564 especies de aves; 260 de peces; 116 de reptiles; 68 de anfibios; y miles de tipos de plantas y hongos”.

Por su parte, Silvia Vázquez, directora de Asuntos Ambientales de la Cancillería, evaluó: "Nos hemos endeudado con el futuro, hemos gastado a cuenta. La Argentina tiene una actitud absolutamente depredadora del modelo productivo. Es momento de que pongamos el foco en los recursos naturales en una región. En esta salida de la pandemia, para poder seguir adelante debemos dar una respuesta que constituya una inversión y le garantice a nuestros hijos y nietos que contarán con las herramientas suficientes para afrontar los retos de su época”. 

La cuestión económica de fondo radica en definir quién paga el costo de las utilidades que dejan de percibirse a consecuencia de la decisión de conservar y proteger la selva y el bosque. “Para poder responder esta pregunta me gustaría hacerlo de un modo positivo. No es bueno hacer pagar a quienes contaminen porque la idea es evitar esa contaminación. Así que aquellos que se benefician de servicios ecosistémicos y generen renta producto de calidad de aire o de agua, esa renta debería ser distribuida en función de los servicios ecosistémicos que, por ejemplo, provee la provincia de Misiones”, indicó Horacio Schenone, presidente de la fundación Bosques Nativos Argentinos.

Entre las propuestas presentadas en las exposiciones se sugirió la creación efectiva de un fondo compuesto por un porcentaje de las retenciones de las exportaciones agrícolas, como establece la ley de Protección de Bosques Nativos. Hasta ahora esa ley no se ha cumplido, y los recursos que reciben las provincias para orientarlos a tal fin habitualmente llegan con mucho retraso.

En el cierre, Pacheco optó por dejar planteados algunos interrogantes clave. “¿Quién paga los costos de la inacción, de la salud pública, de la contaminación, de la pérdida de productividad? Ahí está realmente todo el marco conceptual económico. Los objetivos del desarrollo sustentable no van a ser alcanzados si únicamente dependemos de la inversión del gobierno. En términos de inversiones sostenibles estamos viendo muchos fondos del sector privado en ese nuevo mercado que se está generando”, sentenció. 

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